jueves, 14 de mayo de 2015

Constituciones cubanas. La Constitución de 1976

Elizabeth Azopardo Introducción: La Constitución de 1976, tiene sus antecedentes en las luchas libertarias que sostuvo el pueblo de Cuba por más de un siglo. El ideal revolucionario de Céspedes, Agramante, Martí, Cisneros, Mella, Guiteras y otros muchos próceres revolucionarios, quedó plasmado en documentos constitutivos de la nación cubana. El imperialismo, nuestro enemigo histórico, también trató más de una vez de frustrar nuestras ansias de independencia y uno de sus actos más típicos fue imponer a la Constitución de 1901 la bochornosa cláusula de la Enmienda Platt. Pero sobre todo, la Constitución de 1976, fue el resultado de las luchas y transformaciones revolucionarias que se iniciaron con la liberación definitiva de nuestra patria. Ella expresa el carácter socialista de la Revolución y abrió las puertas a nuestro pueblo para vivir en una nueva sociedad, libre de la explotación del hombre por el hombre. El presente trabajo tiene como objetivo realizar un recuento histórico de los factores que hicieron posible que el pueblo de Cuba pudiera finalmente constituirse en una nación independiente y plasmara su triunfo en la Carta Magna; así como, el contenido de éste documento histórico. 1. Antecedentes en nuestras gestas libertarias. El 10 de abril de1869 se desarrolló en Guaimaro la célebre asamblea que tomó su nombre de este lugar. En la misma, se enfrentaron dos criterios fundamentales: el de Céspedes y los orientales, que aspiraban un gobierno sobre la base de una organización militar centralizada bajo su mando, y el de Agramonte y los camagüeyanos, que planteaban un gobierno civil del que dependería el ejército. En la misma además se eligió la bandera de Narciso López como insignia nacional y la de Céspedes estaría presente en las sesiones de la Cámara, como sucede hasta hoy en nuestra asamblea nacional. Pero indiscutiblemente el objetivo supremo de la Asamblea de Guaimaro fue la aprobación de una constitución para la joven república que aún se soñaba. La misma fue redactada por Ignacio Agramante y establecía en lo fundamental: • Un Gobierno Republicano cuya autoridad sería la Cámara de Representantes. • La división de la isla en cuatro estados: Oriente, Camaguey, Las Villas y Occidente. • Que todos los habitantes de la republica eran eternamente libres. • Determinaba la abolición inmediata de la esclavitud. Aunque lo resultados de esta constitución profundamente civilista en momentos en que aún estaba muy lejos la independencia, trajo profundas contradicciones entre los mandos civiles y militares, que finalmente dieron, junto a otras causas, al traste con la Guerra de Independencia, su espíritu democrático velaba por evitar otros males que ya se hacían patentes en la jóvenes repúblicas de América Latina, como era la existencia de regímenes abiertamente presidencialistas y militaristas que motivaban al caudillismo. En esta misma contienda, Maceo protagonizó, enfrentándose a la firma del Pacto del Zanjón y la paz sin independencia y sin la abolición total de la esclavitud, su histórica Protesta de Baraguá. Frente a un grupo que quedaba luchando se reunió con Arsenio Martínez Campos y expresó su inconformidad con el pacto y dejo dicho que el 23 comenzarían de nuevo la lucha. Así elevó la moral de los cubanos, además dejó la Constitución de Baraguá, la más pequeña de Cuba que dio organización a las fuerzas que quedaban. En la misma establecía la existencia de un Gobierno Provisional compuesto por 4 individuos el cual nombraría al General en Jefe de Ejército y establecía como su cláusula más importante que el gobierno no estaría autorizado a negociar la paz sin independencia. Durante la Guerra de Independencia iniciada en 1995 también se reunieron en Jimaguayú los representantes de los cuerpos del ejercito libertador para aprobar una nueva constitución. Allí se enfrentaron tres tendencias, los partidarios de establecer un poder civil al estilo de Guaimaro, los que querían la supremacía o independencia del poder militar y una tercera posición inspirada por José Martí, ya fallecido, que proponían la separación del mando civil del militar, dejando al primero el gobierno de las zonas liberadas. Después de continuas deliberaciones se aprobó la Constitución y se estableció una variante muy cercana a la posición defendida por Martí. La Constitución de Jimaguayú recogía en lo fundamental: • Se establecía un gobierno centralizado compuesto por un Consejo de Gobierno en poderes legislativos y ejecutivos. • Este Consejo podía dictar todas las disposiciones relativas a la vida civil y política de la nación. • El general en jefe se encargaría de las fuerzas orientadas y las operaciones de la guerra. • Se equilibro el poder político y militar. Sin embargo, en esta asamblea también se acordó que paso dos años de guerra, la constitución debía ser revisada. Ello llevó a la Asamblea de la Yaya, que cambió el equilibrio entre los mandos, permitiendo al mando civil nombrar jefes militares entre otras facultades relacionadas con la guerra. Las amplias atribuciones que se le dieron al poder civil sobre el militar trajeron como consecuencia que se renovaran las diferencia entre los dos mandos afectando la unidad tan necesaria para el movimiento revolucionario. Frustrada la independencia con la intervención norteamericana en la guerra, el gobierno interventor pulsó la opinión del pueblo cubano sobre sus ansias de soberanía y ello, junto al apoyo de la opinión pública del pueblo norteamericano, contribuyó a que finalmente se decidiera por imponer en Cuba una república mediatizada. La Constitución de 1901 podría satisfacer las aspiraciones democráticas de los nuevos ciudadanos en algunos aspectos, pero no en lo referido a la soberanía nacional. La Enmienda agregada coartaba la independencia de la nación que debía jurídicamente emerger en el concierto de las repúblicas americanas. Así vivó la nación cubana sometida a los designios de la nueva metrópolis, hasta que en 1934 fue abolida la Enmienda Platt. Sin embargo, este no fue ni remotamente un acto de independencia, para esa fecha los mecanismos de dominación neocolonial no eran necesarios en lo formal, cuando el gobierno y el ejército de la República respondían plenamente a los intereses del imperialismo. El gobierno de Caffery-Mendiata-Batista, aseguraba los intereses yanquis, sin necesidad de intervenciones directas, ni documentos que las acreditaran. En la década de los años 40, la Revolución del 30 y la nueva situación del contesto internacional ante la lucha antifascista, motivaron una apertura democrática, la cual fue aprovechada por el Partido Comunista y el movimiento revolucionario para imponer al país una nueva constitución. El pueblo cubano eligió 6 delegados comunistas a la Asamblea Constituyente los que lograron aprobar artículos progresistas en la misma. La Constitución tenía un carácter burgués con artículos progresistas y fue aprobada el 5 de julio de 1940 en Guáimaro. Se cogían como ideas fundamentales las siguientes: • El derecho a las 8 horas de trabajo. • Se eliminaba la discriminación por raza, sexo, color. • Protección a la maternidad obrera. • Derecho a la sindicalización. No obstante este documento defendía la propiedad privada la que no podía ser confiscada solo por autoridad judicial. 2. El proceso de institucionalización de la Revolución. En el Primer Congreso del PCC, celebrado en 1975, en lo referido al proceso de institucionalización de la Revolución, se estableció la proclamación de la Constitución de la Celebración de las elecciones de los órganos del Poder Popular. El proceso de institucionalización había comenzado ya a partir de 1970, y se acelera a partir de 1971 en que se había experimentado una recuperación de la economía y el fortalecimiento de las organizaciones de masas. • En 1972 se reestructura el Consejo de Ministro y se crea su Comité Ejecutivo. • En 1973 se reestructura todo el aparato del Partido desde el Comité Central hasta los Comités Municipales. Se precisan sus mecanismos de funcionamiento, se delimitan su papel y sus responsabilidades. • Se desarrolla el proceso de nueva organización de nuestro sistema judicial. • A finales de éste año se dan los primeros pasos para crear, a manera de experiencia las instituciones representativas del Estado en al provincia de Matanzas, que una vez evaluadas en el Primer Congreso del PCC, podría extenderse a todo el país. Hasta ese momento el gobierno revolucionario había llenado el cometido del aparta estatal, pero se trataba de un estado provisional, esencialmente democrático, pues aún sin instituciones representativas rescató las riquezas nacionales, convirtió en propiedad social la propiedad privada de los medios de producción, eliminó el desempleo y el analfabetismo, desarrolló la educación y la atención médica para todos, organizó al pueblo y le dio además participación en la discusión de las principales leyes y mediadas de la Revolución. Particular trascendencia dentro del proceso institucional de la Revolución tiene la adopción de una nueva constitución. Al respecto en el Informe Central al Primer Congreso del PCC se planteaba: “Hoy necesitamos una constitución socialista, en correspondencia con las características de nuestra sociedad, con la conciencia social, las convicciones ideológicas y las aspiraciones de nuestro pueblo ” Existía otra constitución aún vigente en 1975 que se fundamentaba en la vieja ley de 1940 a la cual se le formu7laron incontables modificaciones y remiendos, generados por el incesante choque de un proceso revolucionario y profundo con las formulaciones de una constitución burguesa. Esta razón fundamenta el planteamiento de Fidel, de la necesidad de trabajar por la elaboración de una constitución que sustituyera la superestructura jurídica burguesa, por otra que reflejara las nuevas relaciones de producción establecidas, la esencia del nuevo estado y su funcionamiento. Este proceso de inició al elaborarse un proyecto de constitución en el que se sintetizaron las experiencias de nuestro pueblo y de otros pueblos que nos procedieron en la edificación de la sociedad socialista. Alrededor de 6 millones 200 000 personas tomaron parte en la discusión del proyecto, agrupadas en las diferentes organizaciones del Partido, los Sindicatos, los CDR, la FMC, la ANAP, la FEU, las UM y nuestras misiones en el exterior, lo que equivale a decir que todos los ciudadanos con excepción de los niños intervinieron en forma directa y personal en el examen del documento; se reafirmaba una vez más el carácter profundamente democrático de este proceso. De esta forma, enriquecido por la discusión popular y perfeccionado por la comisión preparatoria central, se obtuvo el texto sobre el cual se pronunció el Primer Congreso del PCC y que fue sometido a referendo el 15 de febrero de 1976 mediante el voto libre, igual, universal y secreto de nuestro pueblo que lo sancionó definitivamente. El 24 de febrero de 1976, fecha patria, se proclamó solemnemente la primera constitución socialista de América, aprobada por el 98% de los hombres y mujeres de nuestro pueblo, en la que se consagra el anhelo de nuestro héroe nacional de que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. Algunos artículos de esta constitución socialista permiten argumentar las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz, cuando afirmó que: “Jamás en toda la historia de nuestra patria y de nuestro continente ha sido aprobada una constitución de contenido tan revolucionario y progresista… ” 3. La Constitución de 1976. Sin duda la nueva constitución es el documento más importante que rige el proceso de institucionalización de la Revolución, por su carácter de clase y el sistema económico social que la condiciona y porque en ella se establece el sistema de dirección de la sociedad: La forma del Estado, las funciones y facultades de los órganos del Poder y de la Administración Estatal, el campo de acción de los organismos facultados para establecer normas jurídicas, las relaciones del Estado con los individuos y los límites del primero y de la actividad libre del segundo. Otro de los objetivos de la institucionalización, era el de perfeccionar la participación de las masas en la gestión estatal; por lo que se decide instituir los órganos del Poder Popular. La Constitución planteaba en lo fundamental: • Que la Republica de Cuba es un estado socialista de obreros y campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales. • Que el tipo de propiedad es socialista de todo el pueblo sobre los medios de producción. • Se establecen las funciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular ya que es el órgano supremo del poder del estado. Conclusiones: La primera Constitución Socialista de América, aprobada en Cuba en 1976 fue la consolidación jurídica de la victoria del pueblo cubano constituyendo la máxima expresión de la participación creciente de las masas en la construcción del socialismo en nuestro país y el reconocimiento del papel dirigente del Partido. Además, el establecimiento democrático en todo el país de los Órganos del Poder Popular representa jurídica y políticamente la participación de todo el pueblo en las tareas de gobierno de la nación, logrando con ella el poder del pueblo, lo que constituye la suprema expresión de la democracia proletaria. La dictadura del proletariado en nuestro país cuenta por tanto, con formas definitivas creadas sobre la base de nuestra experiencia y de la de otros países socialistas y asentadas en la consolidación y perfeccionamiento del Partido del Estado, y de sus organizaciones políticas y de masas. Bibliografía: Pichardo Hortensia. Documentos para la Historia de Cuba. Editorial Pueblo y Educación. La Habana, 1984 Instituto de Historia: La Neocolonia. Editora Política. La Habana, 1998. Julio Le Riverend Historia de Cuba no. 5. Edit Pueblo y Educación. La Habana 1978. Informe Central al Primer Congreso del PCC. En Memorias del Primer Congreso del PCC, Primer Tomo, Ediciones DOR, La Habana 1975. Periódico Granma, 25 de febrero de 1976

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