martes, 5 de septiembre de 2023

Si los perros ladran, Sancho, es señal que cabalgamos

Se desatan campañas mediáticas desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la CIA, apoyados en los ciberterroristas de Miami y otros seudoperiodistas pertenecientes al monopolio de la información imperialista, que pretenden opacar los éxitos de la celebración en La Habana de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo del G-77 + China, los próximos días 16 y 17 de septiembre, donde contaremos en esta capital con la presencia  de representantes de 134 países –incluidos jefes de Estados- y del secretario general de las Naciones Unidas António Guterres; así como, la presencia del presidente Díaz Canel  en Nueva York, para asistir a la semana de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre y la elección de Cuba para integrar la Comisión de Derechos Humanos de ese organismo. 

Las campañas van dirigidas a empañar las relaciones de Cuba con Ucrania, Rusia y la Unión Europea, pretendiendo tergiversar la política exterior cubana, basada en el respeto a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los Estados; la autodeterminación de los pueblos; la igualdad de los Estados y los pueblos; el rechazo a la injerencia en los asuntos internos de otros Estados; el derecho a la cooperación internacional en beneficio e interés mutuo y equitativo; las relaciones pacíficas entre los Estados; así como justificar las sanciones a que es sometido nuestro pueblo por parte del gobierno de EEUU, e impedir el despegue económico del país. No lo permitamos.

jueves, 31 de agosto de 2023

Crisis de la democracia burguesa, por Elizabeth Azopardo


Crisis de la democracia burguesa “Herida por la masa helada oculta bajo la punta del iceberg, la democracia burguesa se escora peligrosamente hacia el fascismo, tal y como ocurriera en el caso del nazismo del siglo XX”- dice Graziella Pogolotti. La oligarquía le ha puesto tantas trampas a la democracia que ya de ella no queda nada. De hecho, los procesos eleccionarios son tan complicados y complejos que el ciudadano común rara vez los entiende. Nada, que así va el mundo, sin saber quién es quién, ni quién vota a quién, mientras la oligarquía acusa de dictaduras a cualquier gobierno que intente acercarse a los intereses del pueblo, de terroristas a cualquier pueblo que intente luchar por su independencia y todo ello santificado por el monopolio de los Medios de Comunicación en sus manos. Por ejemplo, en los propios Estados Unidos el sistema de elección presidencial es indirecto, es decir, los ciudadanos no eligen directamente al presidente, si en un Estado se da el resultado favorable a los demócratas, es como si todos los representantes de ese Estado votarán a Biden. En España, existe un sistema parlamentario, los ciudadanos no eligen directamente a su presidente; sino, a los integrantes del Congreso de Diputados y del Senado y es el Congreso, los diputados quien tienen la tarea clave de votar al líder del Gobierno. En Argentina, el primer paso son las primarias abiertas simultáneas y obligatorias y los candidatos que se impongan ante sus rivales pasarán a estar en las elecciones generales. En éstas, si la pareja más votada obtiene más del 45% del voto válidamente emitido o más del 40% con una diferencia mayor al 10% con la pareja que le sigue en votos", la misma "queda consagrada como presidente/a y vicepresidente/a de la República", si eso no ocurre será necesario realizar una segunda vuelta electoral. Guatemala celebró elecciones generales el 25 de junio, en las que Bernardo Arévalo, líder progresista del partido Movimiento Semilla, pasó inesperadamente a la segunda. El 1 de julio, La Corte de Constitucionalidad suspendió la publicación oficial de los resultados electorales –porque no eran del agrado de la oligarquía- y después de que el Tribunal Supremo Electoral completara el proceso de revisión, los resultados se confirmaron pero no se hicieron oficiales, a pesar de que todo lo resuelto había sido cumplido. A diferencia de las elecciones presidenciales, las elecciones al Congreso y municipales arrojaron resultados más predecibles según los intereses de la oligarquía, ya que los partidos del establishment mantuvieron control de la legislatura y los gobiernos locales, por lo que Arévalo gobernará con el Congreso en contra, que es lo mismo que no poder gobernar. Además de las mencionadas irregularidades, existen otros mecanismos para impedir que se cumpla la voluntad del pueblo, relacionado con el dominio por la oligarquía del poder judicial; como por ejemplo lo sucedido en Perú, donde el presidente electo, Pedro Castillo, está preso, acusado por la oligarquía de un supuesto intento de autogolpe de Estado. Sin embargo, esto es sólo el último capítulo de una crisis política que azota a la nación desde hace años y que ha dejado 11 presidentes desde el año 2000. Tras esta situación hay una enorme polarización política, corrupción y un sistema que presenta serios problemas para brindar gobernabilidad a los presidentes. También se pudiera mencionar lo ocurrido en Brasil con Dilma Rousseff o con el presidente Lula; lo sucedido en Argentina con Cristina Fernández de Kirchner, o los ataques al Capitolio en Washington y o las sedes del gobierno en Brasilia, para mostrar tamaña crisis del obsoleto mecanismo burgués.

jueves, 25 de mayo de 2023

Contratemos sólo cuadros honestos para dirigir la empresa socialista.

Esta frase puede parecer idealista, pero si los combinamos con la medida de  deshacernos de las empresas obsoletas y las convertimos en lo que corresponde a su nivel de socialización, sería una fórmula perfecta.

El compañero Fidel nos estuvo preparando durante años para el momento en que no existiera la generación histórica y nos aconsejaba que entonces debiéramos confiar en las estructuras. Pero las estructuras están formadas por hombres y los hombres tenemos defectos. Entre ellos se destaca de forma negativa, entre muchos otros, la falta de honestidad.

¿Es tan difícil descubrir cuando un hombre es honesto? Me atrevería mencionar algunas cualidades de la honestidad. El hombre honesto es sincero, odia la mentira, es franco y directo; cuando piensa algo lo dice sin tapujos, sin medias tintas, sin dobleces. No está mirando lo que le convienen, sino lo necesario y estas cualidades molestan a algunos mucho. Puede estar equivocado, pero dice lo que siente

Creo que los problemas de nuestra economía, pasan por la falta de honestidad de algunos de los que dirigen la empresa socialista. Pudiera referirme a cualquiera de las otras estructuras, pero empiezo por ésta, porque es la esencia de la sociedad que queremos construir. No sólo es el trabajador el que busca un empleo que le permita vivir cómodamente a él y su familia, es la aspiración de todo ser humano, también los cuadros buscan acomodarse y por eso entre ellos hay que buscar a los más honestos. No es tarea fácil, porque todos  se dicen honestos, se creen ellos mismos honestos; sin embargo, se puede distinguir dentro del colectivo laboral a aquellos que dicen lo que no sienten y no lo que les conviene.

La empresa socialista no puedes seguir siendo ineficiente, ella es la base de nuestra sociedad. Su debilidad vulnera el resto de las leyes del socialismo y a toda la sociedad. El productor no se siente dueño porque la empresa socialista no satisface sus necesidades, es inmadura por el atraso de la base técnico material. Esta relación avanzada sólo funciona si se corresponde con el desarrollo de las fuerzas productivas, por eso cuando no se sustenta sobre el debido desarrollo científico técnico lo que hace es frenar esa relación. En Cuba tenemos ejemplos de empresas socialistas con tecnología de avanzada que funcionan muy bien y otras, cuya tecnología obsoleta no les permite funcionar correctamente. Hay que deshacerse de ese lastre y convertirlas en lo que corresponde a su nivel de socialización, ya sean MPYMES, cooperativas, etc.

Miren a su alrededor, cuántas personas realmente honestas conocen, esas que no saben mentir, que cuando hablan miran directamente a los ojos y no porque lo aprendieran como buena praxis de comunicación, sino porque necesitan que se les comprenda. Esos que se emocionan cuando hablan de Fidel o de su querida patria, los que sufren sus dolores. Esos son los mejores cuadros que puedan obtener para dirigir la empresa socialista. Pero sucede que a veces esos no son los más fieles a otros hombres, porque son fieles a sus principios y por ello caen mal.

Entonces escogemos a los que sólo repiten lo que dicen los jefes, sin creatividad, sin sentimiento.  Esos saben lo que buscan, estar a bien con los que no le dan, pero le dicen donde hay. Todos pudiéramos poner varios ejemplos de este tipo de gente, pero el objetivo no es ofender, sino llamar la atención sobre problemas mayores consecuencia de la mala selección de los cuadros. El buen cuadro no es el subalterno que le resuelve la leche o la carne para la niña, es el que lo mira a los ojos y le dice lo que piensa. Pero a veces es difícil llegar a la casa y no haber resuelto los problemas domésticos, como le pasa a la mayoría del pueblo.

Ese cuadro “fiel” que siempre está presto a alagar al jefe, a resolverle sus problemas, es a la vez déspota con los de abajo, desvía los recursos en beneficio propio y el de sus amigos, no cumple los planes porque le faltan recursos -y como la mayoría- le echa la culpa a la crisis o al bloqueo. Tenemos que deshacernos de los repetidores de consignas, del ala leva y saldremos adelante.

 

 

sábado, 20 de mayo de 2023

Isabela y sus demonios

 


En la vida desterrada

no hay puerto, seno, ni abrigo

como el hallar un amigo

en la sed de la jornada.

José Martí

 

Hay historias de vida que no se deben olvidar, entre ellas la de algunos  desterrados. Mi abuelo me contaba que en el tiempo de la colonia, la pena de muerte sólo era conmutada con el destierro. Desterrados fueron Heredia, Varela, José Martí y muchos otros. El cantor del Niágara[1] tuvo que claudicar de sus ideales políticos para poder ver de nuevo su patria y Martí dijo: “Los desterrados saben que la tristeza que inunda el alma en la tierra, es el dolor mismo del destierro. Hay almas que no saben nada de esto,-porque hay almas-nubes, y almas-montes, y almas-llanuras, y almas-antros”.[2]

Porque los desterrados son seres humanos que sufren, en ocasiones más que los demás; sobre todo porque sufren el más terrible de los dolores si el destierro se lo han impuesto ellos mismos. La pena de aquellos que se saben alejados de la patria por su propia decisión, es inmensa. Ellos tiene carácter, dignidad y para mí, también tiene rostros. En recordación a su inmenso dolor va este modesto homenaje, dedicado a todos los cubanos que salieron del país por diversos motivos y que se encuentran hasta en los más recónditos lugares del mundo.

 El hijo.

Era pequeño y débil, sus padres -muy jóvenes- tenían expectativas muy elevadas para el primogénito, pero éste no cumplía con la mayoría de ellas. Era pálido, poco hábil en lo que ha destrezas físicas se refería y mostraba constantemente miedo al relacionarse con otros niños. Aunque contaba con una preclara inteligencia y aprendió a decir frases completas con apenas un año, para la misma edad a penas se sostenía en pié sin la ayuda de un par de dedos solícitos que lo apuntalaban por las axilas. Era arrítmico, torpe y a veces distraído, o ausente.

Durante los primeros años de vida no podía mantener un paso de baile o entonar una melodía; a pesar de que el deporte y la música fueran su pasión. Nunca pudo tampoco sostener una comunicación armoniosa con los de su edad. A los seis años y medios se le declaró epilepsia.  La madre lucho a brazo partido para controlarle esa dolencia, pero el padre desistió; tenía otras prioridades, se marchó del país.

Damián siguió siendo un magnífico estudiante hasta culminar la enseñanza media, a diferencia del hermano que siempre tenía las libretas sucias y las tareas sin hacer, éste se preocupaba porque sus notas siempre fueran impecables. Si obtenía alguna por debajo de 90 puntos, la iba a revalorizar para mejorar su promedio académico. Tal era de bueno que en 9no. grado fue propuesto para ingresar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC); pero, como muchas otras cosas que no le salieron bien, no pudo. Le señalaron falta de combatividad, estigma que estaba de moda por la época. ¿Qué era para un adolescente de 14 años la combatividad? El no sabía. Damián era tímido, su enfermedad lo había hecho inseguro, pero sobre todo quería que su mamá estuviera orgullosos de él. No pudo ser. En el preuniversitario fue a todas las escuelas en el campo, participaba en las actividades revolucionarias e hizo la previa del Servicio Militar Obligatorio con honores. Hasta ahí llegó su empeño, lo que su madre quería era todo lo que no podía ser; sin embargo, él era muchas cosas que su madre no veía. Por eso empezó a enfrentarla y más tarde a odiarla --por lo menos eso creía- porque en realidad era lo que más amaba en la vida.

La madre.

La madre era un ejemplo de dignidad y patriotismo. Militante del Partido Comunista (PCC) desde los 26 años, educó a sus hijos dentro de esos principios. Recuerdo que de pequeño le enseñaba a Dmián que todo lo que venía del norte es malo, hasta el frío. Muchas veces era severa, estaba malhumorada por lo difícil de la vida de una mujer trabajadora en la Cuba revolucionaria y que además debía educar a dos varones, con padres ocasionales, ya que el trabajo y la revolución estaban primero que el matrimonio y que todo lo demás. Damián prefirió idealizar al padre, que no tenía que luchar con él, ni regañarlo. Claro, siempre ausente, se convirtió en leyenda.

A Isabela -así se llamaba la madre- más que la educación familiar, la había influido la etapa que le había tocado vivir. Prefería participar intensamente de la vida social, marchar por las calles -como el resto de las milicianas[3]. Las causas de los pobres y la utopía, sustentada las consignas de su tiempo.

Como tantos otros jóvenes, participaba de la vida política. Durante la lucha guerrillera cuidaba la puerta para que sus padres escucharan en la “Radio Rebelde”[4] La noche en que los aviones norteamericanos bombardearon la Base de San Antonio de los Baños[5] -relativamente cerca de su casa- estaba alerta para encender o apagar las luces, según le orientaba el miliciano que estaba en el portal de su casa. En el año 1962, esperaba la “Guerra de los Misiles”[6] en una brigada sanitaria donde la adiestraban como camillera, aunque sólo tenía doce años.

También había sido fundadora de la Unión de Pioneros de Cuba (UPC) y sin cumplir la edad requerida, había ingresado a la UJC, destacándose como líder estudiantil y juvenil. Fue así como –apoyada por su padre- participó en las recogidas de café en las montañas de Oriente en los años 1963 y 64 y llegó a ser educadora de la organización juvenil en su municipio. También fue presidenta de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en la región donde vivía y a pesar de los reclamos de la madre, que la quería convertir en una señorita de sociedad, se había formado cómo maestra, marchando decidida a su práctica docente en la montaña. Sobresaliendo en todas esas tareas llegó a ser miembro del Comité Nacional de la UJC.

El padre.

El padre también fue militante del Partido, cuadro de la UJC en su municipio; pero, en la década de los 80, cuando Damián tenía apenas 8 años, se marchó a los Estados Unidos. Para mayor desgracia –además de su enfermedad- el inocente niño empezó a vivir la tragedia de ser “hijo de un gusano”.

Los incidentes en la Embajada del Perú, donde fue asesinado un miembros de la Seguridad del Estado cubano, fue el detonante para que se retirara la custodia de la misma y se introdujeran -en un estrecho recinto- unas 10 000 personas en menos de 24 horas. Hasta los transeúntes que caminaban por la 5ta avenida, tiraban los documentos que los comprometían con su afiliación comunista y cruzaban la cerca. Según afirmó el propio Fidel[7], el gobierno sabía lo que iba a pasar al eliminar la custodia de la embajada. Tal parece que los hechos dantescos que allí ocurrieron no importaban: niños y ancianos hacinados, hasta heridos y muertos, víctimas de la histeria colectiva.

El éxodo del Mariel estuvo orquestado por el Gobierno cubano, en respuesta a las limitaciones que imponía Estados Unidos a la emigración segura y regular desde la Isla y los que se reunieron en la Embajada del Perú eran sólo conejillos de indias y mártires de una euforia colectiva estimulada desde fuera, fenómeno social digno de ser estudiado. Lo que importaba –como casi siempre- era el impacto político del problema: presionar al gobierno de Estados Unidos con el éxodo masivo, desatar una campaña mediática por parte del enemigo que colocara a la pequeña isla comunista como una tiranía de donde sus hijos tenían que huir.

Es cierto que la indiferencia científica se puede justificar desde el punto de vista de los estudios sociológicos, debido a la elección de elementos sustanciales del modelo soviético en diferentes esferas de la vida social cubana. Es por ello que en el año 1976, desaparece el Departamento de Sociología en la Universidad de La Habana y sus estudiantes pasan en plan de liquidación a la Facultad de Filosofía e Historia de nueva creación. No va ser hasta el curso 1986-1987 en que entre las carreras aprobadas vuelve a reaparecer la misma[8].

Fue así como el Gobierno cubano dio la autorización para que embarcaciones de la emigración cubana en la Florida vinieran al puerto de Mariel a recoger a personas que solicitaban sus familiares. Los que aparecían en las listas que traían los lancheros eran idos a buscar a sus casas y trasladados a la playa “El Mosquito”, cerca del puerto, donde se corrían los trámites imprescindibles.

Por la época se le daban mítines de repudio a los que desertaban del proyecto revolucionario, buscando una solución individual a las penurias que tenía que padecer el pueblo cubano, víctima del bloqueo que les imponía los Estados Unidos o de la impericia de administraciones -muchas veces incapaces- hasta que se prepararan los cuadros “idóneos”. No se entendía que algunos abandonaran el camino donde se encuentra el deber, para seguir aquel donde se vive mejor y se les agredía moral y hasta físicamente, sin respetar el derecho que tiene cada cual a decidir dónde quiere vivir, por malas que puedan parecer éstas decisiones.

La última vez que Miguel, el padre, fue a despedirse de Damián, tuvo que cuidar en el coche al hermanito –hijo del segundo matrimonio de la madre- para que ésta, acompañada de su hijo, asistieran a un mitin de repudio que se celebraba en su edificio. Entre gritos de traidora, se vitoreaba a la Revolución, mientras la impelida trataba de entrar subrepticiamente en su casa, angustiada por la ofensa. Nada dijo el padre, después de más de una hora se marchó en silencio y Damián comenzó a sufrir el abandono.

Días después, alguien del trabajo de Miguel se presentó en casa de Isabela, preguntando por éste. Ella sorprendida le informó que él no vivía allí desde hacía 6 años y que no entendía porque lo buscaban en esa dirección. El aludido nada le explicó y ella lo tomó como un despistado; pero, la noticia estaba por golpearla.

El día del octavo cumpleaños de Damián, todos esperaban al padre para picar el cake; a diferencia de ello se presentó el abuelo y llamando a la madre hacia la cocina le comunicó la noticia: Miguel se había marchado del país. La desesperación lo nubló todo. ¿Cómo iba a explicar al hijo que su padre era uno de aquellos que eran repudiados en las calles? Entonces inventó una mentira y le dijo que su padre había marchado de misión por 5 años hacia la Unión Soviética. De todas formas -a pesar de la diferencia ideológica que significaba- esa también era una forma de la época para separar a las familias. Isabela nunca mentía a nadie y le dolía especialmente hacerlo con su hijo, pero el niño estaba enfermo, se justificó y cargó con esa culpa toda la vida.

Destrozada le escribió una carta a Miguel. En su opinión, cualquier lugar del mundo era oportuno para ser digno y patriota, por lo que Miguel debería recuperar esas dotes para volver a ver a su hijo. En la carta le pedía que tratara de amar y defender a Cuba donde quiera que se encontrara. ¡Cuántas interrogantes!

La tía.

Pero esta no sería la única sorpresa para Isabela, recién parida como se encontraba, gozaba de licencia por maternidad; amantando a su pequeño bebé, estaba un poco alejada del bullicio de la calle y de las noticias de lo que estaba ocurriendo. ¡Cuál no sería su sorpresa al descubrir, que entre los que se apilaban en el puerto del Mariel -esperando a “familiares” que los venían a buscar- se encontraba su hermana. Ellos no tenían familia alguna de los Estados Unidos y nadie podía suponer que Marlen fuera la primera. Ella se había marchado subrepticiamente como Miguel. Estaban temerosos de que si se sabía en el barrio o en sus trabajo los agredirán como se estaba haciendo con todos los que se marchaban. Sin embargo, eran sólo víctimas, cómo le eran sus familias.

De pequeña, Marlen, se había quedado pegada a la casa paterna; en parte por comodidad, y en parte porque así lo había preferido la madre, quien consideraba que ya había perdido una hija con la Revolución y no quería perder a la otra. Remolona en la escuela, había repetido varias veces el 7mo. grado y terminó graduándose en una escuela de oficios, más preocupada por pintarse la cara, que por aprender algo. Sin embargo, era muy linda, alegre y cariñosa; cualidades que le granjeaban el afecto de todo aquel que la conocía.

Con veintiún años y casada recientemente, la familia se sentía contenta con la elección de Marlen. No sucedió así con la segunda boda de Isabela, ya que eligió como compañero a un mestizo y por eso la familia estaba un poco alejada de su casa. Nadie le contaba lo que estaba pasando con su hermana, porque temían que su posición intransigente ante las posturas anticubanas creara un caos.

Después de varios días en que Marlen faltaba de la casa, pretextando la enfermedad de la madrastra del esposo, la madre se presentó en casa de la suegra para saber de su hija y encontró el apartamento sellado. Todo fue una explosión de angustia. Sin embargo, con el tiempo todos supieron que ella sabía del viaje y le había aconsejado a la hija seguir a su marido, como –según la tradición- le correspondía a una buena esposa. Fue así como del Vedado, Marlen fue a dar –con 21 años- a un país del que no conocía ni la geografía y acompañada de personas que más tarde la abandonarían a su suerte.

Si de tragedia personal se quiere hablar, ésta fue la más terrible. Una muchacha que apenas había salido de su casa,  que no hablaba inglés, se puso en manos de un hombre que se convirtió en su única familia, sostén y apoyo. Después vino el silencio. Nada se sabía de aquellos que hasta ese momento habían sido parte importante en nuestras vidas. No se podía mantener relaciones con los que se iban si se quería seguir militando en las filas de la Revolución. Tampoco existían en el país las condiciones técnicas para mantenerlas. Y pasaron quince años…

El derrumbe.

Algo grave pasó en el mundo y Cuba empezó a cambiar.  Inmersa en el desarrollo y perfeccionamiento de la obra de la Revolución se encontraba la Isla cuando se produce -en la década de los años 90- la desintegración de la URSS y el derrumbe del campo socialista, y esos hechos se reflejaron dramáticamente aquí, puesto que la economía del país estaba integrada a esa comunidad.

En 1989, Cuba concentraba el 85% de sus relaciones comerciales con la URSS y el resto del campo socialista[9]. En este intercambio se establecieron precios privilegiados que evadían los vaivenes del Mercado Mundial. Al propio tiempo, se aseguraba el suministro de tecnologías y la obtención de créditos comerciales en términos satisfactorios de plazos e intereses. Estas condiciones permitieron un crecimiento estable en el país durante la década de los años 80, a la vez que sembraron las secuelas de la que más tarde padecimos: la incapacidad para participar en un mercado altamente competitivo; acompañado de ineficiencia y exceso de prerrogativas sociales insostenibles económicamente. 

Al producirse el derrumbe, en un período muy corto Cuba disminuyó su capacidad de compra de 8 139 millones de pesos en 1989, hasta dos mil millones en 1993[10]. Se desencadenó una gran euforia en los Estados Unidos; especialmente, entre los grupos contrarrevolucionarios de cubanos en Miami. Se vaticinaba que el desmoronamiento de la Revolución Cubana era cosa de días o de semanas. Llegaron a realizar gestiones políticas para la organización e integración de un nuevo gobierno. Sin embargo, pasaban los meses, se ampliaba la crisis, pero en Cuba no había descomposición. El enemigo no entendía nada, como nunca ha entendido a nuestro pueblo, al cual a decir de Martí, desprecia.

Entre las cosas que sucedieron, mejoraron las comunicaciones con los desterrados, muchos volvieron y con ellos una seudocultura mitad cubana y mitad yanqui que ya habíamos olvidado. Fiestas de quince, navidad, Santa Claus y los arbolitos o Halowing, volvieron. Aunque Isabela seguía siendo una comunista ciega que juró que en su casa no se pondría un arbolito mientras estuviera viva, Marlen ya podía hablar con su hermana y en ese aciago momento llamó para saber que estaba pasando en Cuba. La hermana le contestó que en Cuba no se movían ni las hojas de los árboles.

En la estrategia del atolladero, se pusieron en práctica una serie de medidas encaminadas a lograr la elevación de la eficiencia económica y la competividad, el saneamiento financiero interno, soluciones al endeudamiento interno; la reinserción en la economía internacional, incentivar la inverción de capital extranjero, el fortalecimiento de la empresas estatal cubana, condición todas esta necesaria para que los comunistas no perdieran el poder político. Como era de suponer, también se incrementaron en el norte las acciones para difamar y acabar con la Revolución y arreciar aún más el bloqueo económico. Así, a mediados de 1992, el gobierno estadounidense aprueba la Ley Torricelli caracterizada por el uso de “dos carriles”[11] y la Ley Helwys Burton[12]

Isabela, quién explicaba Economía Política en la Ciudad Universitaria José A. Echeverría (CUJAE), estaba perdida. Y parafraseando a un político de la época, prefirió reubicarse antes que enloquecer[13]. Fue así como fue a parar como directora de una secundaria básica en su municipio de residencia, porque entre otras cosas, no había combustible, ni transporte y trasladarse a la CUJAE se convirtió en una odisea.

El regreso.

También, a consecuencia de circunstancias políticas totalmente ajenas a los intereses de sus víctimas, Marlen pudo un día visitar de nuevo su patria, pero las autoridades en ella –a pesar que formalmente la reconocían como cubana- la recibían como extranjera, o como la calificaron: “cubana americana”. Si nos detenemos un minuto a examinar esa expresión, veremos que en sí misma es absurda. ¿Es que acaso Cuba no está en América, o la única América que existe es la del norte?

Además, era cubana para cobrarle el sobre peso y tener que pagar por un artículo dos veces su costo: el que pagaba al comprarlo en EEUU y la tarifa que le cobraban en el aeropuerto internacional José Martí. Sin embargo, su hijo, nacido en los EEUU no tenía que pagar nada. Era cubana porque tenía que sacar dos pasaportes, con el debido costo de actualización: uno como ciudadana norteamericana y otro como cubana. Era cubana para que un pasaje o una llamada a Cuba le costaran más cara que a cualquier lugar del mundo. Y era cubana sobre todo para que el quitaran al entrar el 20% del dinero que había tenido que ganar bajo una despiadada explotación, en el país más poderoso del mundo.

Mujeres y niños cubanos que antes reían en el aeropuerto de Miami porque venían a Cuba a ver a sus padres y abuelos: el sol, las vaquitas, las gallinas y los caballos; lloraban en el aeropuerto de Rancho Boyeros, porque no les alcanzan el dinero para pagar por los regalitos que traían a sus familias, después de tan larga ausencia. Pero eso no le importaba a nadie. Eran gusanos.

Pero volvamos al regreso de Marlen. Era una mañana soleada, como casi todas en su hermosa Cuba y la familia se amontonaba, junto a muchas otras personas, tras el cordón de prohibición que los mantenía de pié y expectantes en el aeropuerto. Estaban separados unos 10 metros de la puerta de cristal por donde aparecerían los emigrados. Antiguos traidores que ahora regresaban como Santa Claus, cargados de regalos.

¡Qué vamos a hablar de sentimientos encontrados! Allí, en el grupo amontonado de gusanos estaba Isabela, la comunista. ¡Cómo culparla, la que regresaba a la patria era su hermanita, la única que tenía, aquella que había crecido devastando su adolescente vida, cogiéndole los vestidos nuevos para arruinaros en el piso mientras jugaba a los yaquis; la que le gritaba apodos mientras presumía entre sus amigos del Círculo Social, o la obliga a regresar a la casa amenazándola con contarle a la mamá de sus amoríos. Sin embargo, ir a recibirla también le costaría que el poder comenzara a desconfiar de ella. La vida las había separado no sólo físicamente. Mientras Marlen se marchaba a los Estados Unidos, Isabela se preparaba como profesora de marxismo en la URSS. ¡Cuánto sufriría la madre! Sólo tenía dos hijas y una era comunista, mientras la otra era “gusana”.

Dentro del bullicio y la ansiedad su familia divisó su cara. Claro, no era aquella misma de veintiún años que se había marchado, el tiempo había hecho sus estragos, pero seguía siendo bella. Ahora, con el pelo decolorado, más pálida por el clima del norte y con un aire superficial de extranjera de “Extranca”, masticando las “eses” junto con la goma, pero allí estaba.

La familia se abalanzó en el público, Isabela tomó al pequeño que traía en brazos –su sobrino- y que pasaba como 50 kilos, a pesar de sus apenas tres años y de pronto Marlen empezó a gritar: -“Me roban el niño”. Sí, aunque parezca extraño estaba aterrada. Después explicó que cuando hacía las compras para venir a Cuba, en la tienda había secuestrado a un niño; a nosotros nos pareció del todo anormal, porque aquí eso era una excentricidad. –“No te preocupes, le dijo Isabela, que si alguien se equivoca y se lo lleva, te lo devuelve de inmediato cuando comience a pedir comida, porque este pequeño monstruo debe comer  por tres”. Y todos rieron la broma.

El hijo pequeño de Isabela, que era un bebé cuando la tía se marchara, contaba para la fecha quince años, los mismos que falta la tía de Cuba, por lo que no la conocía, se sorprendió de ver una mujer, medio loca, que gesticulaba igual y se parecía a su mamá, por lo que no la extrañó, y al poco tiempo después de haber llegado, jugaba con ellas a las cosquillas tirados en la cama, como si se conocieran de toda una vida. Dicen que es la “fuerza de la sangre”.

Pero todos no fueron risa. Marlen estaba ansiosa de reunirse con su familia, de sentirse segura en su patria, después de tantos años. Sentada en la sala de la casa materna, la misma de otros días felices, le pedía a Isabela que no se le separara. Aunque parezca difícil de creer, ella había venido a Cuba para estar con su hermana y para nada había recordado que era comunista. Así fue cómo le contó todo lo que había sufrido, sola, sin nadie a quien acudir. Como parió sus hijos entre desconocidos, e inventó para ellos una familia, enseñándoles a llamar tía, abuela o primo a gentes ajenas. En el mercado donde trabajaba le decían “la cajera de llora” y hasta padeció de conjuntivitis por restregarse los ojos mientras atendía.

Pero al que más intrigaba todo aquello fue a Damián, que tenía para la fecha veintitrés años. Él era un hipercrítico de la Revolución y esperaba a su tía con ansias para reunirse entre “gusanos”, excluir a la madre comunista y sentirse en su salsa. Pero nada fue como lo pensaba. Su tía le explicó que aquel era un país frío, calculador y cruel, que sí “no creía en lágrimas”.

Las víctimas del “período especial”[14].

A consecuencias del derrumbe de la economía cubana, también se derrumbó la economía doméstica. La de Isabela, como la de todos los cubanos, se hizo terrible. Empezaron a adelgazar, entre la bicicleta y el no comer. Para la fecha lo único se servía en casa de Damián eran arroz con frijoles negros, estos últimos confeccionados con sólo sal y agua. El plato fuerte podía ser un aguacate o un plátano, si se podía comprar, porque el primero llegó a valer $20.00, que para el salario de la época era alto. El único bombillo de la casa se colocaba –después de comer- en el baño y si tocaban a la puerta, había que bajarlo para llevarlo a la sala y ver el rostro de los que llamaban. Para algunos, a los que la crisis no les tocó la alacena -porque pertenecía al poder o formaban parte del sector, recién fundado, que manejaba divisa- esto puede parecer una exageración, pero las verdaderas “víctimas del período especial”, no me dejarán mentir sobre ello.

Fueron muchas, pero especialmente fue sacrificada la juventud. Ellos no pudieron, como nosotros, disfrutar de las igualdades sociales en Cuba: no pudieron entrar libremente a un hotel, una playa, o un cabaret; fueron heridos por el estigma de las diferencias. Damián fue uno de los tantos, no sólo en el sentido económico, pero sí a consecuencia de éste. En ese momento estudiaba en la universidad, el primer año de carrera de ingeniería mecánica, cuando el poder comer se convirtió en la primera prioridad de los cubanos.

Poco a poco comenzó el desaliento de la juventud. ¿Para qué estudiar si los ingenieros se morían de hambre y están dejando sus trabajos para ser maleteros en los hoteles o choferes de taxi? Había que ayudar a la madre a sobre llevar las penurias del hogar y fue así como él y su hermano salieron a la calle a vender pasteles, con sendas latas sobre la espalda. Isabela aún llora al recordar las llagas que tenía Damián en la espalda a consecuencia de ello y hasta fueron los dos hermanos a parar a la estación de policía, porque era ilegal ser vendedor ambulante. Y no era un bolero, ¡todo se derrumbó! Y más que todo: la esperanza.

Empezaron a aparecer por aquí y por allá los “nuevos ricos” y los símbolos del bienestar económico: el carro o la moto, el celular, las cadenas y los dientes de oro: la especulación. Las cafeterías se convirtieron de “Di Tú”, los garajes en “CUPET” y las tiendas en “Shopping”. Y el discurso de Isabela empezó a palidecer. La vieja ya no era un ejemplo a imitar, con sus huecos en los zapatos daba lástima, mientras los “Adidas” lucían esplendorosos en las vidrieras, que ahora se multiplicaron y hasta servía para mostrar a los que exhibían bebiendo “cerveza de latica” en las cafeterías; las cuales se construyeron al aire libre, o con paredes de cristal, para tal propósito.  

Había que buscar dinero, ese era el “tipo”, el que nos daba acceso a la vida nocturna de la ciudad, el que permitía bañarse en las piscinas de los hoteles y correr motos; o el que permitía que los niños de mi querida patria socialista pudieran comer caramelos o tener juguetes. ¿A dónde fueron a parar las lecciones de moral y buenas costumbre que dio Isabela a sus hijos? Ni ella misma sabía.

Finalmente Damián dejó la escuela, eso no daba nada, y se fue a vender discos quemados en las máquinas computadores que comenzaron a multiplicarse rápidamente. Cuba entraba de golpe y porrazo en la “era informática”. Poco a poco pudo comprarse la propia y separarse de su socio, haciéndose independiente.

Multiplicó sus riquezas construyendo en la sala y la terraza de la casa materna un pequeño apartamento, compró moto, aire acondicionado, celular y ya podía ir a especular con sus amigos a la “disco”. La madre seguía al otro lado de la improvisada pared, pero cada vez más distante. Ella tuvo que vender la bicicleta que le dieron en el trabajo para poder comprar un par de zapatos y para poner la mesa todos los días hizo más inventos que los que se llevaban al “Fórum de Piezas de Repuesto y Tecnologías de Avanzadas”. Damián le viró la cara, era una fracasada.

Hasta el más puros de los comunistas hubiera empezado a cuestionarse en un momento así; algunos enloquecieron, otros se colgaron por el cuello hasta morir. Muchos cerraron los ojos para no ver la realidad y otros empezaron a cambiar. Isabela fue de estos últimos; si el Comandante en Jefe decía que había que aprender de los “Gallegos” que convirtieron el emblemático “Habana Libre” en “Habana Guitar”, pues había que aprender. Fue así como matriculó una maestría en administración y planeamiento en la Universidad de La Habana y trató de llevar a la práctica las nuevas ideas.

En el mes de julio del año 2004 fue nombrada Directora de un museo en el Centro Histórico de la Ciudad de La Habana. Al tomar posesión del cargo, realizó un diagnóstico usando técnicas como la entrevista y trabajos grupales, determinando -a través de las mismas- problemas que más tarde convirtió en objetivos y elaboró su estrategia de trabajo[15] . Resultado de este trabajo informó sobre aquellas tareas que requerían de la participación de esa instancia de dirección. Entre ellas se encontraba el aumento de los ingresos, que sugería –entre otras variantes- el cobro de cursos, eventos y la venta de suvenires alegóricos; tales como: postales, afiches, libros, etc.

Posterior a estas gestiones es que le visita el auditor a consecuencia de una denuncia y le advierte que no puede vender esos afiches porque no tienen ficha de costo. La venta se paró de inmediato, Más tarde se enteró que no se podía elaborar la ficha porque la mercancía era vieja y se desconocía su costo, causa que motivó que se siguieran regalando. Durante el mencionado control se conversaron de variados temas, entre ellos, del cobro de talleres que no se habían ocultado nunca, informándole el auditor que esto no podía hacerse sin control contable, para lo que debía ingresar el dinero en una cuenta y después solicitar cheques para el pago de gastos. Él lo consignó en su informe a la Directora, pero no se tomaron medidas al respecto[16], por lo cual pensó Isabela que estaba autorizado el control establecido por ella hasta el momento y que tal decisión se debía a lo bajo del ingreso, para lo cual le pareció excesivo mecanismo tan complejo. Pero, por esa causa fue separada de su cargo[17] y de las filas del Partido Comunista, a pesar de que se reconoció documentalmente que “fue realizada una auditoria donde no se comprobó hecho alguno de corrupción, ni delito, determinándose que sólo existían las irregularidades señaladas como violaciones del control interno, o cómo dieron ellos: “realizar tareas no autorizadas”. Lo que no deterioraba su imagen como persona revolucionaria y honesta[18]”. Además, no tenía –en sus 35 años de trabajo y 30 de militante- ninguna sanción en sus expedientes.

 

La libertad, la conciencia y la verdad son de los conceptos más prostituidnos de la modernidad. Todos los teóricos políticos de la época elaboraron proyectos para que los hombres fueran capaces de vivir en libertad. Unos le llamaron utopías; otros, democracia y algunos, socialismo. Pero el hombre siguió siendo víctima de las circunstancias históricas. Isabela sabía muy bien esto porque nunca dejó de ser materialista, ni dialéctica. Todos tuvieron que aprender a vivir de otra manera. Ella cayó en una crisis depresiva y Damián se fue del país.

 

La partida.

¿Por qué se fue Damián de Cuba? Vivía asustado. La insistencia en que se trabajara para el Estado y las múltiples prohibiciones que impedían muchas formas de sustento honesto, llegó al acoso por parte de las organizaciones “políticas y de masas”. Por eso Damián fingía que trabajaba. Se mantenía las 8 horas de la supuesta jornada laboral, encerrado en su casa, con las ventanas tapadas para que no entrara la luz solar y las miradas indiscretas. Había sido advertido por la policía económica (DTI) por poseer una antena parabólica. ¿Qué tiene que ver la policía económica con la información? El no lucraba con ella como hacían otros que la alquilaban, cobrando el cable por 10.00 CUC al mes; sólo la veían él y su familia, todos adultos y personas con una buena preparación para discernir sobre los mensajes. El pagaba la tarjeta directamente en un país extranjero, por lo que no había ilegalidad aparente. Sin embargo estaba prohibida, aunque casi todos los altos políticos tienen antena parabólica en sus casas y sus hijos, de los que no de todos no se pueden hablar las mejores cosas, disfrutan de ella.

En esta entrevista, el DTI le informó que conocía de su negocio de venta de discos, pero que no era por eso que lo llamaban en este momento, como advirtiéndole que después lo podrían también llamar por eso y ser más grave la situación. Sin embargo, el no robaba nada. Compraba los discos en las tiendas en divisa, los grababa en su computadora –la cual compró en piezas y armó personalmente- ya que para la época el Estado no vendía computadoras a particulares, a no ser periodistas o algún otro privilegiado; sin embargo, el país está lleno de computadoras personales que la población fue adquiriendo también de forma ilícita.

Damián tenía mucho miedo que le quitaran su patrimonio, el cual consiguió caminando las calles del Vedado y visitando a los empleados de hoteles, tiendas y cafeterías que obtenían ingresos en divisa. También trabando hasta la madrugada en componer carátulas, arreglar y quemar los discos de música, películas y videos. La fuente era Internet, que también era ilícita en el país para la mayoría de la población, o comprándoselas a otras personas que las bajaban por cantidades, o las recibían del extranjero.

La corrupción.

Ahora  -en las altas esferas- se usaba eliminar a los enemigos políticos acusándolos de corruptos; ¿qué íbamos a esperar para los de abajo? Como había que votar gentes, para pasar por incorruptibles, aprovechaban la oportunidad para sacar a los que no formaban para te de la camarilla, o aquellos que pudieran significar un peligro para el orden establecido.

Así los que sacaron a Isabela vivían en casas restauradas del Centro Histórico, que habían costado al pueblo más de $30 000 dólares. Tenían plantas eléctricas familiares, bombas de agua y aires acondicionados, cuando la población a su alrededor sufría la carencia hasta del más preciado líquido y tenían que asaltar las fuentes con las que se adornaba el patrimonio de la vieja ciudad. También destruían los parques y plazas públicas para tomar pedazos de madera o metal con que reparar sus casas, o se los compraban a sobreprecio a los trabajadores de las poderosas empresas restauradoras. Por esa razón los parques y plazas fueron enrejados y todos nos vimos privados de ellos.

También se encerraban en un mundo cultural ficticio, dicen que a la usanza del siglo XVIII cubano. Mientras se vanagloria de ser la Habana Vieja un proyecto con la comunidad incluida; era en realidad un proyecto turístico excluyente. A los museos apenas asisten pequeños grupos de abuelos, por el desayuno que se les ofrecía; o escolares conducidos por su maestros. Los programas culturales que se ofrecen en los mismos no están al alcance de la población que los rodea; que es su mayoría no entiende de “música antigua” o “clásica”.

Poco o nada influyen en la misma, porque la mayoría del personal de que se han rodeado para desarrollar esta tarea, desprecia o desconoce cómo tratar con pobladores amantes del reggae. ¿Dónde están los cabildos y las congas africanas que amenizaron la ciudad colonial que se quiere recrear? Había en San Isidro un proyecto comunitario de rumba, que apoyado por una ONG extranjera, se desarrolló por un tiempo, pero que fue languideciendo por falta de apoyo económico.

El fortalecimiento de una identidad cultural dentro de cualquier organización, requiere de una acción directiva pensada y proactiva. Sin embargo, el proceso de diálogo, consulta y coordinación con las comunidades locales no siempre es parte integral y continua de las actividades de planificación y manejo de las instituciones culturales enclavas en las mismas. Uno de los principales focos de tensión y conflicto entre los administradores y las comunidades, es la falta de conocimiento y por ende, de entendimiento entre ambos; y por ello muchos de los procesos de tomas de decisiones tienen efectos nocivos en la relación entre las partes. Esto pone en evidencia la necesidad de los estudios culturales comunitarios.

Según estudios realizados en el 2005[19], en la comunidad de San Isidro existen 11554 habitantes. La edad promedio es de 32 años; el 31,7% tiene edad escolar, el 51,1% edad laboral, un 13,5 son ancianos y un 3,5 niños en edad preescolar. No existe analfabetos, un 24% tiene nivel Primario, el 24,7% nivel Medio Básico, un 38,3% Medio Superior y el 8,2% Superior.

Como se puede apreciar, la población está formada fundamentalmente por mujeres en edad laborar, cuyo nivel educacional promedio es de educación media superior. Pero, de los que se encuentran en edad laborar no trabaja el 34,4%, los cuales se dedican fundamentalmente a: amas de casa[20], artistas independientes,  negocios ilícitos.

El ingreso per cápita promedio es de $83,50 y el salario medio es de $210.00, lo que se considera bajo en relación con los bienes que pueden adquirir con él; las actividades económicas que realizan están referidas fundamentalmente al sector de la educación, la cultura, servicios gastronómicos, de salud y otros. En los mencionados sectores se agrupa el 73,7% de la fuerza laboral; mientras a la construcción, la pesca y la industria sólo lo hacen el 26,2%. En la Oficina del Historiador de La Habana sólo trabajan el 4,9% de los habitantes de este barrio.

Aunque todos los pobladores reconocen los valores históricos y naturales de la zona donde viven, el 47,5% se queja de problemas con el medio. Entre los más acuciantes señalan: La falta de higiene, carencia de agua potable, mal estado constructivo de las viviendas y calles,  ruidos, conducta social impropia,  polvo y humedad relativa elevada. Se quejan además: un15% del transporte, un 40% de la falta de teléfono, el 32,5% de no poder adquirir los periódicos, el 10% de no tener radio, el 7,5% de no tener televisión y el 17,5% de no poder adquirir libros por lo altos precios de estos.

En lo expuesto se ponen de manifiesto que para lograr un desarrollo sociocultural de la comunidad es necesario alcanzar un equilibrio armónico entre la cultura, el ambiente y el desarrollo. En la actualidad, a pesar de los proyectos viables instrumentados en el Centro Histórico, en la comunidad de San Isidro, éstos son aún insuficientes para conjugar la elevación sistemática de la calidad de vida de la población, con el estado saludable del medio en que viven. Entre los aspectos negativos se destacan el insuficiente vínculo de la mujer al trabajo que aseguren los ingresos necesarios a la familia; así como, la elevación progresiva de los ingresos de la población. Por todo ello, se puede afirmar que se está en presencia de una contradicción.

En las condiciones actuales, el medio y el hombre se excluyen y se presuponen en La Habana Vieja. Se excluyen, porque el aparente beneficio de uno, parece significar aparentemente el perjuicio del otro. Por ejemplo, los vecinos se quejan de que no pueden mejorar sus condiciones de vida, dadas las restricciones que existen para realizar modificaciones en sus domicilios; sin embargo, se presuponen, porque no se puede hablar de tratamiento adecuado del medio haciendo exclusión del hombre, una de las partes componentes; ni del desarrollo de las colectividades humanas excluyendo al medio, su substrato material.

Las contradicciones son objetivas y a su vez constituyen fuentes del desarrollo, por lo que de su correcta utilización depende la solución de los problemas. Para ello, deben instrumentarse mecanismos económicos capaces de conjugar los intereses colectivos e individuales, con los sociales, relacionados con el mejoramiento de las condiciones materiales. Por ejemplo, insistir en la paulatina incorporación de la mujer al trabajo, el incremento de las reparaciones planificadas de casas y calles, la mejoría en el suministro de agua, el incremento de la recogida de desperdicios y otros males que afectan objetivamente esta comunidad.

Los factores culturales, como los intereses, son objetivos y reflejan la práctica sociohistórica en la mente del hombre, por tanto, no se pueden lograr nuevos modelos culturales, sin sustituir las formas antiguas de supervivencia, por otras nuevas que -en un nivel cualitativo superior- expresen los intereses de los implicados en armonía con el medio. La armonía -determinada objetivamente- entre la práctica socio-histórica y la cultura comunitaria, debe lograrse en el plano  subjetivo a partir del entendimiento de las partes involucradas y no de la imposición de medidas administrativas que tiendan a agudizar la contradicción.

Por eso, aunque existan medidas administrativas y educativas que prohíban determinas actividades, o expliquen el significado nocivo de las mismas para el medio[21]; si no se transforman las prácticas socioeconómicas en función de influir sobre los referentes culturales de los implicados, seguirán existiendo actitudes regresivas hacia formas antiguas y arraigadas de supervivencia. También las prohibiciones administrativas pueden motivar el éxodo o la desaparición definitiva de las comunidades, si las medidas se hacen cumplir estrictamente. Claro que en la comunidad referida no es éste el caso.

Paralelamente no se ha facilitado la participación de las comunidades de la Habana Vieja en la toma de decisiones sobre aspectos relacionados con el proyecto socio cultural del Centro Histórico, tal y como participan en el resto de los procesos económicos, políticos y sociales de la Nación. En sentido general, las decisiones se han tomado de forma centralizada, sin tener en cuenta la cultura comunitaria, en muchas ocasiones desconocida, o ignorada.

Este estudio lo realizó Isabela, cuando era directora de un museo en esa localidad, pero no le importó a ninguno de los decisores, a pesar de que en el proyecto comunitario que desarrollaba, estaban implicadas todas las organizaciones políticas y de masas. Esto costó caro más tarde, cuando la contrarrevolución se dio cuenta que en esa barriada existía caldo de cultivo para sus desmanes. Pero nadie fue sancionado por ello.

La libertad, la verdad y la conciencia.

En el “Contrato Social” de Rousseau, (1712-1778),  uno de los escritores más elocuentes de la Ilustración, ya se encerraba una exaltación a la soberanía popular y una llamada al carácter constitutivamente moral de la sociedad. Siendo la sociedad -tanto el origen de la desigualdad humana como la única posibilidad de libertad- sólo quedaba el camino de interpretar de otra forma los términos preconcebidos, esto es, cambiar la sustancia del pacto, convirtiéndolo, de hipótesis jurídica, histórica o no, en un ideal de moralidad, expresado en el concepto de “voluntad general”. Ello haría posible el pacto y la soberanía del pueblo sería su resultado[22].

Las bases teóricas del proyecto social de Félix Varela (1788-1853), para la Cuba que imaginaba, también tenían como base un grupo de principios morales y sociales que coincidían con lo anterior. Los dos conceptos básicos de su formulación eran la libertad y la soberanía y en su opinión, todos los hombres deberían tener la misma libertad, pues esta era intrínseca al propio hombre, no obstante, consideraba que los hombres en sociedad -al estar divididos por sus intereses- necesitan ser gobernados por alguien. Por su parte, la soberanía consistía en la renuncia de una parte de la libertad de los hombres a favor de la sociedad[23]. O sea, que los paradigmas de la libertad estuvieron siempre condicionados por los intereses de la clase dominante y el hombre como individuo sólo fuera una veleta de las circunstancias.

No hay sueño moderno más irrealizable que la posibilidad de escoger libremente nuestro futuro. Sobre el tema gastaron muchas cuartillas también los existencialistas y post modernos. Heidegger (1889-1976), quién reelabora la estructura de la trascendencia, afirma que ésta constituye la misma esencia de la subjetividad, o sea, el proyecto y el esbozo de un mundo, pero de manera tal que el que trasciende está dominado por el reino del ente que el mismo trasciende. De este modo la trascendencia es, según Heidegger, la libertad misma[24]. Por su parte, Jaspers (1883-1969) consideraba que único modo de ser uno mismo, la única elección auténtica que no implica traicionarnos, es aceptar incondicionalmente la situación a que uno pertenece de hecho. Por lo tanto la libertad coincide con la necesidad de la situación y la posibilidad significa en el fondo imposibilidad[25]. El pensamiento de Sartre, impregnado de ateísmo y pesimismo de una forma explícita, argumentaba que los seres humanos necesitan una base racional para sus vidas pero son incapaces de conseguirla y, por ello, su existencia es “pasión inútil[26].

Nietzsche (1844-1900) también difundió una sospecha que, de alguna manera, abarca o completa a todas las sospechas anteriores: la sospecha acerca de la verdad; de la verdad tal como nos la ha legado el pensamiento tradicional, que concibe lo verdadero como un universal abstracto. Esa verdad por ser concepto puro no estaría determinada por ninguna finitud material. De lo anterior se puede deducir que las nociones de verdadero e incluso de buenodependen de los dispositivos de poder que logran imponer socialmente sus propias creencias; generando de esta manera corrientes de opinión y –obviamente – de adhesión.

Sin embargo, es siempre desde finitudes materiales que se enuncian y por lo tanto, según su opinión se construyen las verdades, o lo que una determinada época histórica considera verdadero. Según él detrás de cada verdad como imagen dogmática del pensamiento está lo oculto, está aquello de lo que hay que sospechar. Sospechar de la “bondad” de la verdad[27]. Esto lleva a la necesidad de denunciar el autoritarismo de los discursos de quienes se declaran poseedores de alguna verdad.

Marx (1818-1883) nació antes que Nietzsche y, aunque durante un período de sus vidas fueron contemporáneos, no existe contacto teórico entre ellos. Pero sospecha de las teorías que “descienden del cielo a la tierra”. Es decir, que pretenden explicar la realidad desde conceptos ideales. Marx sospecha de las fijaciones a los signos y a partir de la consideración de las relaciones materiales e históricas intenta “ascender de la tierra al cielo”, esto es, ir de lo real (tal como es) a lo conceptual (tal como debería ser lo real). Marx, al sospechar de la moneda como representación de la riqueza posibilitó una nueva disciplina, la economía política. Sin embargo, la compleja, y a veces confusa, obra de Marx, permitió que se produjeran muchas interpretaciones dispares de la misma.

Si las verdades son construidas, si el hombre es víctima de las circunstancias y su responsabilidad ante la vida sólo genera angustia. ¿A dónde vamos? Por qué culparnos constantemente, porque juzgarnos los unos a los otros constituyéndonos en dioses. Hubo personas en Cuba que fueron sancionadas y cumplieron prisión por la tenencia de divisa. Sus vidas quedaron destruidas, sus familias sufrieron el estigma; sin embargo, cuando el gobierno entendió conveniente se despenalizó el dólar. Hubo personas que cumplieron prisión por salidas ilegales del país; pero cuando el Gobierno entendió conveniente organizó salidas masivas. ¿Dónde está la verdad? Isabela fue toda su vida una comunista intachable y Damián un tímido y buen estudiante, nadie deja de ser lo que es porque otro lo diga, nadie cambia en esencia; pero las condiciones socio históricas pueden guiarte por otros rumbos.

¿Crisis de valores?

Cuando Isabela tenía apenas veinte años, trabajaba en una escuela y debía cumplir con otras obligaciones políticas para las que había sido designada. Un día el administrador le dijo que iba a descontar de su salario los días en que iba a realizar las mencionadas tareas y ella le tiró el salario del mes espetándole: -“yo no trabajo por dinero”. Treinta años después la descubrieron y sancionaron por cobrar las clases de los talleres. ¿Quién cambió, ella o las condiciones socioeconómicas de Cuba?

Sé que en los discursos huecos de las pansas llenas se afirma que el hombre tiene que ser honrado en todo momento, pero ¿quién dijo que vender pasteles, o discos, o cobrar las clases de arte es un delito? Todo dinero conseguido con el sudor de la frente de uno es honrado y en casa de Isabela nunca se ha robado, ni vendido o comprado la dignidad y el decoro de los hombres. Por el contrario.

¿Por qué se habla de crisis de valores -un elemento supra estructural- y no de cambio en las relaciones de producción –un elemento de base? ¿Será por se mantiene la propiedad social sobre los medios de producción fundamentales y las cambios en la esencia de estas relaciones no son fundamentales? Sin embargo, la propiedad social no se realiza, el propietario no se siente dueño porque en primera instancia ésta no satisface sus necesidades; además, por su propia naturaleza la propiedad estatal tiene un carácter contradictorio, se es propietario como miembro de la saciedad, pero no como individuo.

El trabajador no puede ejercer su condición de dueño directamente porque la propiedad estatal es un complejo compuesto de eslabones estructurales en los que se desdobla la producción social. La primera contradicción genera otras contradicciones: entre la necesidad de la dirección desde un centro único y la necesidad de la participación de lo trabajadores en la dirección. Por otra parte, el insuficiente desarrollo de la BTM del socialismo imposibilita que la propiedad estatal garantice a cada copropietario una igualdad social plena, ya que mantiene las diferencias socioeconómicas en el trabajo. Ello provoca desigualdades en el consumo y las condiciones de vida, generadas por la contradicción entre la igualdad de los productores en cuanto a la apropiación de los medios de producción y la desigualdad en cuanto a su utilización.

El fin supremo de la sociedad socialista es el desarrollo universal de la personalidad del individuo, lo cual genera otra contradicción de la propiedad socialista, la necesidad del desarrollo y las posibilidades efectivas para su realización. Todas estas contradicciones tienen su solución en el desarrollo dr las fuerzas productivas y en un mejor manejo de las relaciones con los trabajadores, pero no se puede ignorar hay que estudiarlas con seriedad. Pero la propiedad social no se realiza sobre todo porque la distribución no es con arreglo al trabajo.

La doble moneda, el que se pague en una moneda y se venda en otra, lo impide, porque el trabajador no se siente estimulado y va al trabajo a pasar el tiempo hasta que culmine la jornada y poderse dedicar entonces a lo que le produce el sustento; o a ver qué se puede “llevar” de allí que le propicie el mismo. Porque el robo al estado ha pasado a ser justificado por la psicología social. –“No me dan lo que merezco, pues me lo llevo”

Es cierto que el pueblo de Cuba –ahora que los países capitalistas han renunciado al Estado de Bienestar- es uno de los más protegidos del mundo. Las gratuidades en la educación y la salud; el bajo costo de los alquileres, la seguridad del empleo, entre otras, hacen que la miseria en el país no llegue a la mendicidad. Sin embargo, no hay porque ocultar las formas de explotación existentes.  La calidad de vida la da la divisa y sólo tienen divisa unos pocos. Es así como ha ido surgiendo la clase de los “nuevos ricos”.

El pueblo entendería si se fueran honestos con ello. Los políticos se van a escudar para explicar tal situación en la canasta básica, que se obtiene a bajos precios; pero no dicen que a través de ella sólo se adquiere un cuarto de libra de aceite por persona, 6 libras de arroz, 2 libra de frijoles al mes, un paquete de sal cada tres meses, etc. Un amigo muy revolucionario quiso probar que se podía comer con la canasta básica y comenzó a dividir los productos entre los días del mes: por nada muere de inanición. Un producto base de la dieta cubana como el arroz, el experimento de mi amigo indicaría  que hay que comer diariamente 3,2 onzas de arroz; 2,6 oz de grasa e igual de pollo, no hablemos ya de carne. Por todo ello la alimentación sigue siendo precaria en el país.

¿Por qué después de 60 años de Revolución no puede Cuba producir los alimentos necesarios para que el pueblo -y especialmente los ancianos y los niños- no padezcan  por escasez? Hubo un ciclón en un año y ahora hay una crisis internacional; pero ¿y antes? En lo que se han hecho especialistas los del  Ministerio de la Agricultura es en justificaciones. Siempre un pretexto para que la agricultura no prospere; para que la industria alimenticia no se desarrolle. Pero en cambio, se pueden construir cientos de hoteles en Varadero para mantenerlo vacíos, porque los pronósticos de turismo no se cumplieron, u mandar deportistas a todas la competencias internacionales, aunque  en algunas no tengan posibilidad alguna de ganar.  

La enfermedad.

Es como una enfermedad la que existe en Cuba. Una neurosis colectiva. Todos creen que sus problemas se van a acabar si pueden viajar, si pueden radicarse en el extranjero. ¿Cómo fue que esa idea absurda entró en la mente del pueblo? ¿la culpable fue las ventas en divisas o ya existía desde antes? Hay una moneda con la que se compran muchos artículos de primera necesidad, pero que no es con la que le pagaba a Isabela, ni a la mayoría del pueblo y esta se tuvo que tragar su orgullo y morder la derrota, porque ahora la comunista tenía que vivir de la remesa familiar. Su trabajo, el tan ponderado y que debía ser remunerado en correspondencia con el aporte de cada cual, no alcanzaba para vivir y los gusanos gritados y apaleados vinieron a socorrernos y a salvarnos del “bloqueo”.

Tal parece que nadie ha meditado en el costo ideológico de la divisa que circula en Cuba. Por su culpa los hijos se pararon delante de sus padres y le espetaron en el rostro: ¿De qué sirvió tú sacrifico de tantos años? ¿De qué sirve tu trabajo tan abnegado y consciente, si no puedes con el salario comprarte ni un par de zapatos, si no puedes dar de comer decentemente a tus hijos? Los que acertaron fueron los desterrados que se fueron como gusanos, o los corruptos, o los que se prostituyen. Ellos si pueden mantener a su familia, lograr que viva decorosamente. Los revolucionarios que se quedaron para hacer patria, esos no; esos sólo pueden vivir miserablemente con su decoro.

Pero Isabela se seguía engañando para poder vivir. Su inmensa capacidad para crear mundos imaginarios al acomodo de sus sueños, su terquedad –tan fuerte como la del hijo pero a la inversa- hacía que se repitiera cada día que ella era cubana ¡cubanísima! Y que no dejaría su patria por nada. Nunca podría dejar que el resentimiento se apoderara de ella. En su fuero interno recordaba, como martiana que era, que el Apóstol de la independencia de Cuba exhortaba a la abnegación y el sacrifico por un bien común, del cual su propia vida era ejemplo. Un hombre que sufrió por su tierra, por su familia y por la libertad de su patria y que jamás cejó en el empeño de luchar por el amor, ni por la nación cubana, es digno ejemplo en el accionar cotidiano de cualquier hijo nacido en América.

Martí decía: “yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre: envilece a los pueblos desde la cuna el hábito de recurrir a camarillas personales, fomentadas por un interés notorio o encubierto, para la defensa de las libertades: sáquese a lucir, y a incendiar las almas, y a vibrar como el rayo, a la verdad, y síganla, libres, los hombres honrados. Levántese por sobre todas las cosas esta tierna consideración, este viril tributo de cada cubano a otro[28]

Por ello el primer paso de un gobierno para asegurar la dignidad el hombre debería ser asegurar que el trabajo honrado permita al hombre vivir decentemente del sudor de su frente: la posibilidad de ser útil[29]. El hombre que tiene que robar o prostituirse para lograr la manutención de su familia, no puede tener decoro y es el Estado el que debe asegurar que cada vez más, que los ingresos provenientes del trabajo honrado se acerquen a las necesidades del hombre. Después la sociedad debe asegurar, como aseveraron los padres de la nación, la educación y la salud del hombre, para permitir el ejercicio pleno de su integridad. El respeto, la honradez, la virtud y la integridad se cultivan. “Ser culto es el único modo de ser libre- decía Martí.[30]

Martí también criticaba en las repúblicas latinoamericanas las calumnias, los descréditos, los dimes y diretes, la envidia, el odio y las ingratitudes[31] Para ello afirmaba: “¡Se dice cubano, y una dulzura como de suave hermandad se esparce por nuestras entrañas, y se abre sola la caja de nuestros ahorros, y nos apretamos para hacer un puesto más en la mesa, y echa las alas el corazón enamorado para amparar al que nación en la misma tierra que nosotros, aunque el pecado lo trastorne, o la ignorancia lo extravíe, o la ira lo enfurezca, o lo ensangriente el crimen!” Debe reflexionarse entonces hasta qué punto se está en la actualidad exenta de estos males que agobian el espíritu y envilecen el trabajo. Hasta qué punto segregamos a cubanos por distintas causas, si Martí no separaba en ese concepto ni a los criminales.

Los desterrados.

Isabela se había negado siempre a que Damián abandonara el país, pero ahora          -sin respaldo político de la sociedad- tenía miedo no poder protegerlo si se le venían encima. Ella sabía que la cúpula del poder, sus familias y amigos vivían mucho mejor que Damián: manejaba autos, tenían celulares, trabajaban en firmas extranjeras, disfrutaban de villas de descanso en Varadero y vivían en residencias  -que antes pertenecieron a la alta burguesía- en Nuevo Vedado o Miramar; por eso no estaba de acuerdo en que su hijo fuera, como ella maltratado por ellos.

Sabía además, que la realidad de un emigrado es siempre dura; pero en los Estados Unidos es peor. No todo dependía de conseguir trabajo y poder mantenerlo, no; además, el salario tenía que alcanzar para pagar la renta, o vivirías en la calle. El alquiler de un modesto apartamento se encontraba entre mil y mil doscientos dólares, frío y apagado. Un salario de cajero –que era lo que la tía podía conseguir para Damián- era de 7 dólares la hora  y si tenía suerte y le daban ocho horas diarias, durante seis días a la semana, entonces ganaría unos trescientos dólares semanales, o sea, mil doscientos al mes; el precio de la renta de una casa. ¿Y dónde quedaba la luz, la electricidad, la calefacción, la letra del carro sin el cual no podía ir a trabajar, el seguro y la comida? ¡Y que no vaya a enfermarse!

Para obtener créditos, había que tener un historial por lo menos de cinco años; lo que quería decir: haber pagado tus débitos al banco religiosamente durante ese periodo. Sin créditos nada podías hacer. ¿Cómo comprar un carro o pagar la colegiatura de la escuela de un hijo? Isabela había visto allí a jóvenes que lloraban por la ropa que habían dejado en Cuba; una artista plástica que trabajaba de camarera en un bar nocturno porque la propina le permitía pagar el apartamento. No quería esto para su hijo, pero tampoco lo podía convencer para que se quedara.

Ninguna de estas razones hizo desistir a Damián del propósito de irse. ¡Tan terco! Finalmente se unió al grupo de desterrados de la familia en el año 2008. Este estaba formado por: su padre, su abuela materna, la tía y los primos que nacieron allá, pero que eran igualmente infelices, buscando su origen dentro de un país multinacional. El grupo se completaba con el marido de la tía, el padrastro de Isabela -que se marchó junto a la madre de ésta en el año 1998- y la esposa de Damián, quién lo abandonaría casi al pisar suelo norteamericano. ¡Qué coincidencia!

Después de tantos años de ausencia, avatares y desdichas, en los que Marlen rodó en un país extranjero, abandonada por el “maravillosos esposo” que su madre le recomendara seguir con dos niños pequeños, encontró en su primera visita a Cuba a Iván -un amigo de Isabela que había estudiado en la URSS, pero que terminó allá porque se “enamoró”, o porque encontró el camino más corto y manido a la emigración.

Iván era un hombre muy inteligente, dominaba el inglés bastante bien y el ruso a la perfección –en su primer matrimonio estuvo casado con una soviética. Tenía un título universitario. Aunque en un principio se sintió frustrado por no poder trabajar en su profesión y gastó toda una tarjeta telefónica de $10.00 US  explicándole a Isabela que iba a organizar un sindicato contra el patrón; terminó por reorientarse y hacerse de una nueva profesión: mánager de un supermercado.

Allí trabajaba como un judío 70 horas semanales y manejaba diariamente 1 ½  hora para llegar a su trabajo. Sólo descansaba el sábado y le tocaban al año 15 días de vacaciones en los que viajaba a Miami, para disfrutar del mar que adoraba= era biólogo marino. Así fue como se convirtió en una sombra: llegaba a la casa cuando todos estaba dormidos y se iba cuando no habían despertado aún. Pero era una sombra muy importante dentro de la familia de desterrados. Con él se pudo comprar a créditos la casa, que terminarían de pagar en 30 años, con una letra mensual de 3000 US. Más tarde la hipotecó para pagar las elevadas deudas que había acumulado Marlen y gracias a ello ésta pudo respirar.

Iván no podía tener hijos y adoptó esta familia que ahora vivía de su sudor. Marlen pudo entonces reclamar a la madre que se marchó con el esposo, chofer de profesión y veinte años más joven que ella. En Cuba, éste decía que cuando llegara allá iba a comprar una rastra y que le compraría a la madre de Marlen una casa y todo lo que esta quisiera; pero “chocó con el muro gigante” como decía la vieja y se paralizó. Diez años después de haber llegado sólo conocía la ruta para ir a su trabajo y una tarde en que lo mandaron a recoger a Damián -que aún no podía manejar- estuvo perdido por más de 4 horas. Sólo pudo reencontrar la ruta porque otro chofer lo hizo seguirle, pues ni siquiera entendía la explicación que le daban.

Por eso ahora Iván cargaba sobre sus hombros –además de con la medio loca hermana de Isabela y sus dos hijos- con una vieja de 82 años y con un pobre diablo que no podía ni pedir su cena solo en un restaurante. El grupo en el destierro creció con Damián, el quinto emigrado de la familia de Isabela y ésta se quedó en Cuba sola, con su hijo pequeño y su padre de 87 años; pero más patriota que nunca y afirmando que primero muerta que desterrada. Porque no hay como el dolor del destierro. Éste significa el saberse perenemente en un lugar que no nos pertenece, al que somos ajenos y nos es ajeno. Es un buscarnos constantemente, sin encontrarnos. Es preguntarnos cada día ¿qué hacemos aquí y hacia dónde vamos? 

Epílogo

Han pasado veinte años desde que escribí este relato, pero por distintas causas y con nuevos matices, padecemos una crisis económica. Algunas terribles lecciones se aprendieron por nuestros gobernantes, otras son tareas pendientes. Ya no quedan casi líderes de la Revolución en sus orígenes, los cuales tenían una legitimidad natural por sus hazañas; los nuevos dirigentes tienen que hacerse de la confianza de su pueblo mediante la idoneidad en su trabajo.  Tarea difícil.

A mejorado la comunicación con el pueblo y la descentralización de la toma de decisiones, pero se mantiene la inercia por tantos años de ordeno y mando. La gente tiene miedo tomar la iniciativa y que luego la castiguen por equivocarse. Sobran ejemplos de ello en el pasado.

 La emigración sigue siendo masiva y los desterrados crecen, porque le gente le sigue huyendo a las calamidades que debe enfrentar el pueblo después de dos años de pandemia casi sin producir y con un turismo menguado; además, soportando el recrudecimiento del bloqueo y la inclusión de Cuba en la lista arbitraria y espuria como país patrocinador del terrorismo.  Pero se han flexibilizado mucho la relación con ellos. Al fin se entendió por la parte cubana que los lazos familiares con más fuertes que las ideologías y que la cultura es ;a cuna de la unidad; pero ahora las trabas las pone el gobierno de los Estados Unidos, acompañadas de campanas difamatorias  contra nuestro pueblo, porque continúan queriendo vencer por hambre la dignidad cubana.

¿Y qué ha sido de Isabela y su familia? Isabela sigue siendo tan terca y comunista como antes. Los errores e injusticias cometidos en contra de ella no le hicieron perder el rumbo, porque según su opinión, uno se deja vencer por el resentimiento y del pasado no se puede cambiar ni un segundo. Los hombre cometen errores, pero la patria y la Revolución no son culpables de ello. Las ideas y principios que defiende son justos y no los traicionaría por ningún bien material.

Después de estigmatizada y sancionada fue a trabajar como profesora reincorporada de nuevo a la Universidad, porque así lo necesitaba la educación de su país, después que en el Período Especial el éxodo de maestros fuera significativo. Recuperando sus viejas habilidades y adquiriendo otras nuevas, se convirtió con su esfuerzo en una buena profesora de Ciencias Sociales y trabajó durante veinte años más. Se jubiló definitivamente en enero del 2023, porque la catarata le impedía ver el registro de asistencia y los trabajos de sus alumnos. Su pensión de 3270 pesos, que dada la inflación existente y el predominio de revendedores, significa más o menos dieciséis bolsas de pan al mes o 1,8 catones de huevos.

Operada en el Pando Ferrer, ahora se dedica a combatir a los gusi (así se ha suavizado el término de gusanos en las redes sociales) o escribir cosas que considera importantes que queden plasmadas para la historia, por eso que se dice de que si no conocemos la historia, volveremos a cometer los mismos errores. Para que no quede por ella. También le escribe a políticos y funcionarios cuando considera que algo no se está haciendo bien, esa es su forma de seguir ayudando a su razón de existir: la Revolución cubana.

 

 



[1] José María Heredia (1803-1839), escritor nacido en Cuba. Fue ensayista, poeta, dramaturgo y político; escribió poesía civil, amorosa, histórica; entre sus poemas sobresalen dos silvas descriptivo-narrativas: “En el teocalli de Cholula”, escrita entre 1820 y 1832, donde admira las grandes ruinas aztecas y reprueba la religión prehispánica, y “Al Niágara” (1824). 

[2] Martí, José. Escenas Norteamericanas. Martí / en los Estados Unido. OC. Tomo 9 Pág. 304

[3] Milicias Nacionales Revolucionarias creadas en 1961

[4] Emisión radiada desde el seno de la Sierra Maestra fundada por Ernesto Guevara (Che)

[5] 17 de abril de 1961.

[6] También llamada Crisis de Octubre (1962) provocada por la denuncia de EEUU de la existencia de armas nucleares en Cuba y la negativa del gobierno a dejar entrar inspectores foráneos o a que se retiraran los cohetes sin su consentimiento.

[7] 1Ramonet, I Cien Horas con Fidel. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana 2006. Pág. 385

[8] Hernández Aymara y María del Rosario Díaz. Sociología de la Sociología: un análisis crítico de esta ciencia en Cuba a partir de 1959, tesis de Diploma, Dpto de Sociología, UH, 1995.

[9] Reajustes de sueños», Bohemia, 25 de Noviembre de 1994, pág. 11.

[10] Ibídem. Pág. 12

[11] Por una parte, prohíbe nuestras transacciones con filiales de empresas norteamericanas en terceros países, e impide que barcos que arriben a Cuba lo hagan por seis meses a puertos de Estados Unidos y, por otra, utiliza modalidades más sutiles, principalmente en esferas relacionadas con la ideología, con la intención de corroernos por dentro y atraer a elementos que ellos clasifican como ¨más vulnerables¨, ingenuos o poco alerta.

[12] Ante el fracaso de la Ley Torricelli, se aprobó por el Congreso de EEUU en 1996 la Ley Helwys Burton  que refuerza aún más el bloqueo, establece nuevos castigos a los que inviertan en Cuba o comercien con ella y establece sin el menor pudor los pasos a dar para transformara en una colonia de Washington, incluidos sus planes subversivos internos y comprenden el financiamiento y el apoyo material a los grupúsculos contrarrevolucionarios.

[13] Aldana. Discurso de clausura del Pleno del PCC. Municipio 10 de Octubre. 1993

[14] Hay que decir que desde julio de 1989, el Comandante en Jefe Fidel Castro alertó acerca de la posibilidad de la desaparición del campo socialista e incluso acerca de la desintegración de la URSS, y ya en octubre de 1990, elaboró las directivas para enfrentar el Período Especial en tiempo de paz. Este era un concepto de la doctrina militar de "Guerra de Todo el Pueblo", referido a las medidas para encarar el bloqueo total, golpes aéreos y desgaste sistemático, así como una invasión militar directa.

[15] Técnica ZOOP, elaboración de proyectos orientados a objetivos.

[16] Como por ejemplo decir en qué cuenta, por qué concepto, etc.

[17] En la estrategia del museo existían 5 áreas de resultados claves, sólo se le señalan deficiencias parciales en una y se destituye definitivamente de su cargo.

[18] Copia fiel de la notificación de la medida

[19] MsC Elizabeth Azopardo Núñez. BARRIO SAN ISIDRO. ESTUDIO DE CASO: “El proyecto comunitario “Con todos y para el bien de todos” con sede en el museo Casa Natal de José Martí. 2004-05

[20] Existe consenso que las mismas obtienen sus ingresos en actividades ilícitas.

[21] El ejército que tiene el Historiador de la Ciudad para cuidad el patrimonio es más gran que el número de empleados que sirven a la cultura y a la historia.

[22] Jordi Cortés Morató y Antoni Martínez Riu. Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996-99. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.

[23] Varela F. “El Espíritu Público”. Revista Bimestre cubana. No. 9, 1º de enero de 1834, pp 275-475 

[24] Martin Heidegger El ser y el tiempo, F.C.E., México 1974, 5ª §50, p. 273-274.

[25] Karl Jaspers La fe filosófica, Losada, Buenos Aires 1968, 2ª ed., p. 59.

[26] Jean Paul Sartre El Ser y la nada, Losada, Buenos Aires 1976, traducción de Juan Valmar, p. 63-66.

[27]Friedrich Nietzsche: La genealogía de la moral, Alianza, Madrid 1975, p. 42-43.

[28] Martí José. Discurso en el Liceo Cubano, Tampa” 26 de noviembre de 1891. OC. Tomo IV pp. 270.  

[29] Idem.  T 3 pp. 112

[30] Idem.  T 8  pp. 89

[31] Idem.  T 4 pp. 273