sábado, 27 de junio de 2015

Análisis del Barroco. Siglo XVII

Autora: MSc. Elizabeth Azopardo Núñez Condiciones sociohistíricas que propicia su surgimiento: Entre los siglos XIV y XVII se producen toda una serie de transformaciones de la base económica que van a concluir con la sustitución del régimen feudal y la instauración del régimen capitalista, dando inicio a la sociedad moderna. Estas trasformaciones de la base socioeconómica, van a repercutir en la superestructura; o sea, en la política, el pensamiento, el arte, la religión, etc. La burguesía, nueva clase social se enfrenta a la nobleza y a todo lo que ella representa. Entre los señores feudales más poderosos de Europa se encontraba la Iglesia Católica, sustento ideológico del el régimen que desaparecía. Sin embargo su poder no se basaba sólo en ello, sino que además ostentaba el poder económico (poseía las ¾ partes de la tierra cultivable del continente), influía en el poder político (santificaba la coronación del rey, otorgaba indulgencias, decidía la excomulgación, dirigía la inquisición, etc.), dominaba la cultura (en los monasterio de encontraba encerrada gran parte del legado cultural de la civilizaciones anteriores). Si se quería acabar con el poder del régimen feudal era imprescindible atacar a la Iglesia. Por lo antes expuesto, entre sus expresiones en el pensamiento y la religión está el proceso de la reforma religiosa surgido en el siglo XVI en el ámbito de la Iglesia cristiana. El mismo supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de distintas iglesias ligadas al protestantismo, que tenía el propósito de debilitar a la primera. La Reforma, precedida por la cultura del renacimiento y, de alguna forma, seguida por la Revolución Francesa, alteró por completo el modo de vida de Europa occidental e inició la edad moderna. Aunque se inició a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero desafió la autoridad papal, las circunstancias que condujeron a esa situación se remontan a fechas anteriores y conjugan complejos elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales. El Concilio de Trento, decimonoveno concilio ecuménico de la Iglesia católica apostólica romana, que tuvo lugar, a lo largo de tres etapas, entre 1545 y 1563, se convocó con la intención de responder a la Reforma protestante y supuso una reorientación general de la Iglesia. Los decretos del Concilio fueron confirmados por el papa Pío IV el 26 de enero de 1564, definiendo algunos dogmas incontestables: el hombre tiene libre albedrío e inclinación natural al bien; la fe se obtiene a través de las Sagradas Escrituras y se complementa con la tradición de la Iglesia, establecida por textos de padres y doctores de la Iglesia y concilios; la misa es un sacrificio y una acción de gracias; la eucaristía supone una transubstanciación real; la Iglesia es el instrumento querido por Dios, guiada por el Espíritu Santo es santa, católica, romana y apostólica. También fueron acordados principios de procedimiento y disciplina: residencia episcopal; obediencia del obispo al papa (pero reconociéndose las excepciones de los estados con regio patronato, como España y Francia); condiciones del reclutamiento sacerdotal (edad, ciencia adquirida, independencia material, además de establecerse la creación de seminarios episcopales para la formación sacerdotal); invitación a las órdenes religiosas para observar sus reglas fundacionales. A pesar de la diversidad de las fuerzas reformadoras del siglo XVI, la Reforma tuvo resultados muy importantes allí donde triunfó. En general, el poder y las riquezas perdidas por algunos nobles y por la jerarquía católica pasaron a la clase media y a los monarcas. Varias regiones de Europa ganaron independencia política, religiosa y cultural. Incluso en países como Francia y lo que hoy es Bélgica, donde el catolicismo se mantuvo, se desarrolló un nuevo individualismo y nacionalismo en materia cultural y política. El énfasis protestante con respecto al juicio personal en el ámbito religioso aumentó el desarrollo de los gobiernos democráticos basados en la elección colectiva realizada por votantes individuales. La destrucción del sistema medieval favoreció a la banca y al comercio al eliminar las tradicionales restricciones religiosas y abrió el camino para el crecimiento del capitalismo moderno. Durante la Reforma, las lenguas nacionales y la literatura avanzaron en gran medida debido a la extensa difusión de la literatura religiosa escrita en las lenguas vernáculas en lugar del latín. La educación popular también fue estimulada gracias a las nuevas escuelas fundadas por Colet en Inglaterra, Calvino en Ginebra y los príncipes protestantes en Alemania. La religión ya no era tanto una parcela privilegiada del alto clero, sino una expresión directa de las creencias de la población. Sin embargo, la intolerancia religiosa no disminuyó y los enfrentamientos religiosos continuaron siendo frecuentes durante cerca de un siglo. Además de la resolución de cuestiones doctrinales, teológicas y disciplinarias fundamentales para los católicos romanos, el Concilio también intentaba impartir entre sus dirigentes un sentido de cohesión y dirección que utilizarían como elemento esencial para mantener a la Iglesia durante la Contrarreforma. La Contrarreforma fue el movimiento que tuvo lugar en el seno de la Iglesia católica apostólica romana en los siglos XVI y XVII, como intento de revitalizar la Iglesia y oponerse al protestantismo. Algunos historiadores rechazan el término porque implica sólo los elementos negativos del movimiento y prefieren utilizar las denominaciones de Reforma católica o Restauración católica, para resaltar la alta espiritualidad que animó a muchos de los que encabezaron el movimiento, que a veces no tenía relación directa con la Reforma protestante. El contenido de una poderosa corriente represiva, que empezó hacia 1542, penetró en el propio catolicismo romano, adoptando la forma de: institución del Índice de Libros Prohibidos y una nueva Inquisición. El pontificado de Pablo IV aportó el más vigoroso apoyo a estas medidas. Hacia finales del siglo XVI, en parte bajo la influencia del Concilio de Trento, apareció en Italia un grupo de obispos, celosos por reformar su clero e instruir a su pueblo. San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán, fue un modelo para muchos de ellos. En 1578 fundó la orden religiosa conocida como los oblatos de san Ambrosio. Aunque rodeado por el lujo, Borromeo practicó la austeridad en su vida personal y se distinguió por su caridad e interés en las artes. Otra de las formas de la contrarreforma fue el establecimiento de seminarios en muchas diócesis para tratar de garantiza un clero honrado en el orden teológico y moral; así como, su repercusión en el arte y la literatura, cuando en Roma, san Felipe Neri puso música a textos religiosos y llevó a cabo reuniones informales que pronto desembocaron en la figura (y el espacio físico) del oratorio. Categorías filosóficas: a) Forma y Contenido: Contenido: Contrarreforma. Forma artística: El Barroco Italiano. b) Causa y Efecto: Causa: Lucha de la burguesía contra la Iglesia con manifestación del feudalismo. Efecto: La Reforma y la Contrarreforma. c) Necesidad y Casualidad: Necesidad: Que el feudalismo sea sustituido por el capitalismo porque el propio desarrollo de las Fuerzas Productivas (instrumentos, objeto y hombre)) en el feudalismo y el aumento del excedente productivo, necesita una colocación lucrativa, en este caso el comercio. El desarrollo del intercambio mercantil trajo aparejado la aparición de la burguesía, el renacer de las ciudades, las manufacturas y finalmente la fábrica y el obrero asalariado. Casualidad: Cualquier echo no necesario. Posibilidad y realidad:

No hay comentarios:

Publicar un comentario