jueves, 31 de agosto de 2023

Crisis de la democracia burguesa, por Elizabeth Azopardo


Crisis de la democracia burguesa “Herida por la masa helada oculta bajo la punta del iceberg, la democracia burguesa se escora peligrosamente hacia el fascismo, tal y como ocurriera en el caso del nazismo del siglo XX”- dice Graziella Pogolotti. La oligarquía le ha puesto tantas trampas a la democracia que ya de ella no queda nada. De hecho, los procesos eleccionarios son tan complicados y complejos que el ciudadano común rara vez los entiende. Nada, que así va el mundo, sin saber quién es quién, ni quién vota a quién, mientras la oligarquía acusa de dictaduras a cualquier gobierno que intente acercarse a los intereses del pueblo, de terroristas a cualquier pueblo que intente luchar por su independencia y todo ello santificado por el monopolio de los Medios de Comunicación en sus manos. Por ejemplo, en los propios Estados Unidos el sistema de elección presidencial es indirecto, es decir, los ciudadanos no eligen directamente al presidente, si en un Estado se da el resultado favorable a los demócratas, es como si todos los representantes de ese Estado votarán a Biden. En España, existe un sistema parlamentario, los ciudadanos no eligen directamente a su presidente; sino, a los integrantes del Congreso de Diputados y del Senado y es el Congreso, los diputados quien tienen la tarea clave de votar al líder del Gobierno. En Argentina, el primer paso son las primarias abiertas simultáneas y obligatorias y los candidatos que se impongan ante sus rivales pasarán a estar en las elecciones generales. En éstas, si la pareja más votada obtiene más del 45% del voto válidamente emitido o más del 40% con una diferencia mayor al 10% con la pareja que le sigue en votos", la misma "queda consagrada como presidente/a y vicepresidente/a de la República", si eso no ocurre será necesario realizar una segunda vuelta electoral. Guatemala celebró elecciones generales el 25 de junio, en las que Bernardo Arévalo, líder progresista del partido Movimiento Semilla, pasó inesperadamente a la segunda. El 1 de julio, La Corte de Constitucionalidad suspendió la publicación oficial de los resultados electorales –porque no eran del agrado de la oligarquía- y después de que el Tribunal Supremo Electoral completara el proceso de revisión, los resultados se confirmaron pero no se hicieron oficiales, a pesar de que todo lo resuelto había sido cumplido. A diferencia de las elecciones presidenciales, las elecciones al Congreso y municipales arrojaron resultados más predecibles según los intereses de la oligarquía, ya que los partidos del establishment mantuvieron control de la legislatura y los gobiernos locales, por lo que Arévalo gobernará con el Congreso en contra, que es lo mismo que no poder gobernar. Además de las mencionadas irregularidades, existen otros mecanismos para impedir que se cumpla la voluntad del pueblo, relacionado con el dominio por la oligarquía del poder judicial; como por ejemplo lo sucedido en Perú, donde el presidente electo, Pedro Castillo, está preso, acusado por la oligarquía de un supuesto intento de autogolpe de Estado. Sin embargo, esto es sólo el último capítulo de una crisis política que azota a la nación desde hace años y que ha dejado 11 presidentes desde el año 2000. Tras esta situación hay una enorme polarización política, corrupción y un sistema que presenta serios problemas para brindar gobernabilidad a los presidentes. También se pudiera mencionar lo ocurrido en Brasil con Dilma Rousseff o con el presidente Lula; lo sucedido en Argentina con Cristina Fernández de Kirchner, o los ataques al Capitolio en Washington y o las sedes del gobierno en Brasilia, para mostrar tamaña crisis del obsoleto mecanismo burgués.

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