Autora: Elizabeth Azopardo
Introducción:
Walt
Whitman fue un poeta estadounidense cuya obra afirma claramente la
importancia y la unicidad de la naturaleza. Su valiente ruptura con la poética
tradicional, tanto en el plano de los contenidos como en el del estilo, marcó
un camino que siguieron posteriores generaciones de poetas de su país.
Desarrollo:
Martí
hace referencia a este hombre como aquel que no se doblega ante las reglas, ni
dogmas que establece la sociedad para encasillarnos y alejarnos los unos de los
otros y de nuestro entorno. Para fundamentar lo más genuino de lo humano en la
obra de Whitman, Martí hace referencia a la ingenuidad y pureza virgen que se
encuentra solo en la esencia del hombre común y cómo la sociedad, llena de
credos perjuiciosos los enfrenta.
Con
relación a ello plantea: “
… los hombres se dejan marcar, como los
caballos y los toros, y van por el mundo
ostentando su hierro; de modo que, cuando se ven delante del hombre desnudo,
virginal, amoroso, sincero, potente-del hombre que camina, que ama, que pelea,
que rema,-del hombre que, sin dejarse cegar por la desdicha: lee la promesa de
final ventura en el equilibrio y la gracia del mundo; cuando se ven frente al
hombre padre, nervudo y angélico de Walt Whitman, huyen como de su propia
conciencia y se resisten a reconocer en esa humanidad fragante y superior el
tipo verdadero de su especie, descolorida: encasacada, amuñecada.
Además
de presentarlo en la esencia original y primitiva de lo humano, dice que es la
expresión del pueblo todo, cuando nos afirma que si queremos escuchar al pueblo
oigamos a Whitman. Tan cerca ve al poeta de la naturaleza viva y de su esencia,
que reconoce en sus poemas la unidad del universo. Y afirma:
“Lo
infinitésimo colabora para lo infinito, y todo está en su puesto, la tortuga,
el buey, los pájaros, “propósitos alados”. Tanta fortuna es morir como nacer,
porque los muertos están vivos; “irradie puede decir lo tranquilo que está él
sobre Dios y la muerte!” Se ríe de lo que llaman desilusión, y conoce la
amplitud del tiempo; él acepta absolutamente el tiempo”.
Por lo que al presentarnos la obra de Whitman lo hace cómo el que
presenta lo más puro, sincero y genuino
de la naturaleza humana; así como, la unidad en lo diverso de todo aquello que
nos rodea. Y ante los que critican su estilo genuino y virginal calificándolo
de rudo, responde:
“¿Y decís que este hombre es brutal? Oíd esta
composición que, como muchas suyas, no tiene más que dos versos: “Mujeres
Hermosas”. “Las mujeres se sientan o se mueven de un lado para otro, jóvenes
algunas, algunas viejas; las jóvenes son hermosas, pero las viejas son más
hermosas que las jóvenes.”... Y esta otra: “Madre y Niño”. Ve el niño que
duerme anidado en el regazo de su madre. La madre que duerme, y el niño:
silencio!
Para
Martí ello demuestra que: “Los estudió largamente, largamente”. Y considera que “El prevé que, así como ya se
juntan en grado extremo la virilidad y la ternura en los hombres de genio
superior, en la paz deleitosa en que descansará la vida han de juntarse, con
solemnidad y júbilo dignos del Universo, las dos energías que han necesitado
dividirse para continuar la faena de !a creación.”
Durante
sus últimos años de vida, el poeta también escribió obras en prosa de gran
calidad, como los ensayos Perspectivas democráticas (1871), que se
consideran en la actualidad una exposición clásica de la teoría de la
democracia y sus posibilidades; y Días ejemplares (1882-1883), que
contiene antiguos textos sobre la guerra de Secesión y el asesinato del
presidente Lincoln. Además, escribió notas sobre la naturaleza, escritas
durante su vejez, a las cuales hace referencia Martí en su artículo.
·
Características de la poesía de Walt Whitman según José Martí.
Martí
nos recomienda que debemos estudiar a este poeta porque lo considera el de
mejor gusto, valiente y abarcador del momento y a la vez, separado de su
tiempo. Considera que la obra poética de Whitman está expresada sin música,
como si fueran versículos de la Biblia; pero a la vez, considera que su poesía
trasmite la sensación del ruido que hacen en la tierra los cascos de los
caballos de los ejércitos vencedores, o de otras facetas de la realidad misma
como: “el frente colgado de reses de una carnicería”, o “un beso brusco”, o “el
chasquido del cuero reseco que revienta al Sol”.
Sin embargo, el considera que la poesía de Whitman jamás pierde el
ritmo, “como una ola”-dice Martí. En la tercera edición del libro Hojas de
hierba (1860), se empiezan a
encontrar poemas más alegóricos como “La cuna que se mece sin fin”, un poema
cuya musicalidad está tomada de la ópera italiana, de la que el autor era un
devoto conocedor, un pájaro (la voz de la naturaleza) revela a un niño (el
futuro poeta) el significado de la muerte.
En esta edición aparecieron dos nuevos ciclos de poemas, 'Hijos de Adán'
y 'Calamus', que afrontan de lleno los temas de la amistad y la sexualidad,
hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que 'Calamus' estuviera
inspirado en una relación homosexual del autor –obras a los que hace alusión
Martí en su artículo.
Por
eso nuestro Héroe Nacional admira la poesía de Whitman cómo el índice que le da
orden y sentido al libro y “en la confusión superficial, una regularidad
grandiosa”, comparándolos con los libros sagrados de la antigüedad y afirmado
que sus poemas se encuentran entre las producciones más bellas de la poesía
contemporánea. Al respecto afirma:
“Si entra en la yerba, dice que la yerba le acaricia, que “ya siente
mover sus coyunturas”; y el más inquieto novicio no tendría palabras tan
fogosas para describir la alegría de su cuerpo, que él mira como parte de su
alma, al sentirse abrasado por el mar”. Por eso considera que “Todo lo que vive
le ama: la tierra, la noche, el mar le aman”. Así, opina Martí, que el poeta
pinta la verdad como una necesidad de su cuerpo, como algo innato que compara con “una amante frenética, que
invade su cuerpo y, ansiosa de poseerle, lo liberta de sus ropas.”
Como apreciamos en este comentario de las características esenciales de
la poesía de Whitman, Martí veía en ella todo aquello que representa lo más
genuino y original del Hombre y del mundo que lo rodea, observando en todo ello
la unicidad del mundo material y su relación con el espiritual.
·
Opiniones de Martí sobre el poema
Canto a mí mismo.
Sobre
el poema “Canto a mí mismo” opina el Apóstol que éste expresa el todo
universal, porque el poeta ve en sí mismo la síntesis de ese todo, afirmando
“él es la marea, el flujo y reflujo” como parte de la inteligente naturaleza de
donde forma parte su ciclo de vida, desde el nacimiento hasta su muerte.
Reconoce que de ese sentimiento de sentirse parte, esencia y resumen del
“todo”, viene el orgullo del poeta. Así mismo, como parte de esa naturaleza,
Martí afirma que el poeta: “Nutrirá a los hombres, después de haberlos amado”.
Por
ello en el poema que se comenta, el poeta “de todo teje”. Y dice Martí: “de los
credos que contienden y pasan, del hombre que procrea y labora, de los animales
que le ayudan, ¡ah! de los animales, entre quienes “ninguno se arrodilla ante
otro, ni es superior al otro, ni se queja.” El se ve como heredero del mundo”
–exalta de esta forma la filosofía del poeta de que no hay diferencias porque
todos pertenecemos al mismo universo natural.
Opina
Martí que al poeta nada le es extraño, por ejemplo: “el caracol que se
arrastra, el buey que con sus ojos misteriosos lo mira, el sacerdote que
defiende una parte de la verdad como si fuese la verdad entera”. Por eso
considera que como Whitman “El hombre debe abrir los brazos, y apretarlo todo
contra su corazón, la virtud lo mismo que el delito, la suciedad lo mismo que
la limpieza, la ignorancia lo mismo que la sabiduría”, dándonos con ese ejemplo
una muestra de su sabiduría y un consejo inteligente para entender lo que nos
rodea.
La
universalidad del poeta expresado en esta obra la comenta Martí cuando dice:
“El es de todas las castas, credos y profesiones, y en todas encuentra justicia
y poesía. Mide las religiones sin ira; pero cree que la religión perfecta está
en la Naturaleza. La religión y la vida están en la Naturaleza. Si hay un
enfermo, “idos”, dice al médico y al cura, “yo me apegaré a él, abriré las
ventanas, le amaré, le hablaré al oído; ya veréis como sana; vosotros sois
palabra y yerba, pero yo puedo más que vosotros, porque soy amor”. .. “El
Creador es “el verdadero amante, el camarada perfecto”; los hombres son
“camaradas”, y valen más mientras más aman y creen, aunque todo lo que ocupe su
lugar y su tiempo vale tanto como cualquiera; mas vean todos el mundo por sí,
porque él, Walt Whitman, que siente en sí el mundo desde que éste fue creado,
sabe, por lo que el Sol y el aire libre le enseñan, que una salida de Sol le
revela más que el mejor libro”.
Sobre
esta idea nos trasmite como siempre sus enseñanzas cuando afirma que debemos
crear con el mismo respeto que una devota besa la escalera del altar.
Conclusiones:
La poesía de Whitman ha
sido traducida a las lenguas más importantes del mundo. Se le reconoce una
influencia fundamental en la obra de William Carlos Williams, Wallace Stevens y
Allen Ginsberg, que se inspiró fundamentalmente en la particular aproximación a
la sexualidad de algunos poemas de Whitman. Muchos especialistas contemporáneos
han explorado los vínculos entre su vida y su literatura.
En la literatura en español
han reconocido la influencia de Whitman y han explicitado su admiración y sus
críticas por él poetas como Federico García Lorca (Un poeta en Nueva York),
Pablo Neruda (Cantos de Vida y Esperanza) y José Martí
Bibliografía:
El
poeta Walt Whitman. Fiesta literaria en Nueva York. Vejez patriarcal de
Whitman. Su elogio a Lincoln y el canto a su muerte. Carácter extraordinario de
la poesía y lenguaje de Withman. Novedad absoluta de su obra poética. Su
filosofía, su adoración del cuerpo humano, su felicidad, su método poético. La
poesía en los pueblos libres. Sentido religioso de la libertad. Desnudeces y
profundidad del libro prohibido de Whitman.
En:
O.C. José Martí. Tomo 13. Pág. 131. Centro de Estudios Martianos-Karisma
Digital, La Habana.
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