martes, 26 de agosto de 2014

Jose Marti y su papel en la organizacion de la Guerra Necesaria




Autora: MSc. Elizabeth Azopardo Núñez


Introducción:


En el trabajo que exponemos a continuación se hará un breve recuento de la preparación de "La Guerra Necesaria" destacando la labor revolucionaria de nuestro Héroe Nacional José Martí; así como, del inicio de esta etapa histórica como continuidad y antecedente del proceso iniciado el 10 de Octubre de 1868 y que culmina con el triunfo de la Revolución Cubana el 1ro. De enero de 1959.





La llegada a Cuba de José Martí acompañado de Máximo Gómez y precedida de la llegada de Flor Crombet y "El Titán de Bronce" Antonio Maceo y Grajales, reúne en Cuba a los tres grandes de la Guerra del 1995 en La Mejora, principio y fin de una sólida confraternización a la cual pone fine el trágica muerte del Apóstol el 19 de mayo, a sólo un mes de su llegada.


Estos hechos marcan el inicio de una nueva etapa de lucha, frustrada por la intervención yanqui en la misma, con la "Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana", arrebatándole una vez más la ansiada independencia la pueblo cubano.


Por todo lo anterior, el objetivo de este trabajo es analizar el inicio y desarrollo de la Guerra Necesaria.




Desarrollo:



José Martí y su labor unitaria. La preparación de la Guerra Necesaria.



El período que va de 1887 a 1895 es, sin dudas, el de mayor intensidad en la labor revolucionaria de José Martí y, por tanto, el que evidencia más profundamente su pensamiento y su acción en torno a la revolución que estaba preparando. Las respuestas que había recibido a la comunicación de 1887 a nombre de la Comisión Ejecutiva, incluyendo a Máximo Gómez y Antonio Maceo, avalaban el paso dado en aquel año; quedaba entonces desarrollar el proyecto.





Los discursos pronunciados por Martí a partir de 1887, todos los 10 de octubre, hasta 1891, evidencian el grado de avance en los preparativos y la manera en que iban madurando las condiciones para entrar en la fase definitiva de la revolución. Se trataba de preparar todos los factores necesarios, incluyendo el ideológico, para cuando llegara el momento de la acción concreta, de ahí que aliente a la lucha y al mismo tiempo detenga cualquier arranque apresurado que podía ser fatal. Las bases y objetivos que se trazó la Comisión Ejecutiva evidencian la forma que iba tomando el nuevo esfuerzo y sus principios esenciales.





Especial atención merecen los pasos dados en Tampa y Cayo Hueso a fines de 1891 y principios de 1892: se estructuraba el Partido Revolucionario Cubano, alma de la nueva organización revolucionaria. Deben atenderse los escenarios en que se tomaron los acuerdos fundamentales, es decir, las emigraciones de las dos localidades de mayor homogeneidad dentro de las comunidades de emigrados cubanos en Estados Unidos, ya que su composición estaba mayoritariamente marcada por obreros del tabaco aunque también estaban los dueños de las tabaquerías, algunas de considerable capacidad productiva.


Estas comunidades no estaban exentas de contradicciones sociales y, de hecho, existían organizaciones obreras que respondían a ello, pero la militancia independentista y las formas organizativas que se habían dado marcaba con especial relevancia a estas comunidades.18 No es casual que sea en Tampa donde exponga las ideas cardinales contenidas en el discurso del 26 de noviembre, conocido por su frase final Con todos, y para el bien de todos, que al día siguiente pronunciara otro discurso emblemático conocido como Los pinos nuevos y que ese fuera el escenario de la aprobación de las Resoluciones, preludio de lo que habría de acontecer en Cayo Hueso, cuando la representación de esa localidad más tres representantes de Tampa aprobaron las Bases del Partido Revolucionario Cubano y sus Estatutos Secretos.





Los documentos fundacionales del Partido recogen en síntesis apretada los conceptos básicos de fines y métodos planteados por Martí, así como su percepción de los peligros que la época histórica planteaba a la revolución cubana y su papel en el continente, conceptos que serían ampliados en diversas oportunidades, especialmente a través de sus trabajos en el periódico Patria. Precisamente, la fundación de Patria permitía a Martí contar con un espacio para expresar sus ideas, para librar la guerra de pensamiento indispensable, para acreditar la solución revolucionaria y la labor del Partido sin que el periódico apareciera oficialmente representando a la organización partidista. No es casual que la fundación de Patria se realizara el 14 de marzo de 1892, poco menos de un mes antes de que se proclamara el Partido y que, cuando en un periódico de Nueva York se le calificara como órgano del PRC, el propio Martí escribiera su trabajo Patria: no órgano en el que desmentía esa afirmación.





A través del periódico, Martí libró grandes batallas frente al anexionismo y el autonomismo, alternativas que podían hacer peligrar la solución revolucionaria, es decir, la absoluta independencia, la creación del Estado nacional cubano de sincera democracia, la república popular, la revolución anticolonial.





Estos fueron pilares fundamentales de su combate ideológico, mientras daba los pasos organizativos necesarios para allegar hombres y recursos y preparar las fuerzas, en lo cual fue sumamente importante la designación de Máximo Gómez como General en Jefe. Esta labor lo llevaría a recorrer los diferentes núcleos de emigrados en Estados Unidos, América Central y el Caribe, a enviar emisarios a Cuba y a sostener continua comunicación con los conspiradores en Cuba y en el exterior.





Un aspecto relevante en esta etapa es su comprensión de los problemas de su época y sus proyecciones futuras. Entendía que el mundo atravesaba por un momento de cambio acelerado; que las contradicciones entre las potencias europeas y Estados Unidos actuaban a favor de la viabilidad de la independencia cubana, hasta tanto no maduraran definitivamente las fuerzas expansionistas en el país del Norte; por tanto, su proyecto era realizable si se hacía a tiempo. Tales análisis lo condujeron a comprender la importancia estratégica que tenía, en aquel momento preciso, la independencia antillana para su política de contención del expansionismo norteamericano, lo que equivalía, en aquellas circunstancias, a lograr el equilibrio del mundo.





Martí sabía que su estrategia respondía a un momento determinado del desarrollo histórico, de ahí su urgencia para aprovechar el tiempo posible, la oportunidad que todavía existía para hacer una guerra breve como una llamarada. A esto respondía también su labor organizativa.





Para la preparación de la nueva etapa bélica de la revolución era imprescindible atender a los métodos que aseguraran la fundación del pueblo nuevo que debía ser al día siguiente del triunfo. Había que preparar una guerra con métodos y espíritu republicanos que trajeran la transformación colectiva de la sociedad y la del individuo. En esta labor, el tema de los conflictos de clase debía subordinarse a la prioridad de la liberación nacional, cuestión delicada que tuvo que abordar en función de garantizar la imprescindible unidad dentro de un proceso que tenía que ser incluyente de todos los componentes de la nación. Si en Estados Unidos veía que se libraban batallas colosales entre capitalistas y obreros, la tarea histórica para Cuba era diferente pues debía pasar por la independencia absoluta y resolver los problemas heredados de una sociedad colonial, entre los que concedía especial importancia, en el plano social, a la discriminación del negro emanada de la esclavitud. Se trataba de un complicado problema político que debía resolverse desde la fase preparatoria.





El Delegado del Partido Revolucionario Cubano impulsaba un proyecto que tomaba en cuenta los obstáculos externos e internos que debía enfrentar, trabajaba porque el país entendiera y asumiera la solución revolucionaria que implicaba la transformación de las estructuras creadas durante la vida colonial para fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia.19 Establecía definiciones medulares, ya que los fines debían ser públicos, en las que tenía lugar importante el contenido de la República que debía ser en Cuba, en lo cual debe observarse, más allá de una forma de organización estatal, el contenido de una nación nueva resultado de la revolución anticolonial y democrática, transformadora de estructuras y de modos de ser. Tomaba en cuenta la experiencia de la América hispana postcolonial para plantear el proyecto cubano. Insistía en sumar, atraer a los españoles que podían convivir con la independencia de Cuba y hasta auxiliarla, fundir los factores diversos que componían el pueblo cubano, poner juntos a los veteranos de la guerra pasada y los pinos nuevos en la nueva obra, establecer los vínculos orgánicos entre quienes combatirían en Cuba y la emigración como ejército de auxiliares. Era una labor fundacional de la que emergería el pueblo nuevo, fruto de la revolución de raíz propia, que permitiría hacer válida su afirmación a Juan Gualberto Gómez en carta de 29 de enero de 1895: Conquistaremos toda la justicia.





El 24 de Febrero de 1895, reinicio de la Guerra por la independencia cubana.





Organizado por Martí como delegado del PRC, durante el periodo de Tregua Fecunda en enero de 1895, de destaca el Plan de la Fernandina. Este consistía en el avituallamiento de tres barcos cargados con armas los cuales iban hacia Cuba para el inicio de la guerra de 1895. Estos asegurarían el inicio simultáneo de la lucha en el occidente, el centro y el oriente de la Isla. Aunque esta expedición fracasa, demostró la eficacia de la recaudación de fondos y el PRC gano en confianza. No obstante Martí no pospone la fecha del alzamiento.





Las causas que motivaron el mismo fue la agudización extrema de la contradicción metrópolis colonia: Sólo el 3% del presupuesto era utilizado para el fomento del país, el resto para gastos del gobierno, carga de impuestos, altos precios de los artículos de consumo, la ruina de los hacendados del centro y del oriente del país y el fracaso de la corriente autonomista.





El 29 de enero de 1995 se dictó en New York, la orden de alzamiento, firmada por José Martí, delegado del PRC, el Gnal. Mayía Rodríguez, representante de Máximo Gómez, nombrado este último, General en Jefe del Ejército Libertador y Enrique Collazo, delegado de la Junta Revolucionaria de la Habana. La orden especificaba que el alzamiento debía realizarse en la segunda quincena de febrero y estaba dirigida a Juan Gualberto Gómez, corresponsal e intermediarios de José Martí en Cuba.


La fecha seleccionada por la Junta de Occidente, fue el 24 de febrero, última semana del mes, para que diera tiempo a avisarle a los involucrados y primer día de carnaval, lo que justificaba el movimiento de personal. Oriente había planteado aceptar la fecha acordada. Sólo Camagüey confirmó no poder iniciarse ese día, pero corroboró que secundaría el alzamiento lo antes posible.


El día acordado se fueron al monte muchos pequeños grupos de separatistas, dirigidos por veteranos y prestigiosos combatientes de la contienda anterior. Tal es el caso de Guillermón Moncada, que estableció su cuartel general en la loma de La Lombriz, en Jarahueca, Alto Songo. Orientados por él, salieron en pequeños grupos el Conel. Victoriano Garzón, rumbo al Caney; el Conel. Quintín Banderas, hacia San Luis, el Conel Rafael Portuondo -haciéndose acompañar del delegado del PRC en Ote, Rafael Portuondo Tamayo- hacia El Cobre. Ese mismo día se asaltó el Poblado de Loma del Gato, en Alto Songo, que había servido de base de operaciones al ejército español en la contienda anterior. El primer combate fue, ese mismo día en Jatibonico, región de Guantánamo, dirigido por Enrique Tudela, simultáneamente -orientación recibida de Maceo- Periquito Pérez, jefe de Guantánamo bajo las órdenes de Moncada, arrasaba los fuertes de la costa para permitir la entrada de expediciones.





El 26 de febrero de ese año, Martí escribía a Antonio Maceo: "la guerra, a que estamos obligados, ha estallado en Cuba. Y a la vez que la noticia de ella, que por obedecer a nuestros anuncios y arreglos nos revela su importancia, y nos llena de solemne deber, recibo de New York la confirmación de su declaración, que a quién le concierne menos que yo le parecería un obstáculo, injusto e imprevisto, pero que para mí no lo es. El patriotismo de Vd. que vence a las balas, no se dejará vencer por nuestra pobreza,-por nuestra pobreza, bastante para nuestra obligación".





El 1ro. De abril de 1895 Maceo desembarca por Duaba. Formó parte de la expedición que condujo Flor Crombet y que desembarcó por Duaba. Desde esa fecha y hasta que hizo contacto con las fuerzas de Periquito Pérez escenificó su increíble "Odisea", sobreviviendo solo con cien balas y su Winchester, eludiendo la tremenda persecución de las guerrilleros de Yateras, alimentándose de naranjas agrias y caminando un aproximado de cuarenta leguas.


El 11 de abril 1895, por Playitas de Cajobabo, al sur de Baracoa, desembarcaron Gómez y Martí. La patria irredenta, necesitaba de todos sus esfuerzos y la organización de la Guerra Necesaria, era su razón de vida. Meses después muere en combate en Dos Ríos (19 de mayo de 1895), dejando para la posteridad su ejemplo de revolucionario





La guerra hispano cubano americana de 1898. Significado de la mediación yanqui para Cuba.





Desde el comienzo de la guerra en 1868 EE.UU. no reconoce la beligerancia de los cubanos y comienza a aplicar la política de "La Fruta Madura", ayudando militarmente a España, le vendió armas y cañoneras, intentó comprar la Isla y le brindó información sobre cubanos emigrados, impidiendo expediciones.


Como respuesta a esta hostilidad Carlos M. de Céspedes escribió una carta a Charles Summer explicando las causas de la guerra en Cuba y le expresó nuestra convicción patriótica de "Independencia o Muerte".





En el periodo de Tregua Fecunda EE.UU. continuo sus maniobras y en el periódico The Manufacturer calificó a los cubanos de "Afeminados y Débiles" y la respuesta de los cubanos fue hecha por Martí con el artículo: "Vindicación a Cuba". En la guerra del 95, EE.UU. llevó a su fin la política de la FRUTA MADURA mediante campañas de prensa, la Resolución Conjunta, la voladura del Maine, la guerra hispano-cubano-norteamericana y el Tratado de Paris. La respuesta fue la carta de Calixto García al general Shaftter.





Durante la Guerra Necesaria, la lucha se desarrollaba de forma favorable a los insurgentes cubanos, aprovechándose de la mala situación de las tropas españolas, afectadas de fiebre amarilla y otras enfermedades que provocaban numerosas bajas, pero había llegado el momento predicho para que Estados Unidos tratara de apoderarse de Cuba.





El acorazado estadounidense Maine fue enviado al puerto de La Habana, al que llegó el 25 de enero de 1898, para "proteger las vidas y bienes de los súbditos de Estados Unidos residentes en la isla". Sin embargo, el buque explotó misteriosamente la noche del 15 de febrero de 1898 y 260 personas perdieron la vida. Los informes oficiales estadounidenses emitidos ese año y en 1911 apuntaron hacia una acción de sabotaje, pero las investigaciones realizadas en 1969 (que vieron la luz en 1976 y fueron conocidas bajo el nombre de ‘informe Rickover’) demostraron que la explosión había sido provocada por una caldera averiada.





A raíz de este incidente, se orquestó una intencionada campaña contra la presencia española. El senador Redfield Proctor pronunció un discurso en el Senado en marzo de 1898 en el que describió las inhumanas condiciones de vida que había presenciado en Cuba. El 20 de abril, el presidente McKinley aprobó una propuesta del Congreso en la que se exigía la inmediata retirada española de Cuba. El gobierno español rompió relaciones diplomáticas con EEUU el 21 de abril, después de haber rechazado un intento de compra de Cuba por parte estadounidense. La respuesta no se hizo esperar y Estados Unidos declaró la guerra a España cuatro días más tarde. Las siguientes resoluciones del Congreso, conocida con el nombre de "Resolución Conjunta". Este documento demagógico hacía ver que no era intensión de Estados Unidos apoderarse de la Isla cuando afirmaba: "Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente". Pero detrás de estas palabras se escondía la ambición imperialista que ya había robada y saqueado a México y a los nativos norteamericanos parte de sus territorios.


El 1 de julio se inició el combate de Santiago de Cuba, cuando las tropas estadounidenses atravesaron las defensas exteriores de esta ciudad. El 3 de julio, la escuadra española dirigida por el almirante Pascual Cervera fue hundida cuando intentaba atravesar el bloqueo estadounidense del puerto de Santiago. La ciudad se rindió, dos semanas más tarde, a las fuerzas de Estados Unidos encabezadas por el general William Rufus Shafter. Las tropas del general Nelson Miles ocuparon Puerto Rico y el gobierno español solicitó el armisticio a Estados Unidos el 18 de julio. Finalmente, España capituló en el mes de agosto.





Con motivo de la prohibición a las tropas cubanas que tanto había facilitado la entrada por tierra de los norteamericanos en Santiago, Calixto escribió una carta de protesta a Shafter. En ella se establece por Calixto García que no se le había invitado a desfilar en Santiago de Cuba y que se había murmurado que no se le había permitido entrar porque podía vengarse de los españoles. Respondiendo a esto el estratega C. García escribió: "...Respetamos demasiado nuestra causa para mancharla con la barbarie y la cobardía"





La mediación yanqui en Cuba frustró la independencia de los cubanos que pasaron de manos de España a la de los Estados unidos. Según los términos del Tratado de París, firmado el 10 de diciembre de 1898, España, representada por una delegación presidida por Eugenio Montero Ríos, renunció a sus derechos sobre Cuba, hubo de abandonar su antigua colonia y cedió la soberanía de Puerto Rico y la isla de Guam (en las actuales islas Marianas) a Estados Unidos, que también adquirió Filipinas por la cantidad de 20 millones de dólares. Esta guerra significó el surgimiento de Estados Unidos como potencia mundial, dotada de sus propias colonias en ultramar y de un papel que desempeñar en la política europea.




Conclusiones:



Entre las causas del fracaso de la guerra de 1895 se encuentran que después de la muerte de Martí y Maceo no existía una figura capaz de descubrir las intenciones de los EU, ni de unificar a los cubanos, la oposición de las clases económicas dominantes, la prepotencia norteamericana frente a los 30 años de lucha aplicando la política de Fruta Madura con campañas de prensa como la carta de Dupuy de Lome, reconcentración de Weyler, la Resolución Conjunta, voladura del Maine, guerra hispano-cubano-norteamericana y el Tratado de Paris y aa falta de unidad entre los dirigentes y jefes militares, pues en La Asamblea de La Yaya, se le dieron amplias atribuciones al poder civil sobre el militar





No obstante, tanto la Guerra de los Diez Años como la Guerra de 1995 tenían como objetivo lograr la independencia, también se utilizaron en las mismas tácticas de lucha: muerde y huye, tea incendiaria, cargas al machete etc. En las dos se llevó a cabo la Invasión de Oriente a Occidente. Se celebró la Asamblea que dio organización a la Guerra del 95 en el mismo lugar donde cayó El Mayor Ignacio Agramonte "Jimaguayú", y la Invasión partió desde Baraguá, donde Maceo realizo su histórica protesta en 1878, lo que muestra la continuidad histórica del proceso revolucionario cubano.





Pero la Guerra de 1895 fue una etapa superior de lucha, lo que estuvo determinado por la laborar de Martí al frente del PRC, lo que sirvió de ejemplo de cómo se puede lograr la unidad de los cubanos para poder alcanzar objetivos propuestos. También Martí aportó un sistema de ideas que se han mantenido hasta la actualidad como sus facetas.





La guerra de 1895 demostró además que los EE.UU. es nuestro enemigo histórico, el cual nos impuso dos años de ocupación y nos condenó a la una República Mediatizada, entre otras causas por la imposición de la Enmienda Platt.







Bibliografía:



Castro Ruz, Fidel: Informe Central al I Congreso del PCC, ED. Departamento de Orientación Revolucionaria del Cte. del PCC, La Habana, 1975


López Civeira, Francisca y otros. Cuba y su historia. Editorial Félix Varela, La habana 1998


Martí Pérez, J.: Obras Completas. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973, 28 tomos, t. 1, p. 279.Martí Pérez, J.: Obras Completas. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973, 28 tomos, t. 4, p. 69-70.

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