Los
intelectuales cubanos se encuentran muy entretenidos últimamente, en un debate
sobre lo que los politólogos de moda han llamado "centrismo". Sobre
todo les ha llamado la atención el que Silvio Rodríguez prestara su blogger
para el desarrollo del mismo.
No creo que en
nuestras tradiciones políticas, ni en nuestra historia haya antecedentes de una
posición semejante. Tal vez el público cubano identifique más el centrismo con
una posición de la región central que con la “Tercera Vía” de Tony Blair; o con
el “peronismo.
Ya olvidada la
falacia de la tercera posición tras la Guerra Fría, creo que tal debate trata
de revivir a un muerto y tanto dale “paca” y dale “paya”, sólo está haciendo
que apeste.
Recientemente, dentro del debate, un destaca intelectual cubano, que vive y produce en la Isla, nos invitaba a ver más lo que nos uno que lo que nos separa. Atinada reflexión. ¿Son antimperialistas, anticolonialistas y neocolonialistas? Estamos con ellos.
Por qué no
desatar un debate –en vez de sobre el centrismo- sobre la unidad. Recordemos
que la unidad sólo se logra en el reconocimiento de lo diverso. Maestros de
esta prédica fueron Martí y Fidel.
Martí decía: “¡Se dice cubano, y una dulzura como de suave
hermandad se esparce por nuestras entrañas, y se abre sola la caja de nuestros
ahorros, y nos apretamos para hacer un puesto más en la mesa, y echa las alas
el corazón enamorado para amparar al que nación en la misma tierra que
nosotros, aunque el pecado lo trastorne, o la ignorancia lo extravíe, o la ira
lo enfurezca, o lo ensangriente el crimen!”[1]
No se ha pensado –dentro del debate- que con tanto
reconocimiento estamos divulgando nombre e ideas, que de lo contrario no
tendrían ninguna trascendencia dentro del pueblo cubano. Lejos de estar
hablando tanto del centrismo, combatamos sus posiciones con los sabios
argumentos, los que nos brinda nuestra historia y nuestra realidad.
¿Quieren pluripartidismo? –Recodémosle que la unidad
es un problema de supervivencia para Cuba. Hablan de democracia, preguntémosle
qué entienden por tal: ¿la falacia pluripartidista donde se cambian la
presidencia pero no las posiciones? O aquella farsa donde los votantes no
acuden a las urnas porque su situación siempre empeora. Dicen que si libertad
de expresión, ¿es que quieren darle voz a los anexionistas, los neofascistas, los
terroristas, los reformistas, etc, etc, etc.?
Pues no puede ser, los reaccionarios ya tienen suficientes tribunas en los
monopolios internacionales de la comunicación para promover guerras, racismo,
pedofilia, crímenes, las drogas y las demás miserias humanas.
Nosotros defendemos la democracia participativa, donde
decimos haciendo. Nuestro humanismo promueve la paz, la inclusión, el derecho a
la vida y a una infancia feliz, educada y saludable, donde existe esperanza de
que un mundo mejor es posible.
Cubano, nuestra obra es hermosa y se unen a ella todos
los hombres buenos del planeta. Somos ejemplo hasta para los países más ricos,
donde la ambición y el egoísmo impiden que los hombres tengan derecho a crecer
saludables y educados. Dicen mis abuelos que la verdad es como el sol, ¡nos
ilumina siempre!.
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