sábado, 16 de mayo de 2015

FELIX VARELA, ORIGENES DE LA CIENCIA Y CONCIENCIA CUBANA.

Autora: MSC Elizabeth Azopardo Núñez INTRODUCCION. Para analizar el origen y evolución de la nacionalidad cubana partimos de su consideración como fenómeno social. Descubrir la esencia de la cubanía y la forma que adopta en su evolución, es un hecho histórico y como tal, puede ser analizado atendiendo a su forma y a su contenido. Según la intención planteada, la forma de la cubanía puede adoptar dimensiones como las de: espacio físico, instituciones, cultura material y otras, mientras el contenido encerrará el sistema de interrelaciones sociales que se establecen alrededor de las mismas y la dimensión que alcanzan éstas en la esfera de lo intelectual y lo espiritual. El Despotismo Ilustrado de Carlos III y Carlos IV desempeñó una función determinante en la conformación de la estrategia política, económica y social de la clase dominante criolla. La primera generación de pensadores cubanos supo armonizar perfectamente los intereses metropolitanos con sus intereses de clase. Sin embargo, la estabilidad insular se vio seriamente afectada por varios factores a inicios del Siglo XIX. El vacío del poder de l808 en la metrópolis, las luchas entre liberales y absolutistas entre l914 y l823, y partir de l833 el ascenso al poder de España de los primeros, provocó un reajuste de su aparato colonial. Sin embargo, éste constituyó sólo un intento de reducir a Cuba a productora de materias primas para una inexistente industria metropolitana, cambiando la situación interna y creando las condiciones para el cuestionamiento del Estado Colonial como garantía del proyecto plantacionista.. El surgimiento del pensamiento de Félix Varela en esta época, le permite un espectro ideológico capaz de someter a crítica los principios que en este sentido se habían sustentado hasta ese momento. 1. Los primeros años. Nace Varela el 20 de noviembre de l788 en la calle Obispo entre Villegas y Aguacate. Hijo de Francisco Varela y Pérez, Teniente recién llegado de España y de María Josefa Morales y Medinas, hija del Coronel Bartolomé Morales y Ramírez, Capitán del Regimiento de Fijos de La Habana., oriundos, padre e hija, de la ciudad de Santiago de Cuba. Del matrimonio Varela y Morales, nacieron, además de Félix, María de Jesús y Cristina, y de un segundo enlace del padre, un medio hermano que llevará por nombre, Manuel. Los problemas que preocupan a La Habana en esta época, estaban relacionados con la lucha entre las potencias del viejo mundo por el dominio del Caribe, las cuales la hacían centros de conflictos políticos – militares. Organizadas las Milicias Habaneras por O’Reilly, incluidas las de pardos y morenos, el Regimiento de Fijos de La Habana, jugaría en las mismas un importante papel en la defensa de la Florida. Ello explica que la familia de Varela se traslade ésta, recién reconquistada y que éste, que no alcanzaba aún los 3 años de edad, los acompañara. Como muro de contención ideológico del agresivo expansionismo anglosajón, también se asentó en esta península un grupo de irlandeses católicos, designados por el Rey Español para organizar la educación y el programa de catequización en la misma. En San Agustín, Varela va a cursar sus primeros estudios en una escuela con este origen, donde el padre Miguel O’Reilly, de profundas preocupaciones humanistas e iluministas, será el guía de sus primeras concepciones. Cuando en l80l regresa a La Habana, Félix Varela tenía definida su personalidad, gustos e inquietudes. Huérfano de padre y madre, recibe de su abuelo el amor a Cuba, el aprecio de la cultura hispana y la valentía en la defensa de sus ideas; de su tía Rita, la sensibilidad, la devoción y la ternura; del padre Miguel, la unión entre lo católico y lo patriótico, el gusto musical y la inquietud por el conocimiento; y de la Florida, la constatación de la frontera cultural, ideología y humanista entre la tradición criolla hispana y el mundo agresivo de los nacientes Estados Unidos. Tenía 12 años cumplidos cuando ingresó en el Real y Conciliar Colegio – Seminario de San Carlos y San Ambrosio. En las primeras décadas del siglo XIX se iniciaba en La Habana un movimiento político, social y cultural que dejó honda huella y que constituyó importante antecedente del proceso de liberación nacional iniciado en l868. Iniciador y Organizador de ese proceso, fue el Obispo de La Habana, Juan José Díaz de Espada. La práctica social y la concepción totalizadora iluminista de este prelado, lo llevaron a intentar la más seria y profunda renovación de la sociedad insular y, con ella, encontrar una expresión intelectual de la cultura cubana. Uno de sus más osados pasos fue apoyarse en los jóvenes. Félix Varela, estudiante del Seminario de San Carlos, se convirtió en la persona de confianza del Obispo en las empresas más difíciles que se propuso. Aunque Varela se formó en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio bajo la influencia de la reforma de España, tuvo que realizar exámenes en la Universidad de La Habana para obtener su grado menor de Bachiller y, con posterioridad, cursar estudios para alcanzar el grado mayor de Licenciado. La formación intelectual y epocal de Varela, lo llevará, necesariamente, a un enfrentamiento con la escolástica imperante en el ambiente universitario. Alumno del padre José Agustín Caballero, exponente de la primera generación de pensadores, se había formado en la adecuación de los razonamientos escolásticos con las ciencias modernas, rompiendo finalmente con ellos, cuando ya graduado de Licenciatura en Filosofía, cursado estudios de Teología y defendida las Cátedras de Melchor Cano y Santo Tomás y de Latinidad en el Colegio – Seminario de San Carlos, es designado por el Obispo Espada para ocupar la Cátedra de Filosofía, en éste recinto. Terminado su período de formación eran rasgos características de la personalidad de Varela, la valoración que hacía de la escolástica y los muros de contención del desarrollo científico, cultural y social que ésta asumía; en diversas magnitudes poseía ideas modernas y su pensamiento, por sus fines y objetivos, eran diametralmente opuestos al carácter corporativo del proyecto de la clase dominante en aquellos momentos. Al entregársele la Cátedra de Filosofía se ponía en sus manos, aún a los 23 años, el más importante instrumento para el recambio conceptual y teórico que permitiera una expresión intelectual, capaz de contener la aspiración a una cubanidad inexistente y crear el instrumento técnico para materializarla. 2. El período filosófico. Los principios fundamentales de la Constitución Española de l812, recibieron la adhesión ideológica de los hombres del Seminario habanero, entre ellos, del Obispo y del novel profesor de Filosofía. Sin embargo, tanto el movimiento constitucional, como el de liberación en América, fueron acogidos en Cuba con reserva y hostilidad, por parte de los grupos de poder. El grupo del Seminario va a intervenir desarrollando una intensa actividad política – ideológica para lograr el desarrollo del movimiento constitucional, el cual expresaba en gran medida sus ideas. Desde su Cátedra de Filosofía en l812, el primer trabajo que se conoce de Varela, “Varias Proposiciones para el Ejercicio de los Bisoños” demuestra, por su contenido, que el joven profesor había trascendido por completo la Escolástica. Pedagógicamente adoptaba el sistema de exponer la idea razonada (DEMOSTRACION), luego el argumento en contra (IMPUGNACION) y por último, esgrime el argumento en contra de la impugnación (REPLICA). Al analizar la adopción de un sistema de búsqueda filosófica de la verdad por Varela, se formula abiertamente un rechazo a cualquier otra escuela filosófica. Las bases de su método, que él llamaba ecléctico, eran la razón y la experiencia. De esta manera marca el inicio de una nueva etapa del pensamiento en Cuba. En l812 también publicó Varela su libro ”Instituciones Filosóficas Eclécticas”, donde se pone de manifiesto que éste había transformado sus clases de Lógica en un curso de Teoría del conocimiento. A ello se añade que, para lograr su objetivo, penetró en el campo de la psicología en busca de los problemas de la conciencia. Sin embargo, los ojos del profesor de Filosofía no sólo estaban puestos en la necesidad de reformar los sistemas de conocimiento del mundo y la sociedad; sino también, que participaba de forma activa en el grupo político del Seminario. En este sentido, se encomendó a Varela la misión de la exhortación con motivo de jurarse la Constitución de l812, en una de las principales iglesias parroquiales de La Habana, la del Santo Cristo del Buen Viaje, y el día 25 de julio de l812, predicó un Sermón con motivo de celebrarse las elecciones por los nuevos Diputados a la Corte. Este discurso, publicado en el Diario del gobierno de La Habana, se sustentaba en dos principios fundamentales: la verdad y la paz y tenía por objetivo el de sembrar la idea de que el nuevo régimen político debía descansar en la virtud de los hombres, en el uso de la razón, en el valor del concepto de Patria y en la búsqueda de los mejores para elaborar las leyes del país. En 1813 publica su obra” Instituciones de Filosofía Ecléptica “en castellano, idioma que ya usaba en sus clases. Las cosas más significativas que escribió, tanto en Pedagogía, como en Filosofía, tuvieron por objetivos enseñar a pensar, por ello, se considera, rompió con todos los cánones de lo existente en la época en estas ciencias, iniciado un método de enseñanza activa. Restablecido el absolutismo en España en l814, se inicia en Europa la tendencia conservadurista, la cual pretendió frenar cualquier intento liberal, iniciando de inmediato un movimiento de represión contra los así llamados. Sin embargo, en Cuba – por la necesidad que tenía la metrópolis de mantener su riqueza – se abre paso a “La Edad de Oro del Reformismo Cubano”. Para el grupo del Seminario de San Carlos la restauración complicó el proceso de cambios que llevaba a cabo, sin embargo, la política de Cienfuegos, nuevo Capitán General, y de Alejandro Ramírez , su Intendente, fue la de no crear situaciones que desencadenaran pasiones de partido. Varela por su parte no retrocede en el espíritu emancipador que había iniciado. En l816 publica un nuevo Elenco, en el cual su concepción filosófica adquiere la dimensión una nueva dimensión teórica que, en esencia, era la consolidación de la búsqueda que venía realizando. En esta publicación expresa su diferencia esencial con el pensamiento sensualista;. para él, estas eran subjetivas , mientras los sentidos no puedan identificar los objetos, pues son los cuerpos los que tienen la capacidad de provocar las sensaciones. . En este período Varela desarrolló no sólo sus concepciones filosóficas, sino también las políticas. En su juicio un proyecto emancipador requería la conciliación de intereses de todos los sectores cubanos y lo fundamental era persuadir a los grandes hacendados de que debían tomar partido por la superación de las limitaciones existentes, hasta llegar a una sociedad desarrollada y libre. El 24 de enero de l817 es admitido en la Sociedad Económica de Amigos del País, Institución que desarrollaba una importante labor socio – económica y política y que se encontraba liderada por el Obispo Espada en esa época. De sus trabajos en l8l8 y 18l9 – años de mayor actividad intelectual de Varela – son conocidos los referidos a la crítica que efectuó por encargo de esta sociedad a los Elementos de la Lengua Castellana de Manuel Vázquez de la Cadena, en unión con Justo Vélez, su colega del Seminario. También de esta época, es su obra “Máximas Morales y Sociales”, en la que demuestra que su intención de influencia se ha trasladado a toda la sociedad. Su obra de mayor importancia filosófica,” Lecciones de Filosofía” también se comienza a publicar en sueltos en este período. Esta última sirvió de fundamento para la enseñanza de esa materia en Cuba y otros países de Hispanoamérica. Sin embargo, las bases mismas de su concepción están expresadas en su obra “Misceláneas Filosóficas”, publicada en l8l9. En ella, hace una síntesis de diversos problemas que le preocupaban, por lo que puede considerarse que contiene las concepciones esenciales de su pensamiento filosófico. En esta época ya Félix Varela era reconocido como una figura consagrada dentro del mundo intelectual habanero, a pesar de su juventud. El deslumbrante triunfo de su Cátedra de Filosofía, sus importantes trabajos en la Sociedad Económica de Amigos del País y sus Sermones en las iglesias de la ciudad, lo hacían figurar dentro del escaso número de hombres de ciencia y saber, que brillaban en Cuba. 3. El Período Político. El año l820 comenzó en La Habana con otro hecho de singular importancia, y que fue recibido con desagrado por la oligarquía criolla: la restitución de la Constitución en España. La conocida alianza entre Fernando VII y la burguesía esclavista de la colonia, hacía que en este caso, victorearan la Constitución elementos no identificados con los intereses criollos en La Isla. Los militares españoles de los regimientos de Málaga y Cataluña, liderados por un conocido liberal español, el coronel Quiroga, avanzaron sobre el Palacio de los Capitanes Generales y amenazaron al Gobernador, Juan Manuel Cajigal y de la Vega, obligándolo a jurar la Constitución. Los más entusiastas constitucionalistas no eran sólo los militares, a estos se sumaron también los comerciantes españoles. En su apacible celda del Colegio – Seminario de San Carlos, Varela observa silencioso los acontecimientos, mientras el Obispo Espada tomaba su juramento al Capitán General, con gran satisfacción. Todas las corrientes políticas, que hasta entonces habían estado secretamente moviéndose dentro de la sociedad insular, brotan oportunamente a la luz pública. Se editan periódicos y se pugnó violentamente. Entre las más notables manifestaciones estaban las sociedades secretas: Los soles, La Cadena Triangular, Los Caballeros Racionales Los Comuneros, Los Carbonarios y Los Anilleros. De igual forma surgen el Gran Oriente Territorial Español – Americano del Reto Escocés de Francmasones Antiguos y Aceptados y la Gran Logia Española de Antiguos y Aceptados Masones de York, organizaciones que tenían claros perfiles políticos. Para encaminar la búsqueda de una idea general que sirviera de formación y unión política de los cubanos en medio de la crisis general, creada por las sociedades secretas y la prensa, la Sociedad Económica de Amigos del País se convirtió en el principal instrumento del Obispo Espada. Con iguales propósitos, fundó en l820 la Cátedra de Constitución, cuyo Reglamento también elaboró; correspondió a Varela el honor de dirigir la misma, asumiendo así el dar a conocer los derechos del pueblo. La importancia de esta Cátedra en la Historia de Cuba fue enorme. Una parte notable de la juventud habanera se adhirió a las nuevas ideas e inició la búsqueda política a partir de un sólido conocimiento de los nuevos conceptos. Los hombres que después cubrieron toda una época en la historia ocuparon asientos en ella: Saco, Luz y Caballero, Heredia Domingo del Monte, Escobedo, Garantes, Del Valle., Betancourt Cisneros y Anacleto Bermúdez, entre otros. Allí, dentro de los muros de San Carlos, nacieron los fundamentos de un nuevo patriotismo y, con él, la expresión de un fuerte sentimiento de nacionalidad desligado de las limitaciones de la alta burguesía esclavista. Las bases teóricas del pensamiento político de Varela estaban en su pensamiento filosófico, al que servía de concreción; ellos fueron el medio con el cual elaboró la moralidad del sentimiento patriótico sobre una base sólida de principios, tanto morales, como sociales. Los dos conceptos básicos de toda la concepción política valeriana son los conceptos de libertad y soberanía. Por su naturaleza, para Varela, todos los hombres tenían la misma libertad, pues esta era intrínseca al hombre, no obstante, consideraba al hombre que los hombres en sociedad – al estar divididos por sus intereses – necesitan ser gobernados por alguien. Por su parte, la soberanía consistía en la renuncia de una parte de la libertad de los hombres a favor de la sociedad. Por su parte, el significado del segundo período constitucional de Cuba (l820-23) es el haber aclarado cuáles eran los perfiles clasistas y las perspectivas políticas de las corrientes de pensamiento existentes en la Isla. Desde el punto de vista político, la burguesía esclavista se opone a una aplicación absoluta de los principios liberales, ya que consideraba que los mismos conducirían al caos político y la crisis social. La burguesía comercial española coincide con estas ideas, pero era partidario del régimen constitucional, controlado mediante los mecanismos de poder. En las capas medias criollas, el liberalismo y el constitucionalismo ganan amplios sectores. En las capas medias de la pequeña y media burguesía peninsular, el exaltado liberalismo era una vía para obtener ventajas dentro de las estructuras económicas y sociales del país. En el Seminario existía una violenta confrontación entre los seguidores de Varela, quiénes traslucían una posición demasiado independiente, liberal y crítica hacia la esclavitud y sus defensores. El momento es propicio para un ataque a fondo a las instituciones que frenaban el país y Varela había demostrado ser el único que poseía una concepción coherente y un proyecto de alcance nacional para aglutinar los intereses de todos. El 13 de marzo de l821 fueron las elecciones para Diputados a Corte, apenas 3 meses de iniciado el trabajó al frente de la Cátedra de Constitución, fue Varela electo Diputado junto a Nicolás Ruiz, representante de la burguesía comercial española, José Castillo y Gonzalo Aróstegui, por lo que la delegación quedó compuesta de forma heterogénea, existiendo hostilidad entre sus miembros. Sustituyeron a Varela al frente de las Cátedras de Filosofía y Constitución, Saco y Nicolás Manuel Escobedo, respectivamente. Ante la certidumbre de lo que se iba a realizar en las cortes y de que si fracasaba le cerraría para siempre las puertas de Cuba, escribió Varela antes de marcharse, una patética pero previsora despedida a sus compatriotas. Durante un año y algo más de dos meses, tuvo Varela que esperar en Madrid antes de cumplir su cometido, tiempo que utilizó para denunciar el atraso de la enseñanza en la Universidad de La Habana y obtener se rescindiera su dirección a los Dominicos. A la vez en Cuba se daban los pasos para convertir el Seminario de San Carlos en una Universidad. También elaboró Varela en éste período un proyecto de gobierno autonómico y buscó la alianza de todos los Diputados de las provincias ultramarinas alrededor del mismo, finalmente, preparó el proyecto de abolición de la esclavitud. Tal como estaba previsto, en noviembre se efectuaron las nuevas elecciones a corte y Varela fue ratificado, quedando fuera de la votación Nicolás Ruiz, José del Castillo y Gonzalo Aróstegui, con lo que la composición de los diputados Cubanos mejoró notablemente. El diputado Varela, quien piensa como americano y defiende los intereses de América, trata de sentar un principio fundamental: la libertad que tiene cada pueblo a elegir su libertad. El régimen constitucional de l820 al 23 ofreció una oportunidad única para, por vías políticas, lograr la eliminación de algunos obstáculos que impedían la formación de la nacionalidad cubana; permitió además, un ejercicio de esta actividad por los cubanos. Pero estas condiciones pronto se esfumaron. La “Santa Alianza” condenó al régimen constitucional y penetró en España. Fernando VII, que sólo había jurado la constitución ante las armas del Ejército, no ocultó sus simpatías por la invasión extranjera. Ante la caída inminente de Sevilla, las cortes se trasladaron a Cádiz, donde declararon al Rey incapacitado para defender las libertades de los Diputados y el pueblo. El día 23 de septiembre se inició el ataque a Cádiz, cuando ésta se encontraba defendida sólo por las heróicas milicias de Madrid y Sevilla. Algunas personas se dedicaron a “cazar” a los Diputados en huída, entre los que se encontraba Varela. El día l7 de diciembre de l823, a la edad de 35 años entraría Varela en New York. El Rey Fernando derogó, por segunda vez, todos los derechos constitucionales y entre los liberales que era necesario exterminar aparecía el nombre del cubano, quien era condenado a muerte y la confiscación de sus bienes, junto con 66 diputados más. Analizadas las circunstancias desde el exilio, Varela se lanza en la búsqueda de la sociedad “perfecta”, ésta es la de independencia sobre la base de la unidad. Repuesto de una fuerte enfermedad provocada por el primer invierno norteño, se traslada a Filadelfia, a un centro político de la Unión, aunque no ya su capital; su plan era la edición de un periódico que sirviera de orientación política para crear la base de la unidad para la independencia. “El Habanero” va a contener la expresión política Valeriana relacionada con los problemas cubanos durante los años l824-l826. A partir de l828 y hasta l83l. Saco y Varela, con un tono diferente a “El Habanero”, publican “El Mensajero Semanal”, donde trataron de dar perspectiva y unidad a los incipientes rasgos de la expresión intelectual de la cultura cubana y aunque atacaba de forma indirecta los males latentes en la Isla, se trata de obviar las referencias directas a los problemas políticos de Cuba. De su correspondencia con La Habana y el conocimiento de su situación política, surge el Plan de publicar “Las Cartas a” Elpidio”, donde combatió la errónea creencia que existía sobre los Estados Unidos en Cuba. Dirigidas a la juventud cubana, tenían además, la misión de valorar la situación social, moral, cultural y política de la Isla. Los años finales de la década de l830 e iniciales del 40 son trascendentales para Cuba, el fracaso del movimiento liberal reformista y moderado, con la expulsión de los Diputados a las cortes españolas que hizo posible la regencia de María Cristina, dio fin a toda posibilidad política dentro de la estructura del poder colonial. Pero en esta época (l847) era evidente que la salud de Varela era bastante endeble. La intensidad de su vida, las numerosas actividades a las que se había consagrado despreocupado de sí mismo, en medio de una constante labor sin medida, fueron debilitando su organismo. A partir de este momento se vio obligado a buscar constantemente alivio a su mal en diferentes lugares, cada vez más al sur y ya a los 61 años, se establece en San Agustín, la ciudad de su infancia. En l852, ya totalmente minada la salud yacía en un pequeño cuarto de madera en el patio de la parroquia de la ciudad, donde lo visitó su exdiscípulo Lorenzo de Aelo. La impresión que le causó Varela lo llevó a preocuparse con urgencia por mejorar sus condiciones de vida, tarea que no se pudo completar, pués éste falleció el 25 de febrero de l853. Con los fondos recaudados por sus discípulos, levantaron una capilla en el cementerio de San Agustín, donde permanecieron sus restos en l9ll, los que fueron depositados en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, donde descansan desde entonces y donde les han rendido homenaje al maestro de la libertad de Cuba varias generaciones de cubanos. Conclusiones: El surgimiento de un pueblo nuevo a partir de un especial sistema de interrelaciones, desarrollado en un espacio social y natural particular, muestra un sin número de matices y consideraciones que pueden ser analizadas desde los más disímiles puntos de vista. No obstante, la necesidad de que el método utilizado permita un análisis integrador, tiene un condicionamiento objetivo que no se puede dejar de tener en cuenta. Es por ello que en este trabajo se brinda una visión particular del fenómeno a partir de la utilización del método histórico cultural. Éste permite el análisis de la cubanía en su integralidad, al incluir en el mismo los términos historia y desarrollo; de esta manera, se facilita el estudio del fenómeno social como modelo aglutinador de lo: natural, social, económico, ideológico, espiritual e intelectual. Corresponde al Presbítero y profesor del Seminario de San Carlos, Félix Varela, ser el exponente de un grado de maduración más profundo de la forma en que evolucionó el concepto patria en la conciencia nacional. Para Varela, la patria era “libertad”. Exponía así sus categóricas afirmaciones: “Una sociedad en que los derechos individuales son respetados, es una sociedad de hombres libres, y esta ¿de quién podrá ser esclava, teniendo en sí una fuerza moral irresistible, por la unidad de opinión y de una fuerza física, no menos formidable, por el denuedo con que cada uno de sus miembros se presta a la defensa de la patria?” (4). Vocero de la revolución liberal burguesa, al despedirse públicamente de sus conciudadanos para ir a ejercer el cargo de Diputado en las Cortes de 1823, declara: “ un hijo de la libertad, un alma americana, desconoce el miedo”(5). Aunque Varela es el principal exponente durante este período de la cubanía y el único que en la primera mitad del siglo XIX contaba con un proyecto nacional, habrá que esperar a la segunda mitad del siglo para hallar la más acabada expresión de la esencia patriótica de lo cubano en la centuria. Corresponde ese honor a José Martí, para quien “patria es humanidad”. Es con él con quién la cubanía alcanza una dimensión latinoamericana y universal. Al respecto afirmaba: “Honra y conmueve pensar que cuando cae en tierra de Cuba un guerrero de la independencia...cae por el bien mayor del hombre, la conformación de la república moral de América” (1). Esta nueva dimensión que a alcanzado la patria sólo puede realizarse en la unidad: ética, estética, ideológica, política, social, económica y física y ello explica el condicionamiento objetivo de la utilización de un método en el análisis que permita tal integración. BIBLIOGRAFIA • Bachiller Y Morales, Antonio – Don Félix Varela. Su biografía. • Bachiller y Morales, Antonio - Reseña de las Obra del Presbítero Félix Varela, en El Estímulo. • Bueno, Salvador : - Félix Varela en nuestra historia en “Revista de la Biblioteca -  Nacional José Martí” • Bueno, Salvador - El primer separatista, Félix Varela en Cuba • Castro Morales, Lilia - Homenaje a Félix Varela Revista de la Biblioteca Nacional. • Céspedes, Mons, Carlos Manuel.- El Padre Félix Varela. Su espiritualidad. (Texto multicopiado.).

No hay comentarios:

Publicar un comentario