martes, 26 de agosto de 2014

Jose Marti. Su obra infantil y juvenil

Autora: MSc. Elizabeth Azopardo Núñez
 
INTRODUCCIÓN:
 
 
Este trabajo se propone analizar las obras más significativas que escribió Martí durante su infancia y adolescencia; así como otras que reflejan pasajes acaecidos en estas etapas de su vida. Las mismas se encuentran vinculadas al contexto socio-histórico en que se desarrollaron y, fundamentalmente, a su querida Habana.


Fiel reflejo de las contradicciones económicas, políticas y sociales entre una Metrópoli sustentada en una monarquía reaccionaria y la Isla cargada del aire liberal de revoluciones europeas y de gestas de liberación nacional latinoamericanas, es La Habana de José Martí, centro de dominio colonial español en el Nuevo Mundo y plaza sitiada en la que rige el clarín de las tropas acantonadas en sus fortines.


En ese ambiente convulso de conspiraciones, ajusticiamientos y destierros, vive el niño y joven que más tarde nos conduciría a la independencia. Una ciudad que parece sacudirse de la intentona anexionista hasta ganar fuerza más tarde, en la conciencia de los criollos, el convencimiento de que la vía para la independencia de España no es otra que la lucha armada.




DESARROLLO:
En octubre de 1862, pasa algún tiempo en Hanábana (Jagüey Grande), donde su padre ocupaba el puesto de capitán pedáneo. Esta es una región de "sitios" de campesinos donde el capitán de partido Mariano Martí debe interceder en los contados guateques.


Es el primer contacto del niño habanero con el campo cubano. El día 23 de octubre de 1862 le escribe a su madre:



"Ya todo mi cuidado se pone en cuidar mucho mi caballo y engordarlo como un puerco cebón, ahora lo estoy enseñando a caminar enfrenado para que marche bonito, todas las tardes lo monto y paseo en él, cada día cría más bríos. Todavía tengo otra cosa en que entretenerme y pasar el tiempo, la cosa que le digo es un "Gallo fino" que me ha regalado Don. Lucas de Sotolongo, es muy bonito y papá lo cuida mucho, ahora papi anda buscando quien le corte la cresta y me lo arregle para pelearlo este año, y dice que es un gallo que vale más de dos onzas".





La autoridad del padre se extendía por una comarca casi desierta, fue aquél el sitio escogido por el destino para que el niño José Martí, de nueve años de edad, se compenetrase con la vida campesina de su patria. Todo en derredor le atrae, le interesa: el monte, el río que se desborda, el buey que arrastra lento el arado.


Del lado opuesto a la naturaleza y a la vida libre de las aves, estaba la amarga realidad de los hombres sometidos a la esclavitud. En gran número se hacían los desembarcos clandestinos de esclavos por aquella región propicia y la autoridad de Don Mariano no era suficiente para impedirlo, por lo que en poco tiempo se le considerara un estorbo.


Un día, el pequeño José, durante una de sus incursiones al monte, se enfrentó súbitamente con la trágica esclavitud en su más terrible apariencia: colgado a un ceibo halló a un esclavo muerto. Aquella visión quedó perpetuada en esta estrofa que, ya adulto, plasma en sus Versos sencillos.



"Un niño lo vio: tembló


de pasión por los que gimen


y, al pie del muerto juró


lavar con su vida el crimen".


Los anteriores versos reflejan, la posición que va a asumir Martí ante la esclavitud durante toda su vida. No obstante al autor de este trabajo le interesa destacar en particular que el pensamiento martiano no está exento de la evolución, y es del criterio que esa aptitud fue formándose con el tiempo y no fruto exclusivo del reflejo que causó en el niño tales imágenes.





José Martí terminó sus primeras letras en la escuela del barrio y en invierno, de regreso del Hanábana fue a San Anacleto, colegio privado, de Rafael Sixto Casado. Cumplía diez años. A la ayuda económica del "compadre Arazosa", debe la familia Martí este ingreso.


A los once años, José Martí ha leído mucho, y siente un apasionamiento especial por La cabaña del Tío Tom, de Beecher Stowe, porque en algo refuerza sus experiencias en el Hanábana. En las conversaciones con su amigo Fermín, un tema afín es la Guerra de Secesión, en la que ambos se muestran partidarios del norte industrial y antiesclavista.


Arazoza, padrino tenaz, continuó preocupándose del progresó de Pepe, presentándoselo a su pariente Don Rafael María de Mendive, que acababa de ser nombrado director de la Escuela Superior Municipal de Varones a la que ingreso Martí en marzo de 1865 con 12 años. Para 1868 José Martí vivía en el mismo lugar, en casa de su maestro. Su primera obra publicada en los primeros meses de 1969, en un periódico escolar manuscrito, fue su soneto "El Diez de Octubre ".





No es un sueño, es verdad: grito de guerra




Lanza el cubano pueblo, enfurecido;




El pueblo que tres siglos ha sufrido




Cuanto de negro la opresión encierra.




Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,




Ruge el cañón, y al bélico estampido,




El bárbaro opresor, estremecido,




Gime, solloza, y tímido se aterra.




De su fuerza y heroica valentía




Tumbas los campos son, y su grandeza




Degrada y mancha horrible cobardía.




Gracias a Dios que al fin con entereza




Rompe Cuba el dogal que la oprimía




Y altiva y libre yergue su cabeza!





El 19 de enero de 1869 publicó su primer artículo político en el único número de "El Diablo Cojuelo", periódico que edita Fermín Valdés Domínguez en la imprenta y librería", situada en Obispo # 20 y 22, además Martí le facilitó a Valdés unos comentarios de actualidad, sarcásticos y de burla un poco forzada pero entre ironías sobre la libertad de imprenta, formuló un escueto dilema": O Yara o Madrid ".




"Otros de esos que llaman sensatos patricios, y que sólo tienen de sensato lo que tienen de fría el alma, reúnen en sus casas a ciertos personajes de aquellos que han fijado un ojo en Yara y otro en Madrid, según la feliz expresión de un poeta feliz, y que con sólo este título pretenden imponer sus leyes a quien tiene muy pocas ganas de sufrir tan ridícula imposición. A ser yo orador, o concurrente a Juntas, que no otra cosa significa entre nosotros la tal palabra, no sentaría por base de mi política eso que los franceses llamarían afrentosa hésitation. 0 Yara o Madrid".







El Diablo Cojuelo es sólo una hoja semifestiva de cuatro páginas y Martí aspiraba a más, por lo que solicitó con la ayuda de su maestro Mendive y de su amigo el hacendado Don Cristóbal Madán, la autorización gubernativa para la publicación de un "semanario democrático cosmopolita "que se llamara "La Patria Libre".





Los sucesos del teatro Villanueva provocaron grandes disturbios en la ciudad, en la noche del 23 de enero de 1869, dejando plasmada la violencia de los voluntarios una huella indeleble en Martí. Más tarde en sus Versos Sencillos diría:


"El enemigo brutal




Nos pone fuego a la casa:




El sable la calle arrasa,




A la luna tropical.




Pocos salieron ilesos




Del sable del español:




La calle, al salir el sol,




Era un reguero de sesos.




Pasa, entre balas, un coche:




Entran, llorando, a una muerta:




Llama una mano a la puerta




En lo negro de la noche.




No hay bala que no taladre




El portón: y la mujer




Que llama, me ha dado el ser..."




En la mañana del sábado muchos habaneros estremecidos, pasaron de la lectura de la proclama en que Dulce anuncia "se hará justicia y pronta justicia ", a la de un nuevo periodiquito que se titula La Patria Libre "y que decían estaba inspirado por Mendive.





Aunque la nueva hoja no venía predicando, desde luego, la independencia, fue otro artículo sesudo que rechazaba la asimilación y hablaba de un Gobierno donde decidieran los cubanos. Pero lo más candente según mi criterio fue un poema dramático titulado Abdala y "ESCRITO EXPRESAMENTE PARA LA PATRIA". Seguramente inspirado en nuestra patria y en el momento que atravesaba:




El amor, madre, a la patria,


No es el amor ridículo a la tierra,


Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;


Es el odio invencible a quien la oprime,


Es el rencor eterno a quien la ataca;


Y tal amor despierta en nuestro pecho


El mundo de recuerdos que nos llama


A la otra vida otra vez...





Parte de la "pronta justicia" del Capitán General consistió en ordenar la detención de Mendive. A los cinco meses embarcaba Mendive para España a cumplir la condena de destierro que le ha impuesto un Consejo de guerra. Don Mariano decidió que mientras se resolvieran las dificultades en la continuación de sus estudios, lo mejor era que Pepe "vuelva ocuparse en algo". En el despacho de Don Cristóbal Madan trabajó de seis de la mañana a ocho de la noche ganando cuatro onzas y medias, que entregaba a su padre.







Conclusiones:



La obra citada hasta el momento es expresión directa de las vivencias más representativas que acompañaron a Martí durante su niñez y parte de su adolescencia. Estas conformaron la génesis de los principios antiesclavistas, patrióticos, anticolonialistas, que posteriormente Martí convertiría en un proyecto de vida.





Por todo lo antes expuesto se evidencia que el análisis dialéctico materialista de la historia, utilizado en la comprensión de las relaciones entre el hombre y su medio, nos conducen a comprender que el niño, el adolescente y el joven Martí, dentro de la genialidad que lo universaliza, es un hombre de su época, síntesis del dolor de su patria esclavizada y del ansia de independencia que estimula al pueblo cubano.









BIBLIOGRAFIA:
 
 



BUENO, SALVADOR. "Historia de la Literatura Cubana". La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1972.
FOUNTAIN, WILLIAM A.. "La Habana en que nació José Martí".1997, www.josémarti.org/temas/biografia/martihumano/infancia/habanajosemarti.htm ceniai. Fecha: 24,diciembre 2002

MARTÍ, JOSÉ. "Teatro" OC. La Habana: Editorial Nacional de Cuba, 1965. T18
MARTÍ, JOSÉ. "Epistolario" OC. La Habana: Editorial Nacional de Cuba, 1965. T 20.
Martí, José. "Poesía I", La Habana: Editorial Nacional de Cuba, 1965 C. T. 16


Martí, José. "Poesía II". La Habana: Editorial Nacional de Cuba, 1965 OC. Tomo 17.


Jose Marti y su papel en la organizacion de la Guerra Necesaria




Autora: MSc. Elizabeth Azopardo Núñez


Introducción:


En el trabajo que exponemos a continuación se hará un breve recuento de la preparación de "La Guerra Necesaria" destacando la labor revolucionaria de nuestro Héroe Nacional José Martí; así como, del inicio de esta etapa histórica como continuidad y antecedente del proceso iniciado el 10 de Octubre de 1868 y que culmina con el triunfo de la Revolución Cubana el 1ro. De enero de 1959.





La llegada a Cuba de José Martí acompañado de Máximo Gómez y precedida de la llegada de Flor Crombet y "El Titán de Bronce" Antonio Maceo y Grajales, reúne en Cuba a los tres grandes de la Guerra del 1995 en La Mejora, principio y fin de una sólida confraternización a la cual pone fine el trágica muerte del Apóstol el 19 de mayo, a sólo un mes de su llegada.


Estos hechos marcan el inicio de una nueva etapa de lucha, frustrada por la intervención yanqui en la misma, con la "Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana", arrebatándole una vez más la ansiada independencia la pueblo cubano.


Por todo lo anterior, el objetivo de este trabajo es analizar el inicio y desarrollo de la Guerra Necesaria.




Desarrollo:



José Martí y su labor unitaria. La preparación de la Guerra Necesaria.



El período que va de 1887 a 1895 es, sin dudas, el de mayor intensidad en la labor revolucionaria de José Martí y, por tanto, el que evidencia más profundamente su pensamiento y su acción en torno a la revolución que estaba preparando. Las respuestas que había recibido a la comunicación de 1887 a nombre de la Comisión Ejecutiva, incluyendo a Máximo Gómez y Antonio Maceo, avalaban el paso dado en aquel año; quedaba entonces desarrollar el proyecto.





Los discursos pronunciados por Martí a partir de 1887, todos los 10 de octubre, hasta 1891, evidencian el grado de avance en los preparativos y la manera en que iban madurando las condiciones para entrar en la fase definitiva de la revolución. Se trataba de preparar todos los factores necesarios, incluyendo el ideológico, para cuando llegara el momento de la acción concreta, de ahí que aliente a la lucha y al mismo tiempo detenga cualquier arranque apresurado que podía ser fatal. Las bases y objetivos que se trazó la Comisión Ejecutiva evidencian la forma que iba tomando el nuevo esfuerzo y sus principios esenciales.





Especial atención merecen los pasos dados en Tampa y Cayo Hueso a fines de 1891 y principios de 1892: se estructuraba el Partido Revolucionario Cubano, alma de la nueva organización revolucionaria. Deben atenderse los escenarios en que se tomaron los acuerdos fundamentales, es decir, las emigraciones de las dos localidades de mayor homogeneidad dentro de las comunidades de emigrados cubanos en Estados Unidos, ya que su composición estaba mayoritariamente marcada por obreros del tabaco aunque también estaban los dueños de las tabaquerías, algunas de considerable capacidad productiva.


Estas comunidades no estaban exentas de contradicciones sociales y, de hecho, existían organizaciones obreras que respondían a ello, pero la militancia independentista y las formas organizativas que se habían dado marcaba con especial relevancia a estas comunidades.18 No es casual que sea en Tampa donde exponga las ideas cardinales contenidas en el discurso del 26 de noviembre, conocido por su frase final Con todos, y para el bien de todos, que al día siguiente pronunciara otro discurso emblemático conocido como Los pinos nuevos y que ese fuera el escenario de la aprobación de las Resoluciones, preludio de lo que habría de acontecer en Cayo Hueso, cuando la representación de esa localidad más tres representantes de Tampa aprobaron las Bases del Partido Revolucionario Cubano y sus Estatutos Secretos.





Los documentos fundacionales del Partido recogen en síntesis apretada los conceptos básicos de fines y métodos planteados por Martí, así como su percepción de los peligros que la época histórica planteaba a la revolución cubana y su papel en el continente, conceptos que serían ampliados en diversas oportunidades, especialmente a través de sus trabajos en el periódico Patria. Precisamente, la fundación de Patria permitía a Martí contar con un espacio para expresar sus ideas, para librar la guerra de pensamiento indispensable, para acreditar la solución revolucionaria y la labor del Partido sin que el periódico apareciera oficialmente representando a la organización partidista. No es casual que la fundación de Patria se realizara el 14 de marzo de 1892, poco menos de un mes antes de que se proclamara el Partido y que, cuando en un periódico de Nueva York se le calificara como órgano del PRC, el propio Martí escribiera su trabajo Patria: no órgano en el que desmentía esa afirmación.





A través del periódico, Martí libró grandes batallas frente al anexionismo y el autonomismo, alternativas que podían hacer peligrar la solución revolucionaria, es decir, la absoluta independencia, la creación del Estado nacional cubano de sincera democracia, la república popular, la revolución anticolonial.





Estos fueron pilares fundamentales de su combate ideológico, mientras daba los pasos organizativos necesarios para allegar hombres y recursos y preparar las fuerzas, en lo cual fue sumamente importante la designación de Máximo Gómez como General en Jefe. Esta labor lo llevaría a recorrer los diferentes núcleos de emigrados en Estados Unidos, América Central y el Caribe, a enviar emisarios a Cuba y a sostener continua comunicación con los conspiradores en Cuba y en el exterior.





Un aspecto relevante en esta etapa es su comprensión de los problemas de su época y sus proyecciones futuras. Entendía que el mundo atravesaba por un momento de cambio acelerado; que las contradicciones entre las potencias europeas y Estados Unidos actuaban a favor de la viabilidad de la independencia cubana, hasta tanto no maduraran definitivamente las fuerzas expansionistas en el país del Norte; por tanto, su proyecto era realizable si se hacía a tiempo. Tales análisis lo condujeron a comprender la importancia estratégica que tenía, en aquel momento preciso, la independencia antillana para su política de contención del expansionismo norteamericano, lo que equivalía, en aquellas circunstancias, a lograr el equilibrio del mundo.





Martí sabía que su estrategia respondía a un momento determinado del desarrollo histórico, de ahí su urgencia para aprovechar el tiempo posible, la oportunidad que todavía existía para hacer una guerra breve como una llamarada. A esto respondía también su labor organizativa.





Para la preparación de la nueva etapa bélica de la revolución era imprescindible atender a los métodos que aseguraran la fundación del pueblo nuevo que debía ser al día siguiente del triunfo. Había que preparar una guerra con métodos y espíritu republicanos que trajeran la transformación colectiva de la sociedad y la del individuo. En esta labor, el tema de los conflictos de clase debía subordinarse a la prioridad de la liberación nacional, cuestión delicada que tuvo que abordar en función de garantizar la imprescindible unidad dentro de un proceso que tenía que ser incluyente de todos los componentes de la nación. Si en Estados Unidos veía que se libraban batallas colosales entre capitalistas y obreros, la tarea histórica para Cuba era diferente pues debía pasar por la independencia absoluta y resolver los problemas heredados de una sociedad colonial, entre los que concedía especial importancia, en el plano social, a la discriminación del negro emanada de la esclavitud. Se trataba de un complicado problema político que debía resolverse desde la fase preparatoria.





El Delegado del Partido Revolucionario Cubano impulsaba un proyecto que tomaba en cuenta los obstáculos externos e internos que debía enfrentar, trabajaba porque el país entendiera y asumiera la solución revolucionaria que implicaba la transformación de las estructuras creadas durante la vida colonial para fundar en el ejercicio franco y cordial de las capacidades legítimas del hombre, un pueblo nuevo y de sincera democracia.19 Establecía definiciones medulares, ya que los fines debían ser públicos, en las que tenía lugar importante el contenido de la República que debía ser en Cuba, en lo cual debe observarse, más allá de una forma de organización estatal, el contenido de una nación nueva resultado de la revolución anticolonial y democrática, transformadora de estructuras y de modos de ser. Tomaba en cuenta la experiencia de la América hispana postcolonial para plantear el proyecto cubano. Insistía en sumar, atraer a los españoles que podían convivir con la independencia de Cuba y hasta auxiliarla, fundir los factores diversos que componían el pueblo cubano, poner juntos a los veteranos de la guerra pasada y los pinos nuevos en la nueva obra, establecer los vínculos orgánicos entre quienes combatirían en Cuba y la emigración como ejército de auxiliares. Era una labor fundacional de la que emergería el pueblo nuevo, fruto de la revolución de raíz propia, que permitiría hacer válida su afirmación a Juan Gualberto Gómez en carta de 29 de enero de 1895: Conquistaremos toda la justicia.





El 24 de Febrero de 1895, reinicio de la Guerra por la independencia cubana.





Organizado por Martí como delegado del PRC, durante el periodo de Tregua Fecunda en enero de 1895, de destaca el Plan de la Fernandina. Este consistía en el avituallamiento de tres barcos cargados con armas los cuales iban hacia Cuba para el inicio de la guerra de 1895. Estos asegurarían el inicio simultáneo de la lucha en el occidente, el centro y el oriente de la Isla. Aunque esta expedición fracasa, demostró la eficacia de la recaudación de fondos y el PRC gano en confianza. No obstante Martí no pospone la fecha del alzamiento.





Las causas que motivaron el mismo fue la agudización extrema de la contradicción metrópolis colonia: Sólo el 3% del presupuesto era utilizado para el fomento del país, el resto para gastos del gobierno, carga de impuestos, altos precios de los artículos de consumo, la ruina de los hacendados del centro y del oriente del país y el fracaso de la corriente autonomista.





El 29 de enero de 1995 se dictó en New York, la orden de alzamiento, firmada por José Martí, delegado del PRC, el Gnal. Mayía Rodríguez, representante de Máximo Gómez, nombrado este último, General en Jefe del Ejército Libertador y Enrique Collazo, delegado de la Junta Revolucionaria de la Habana. La orden especificaba que el alzamiento debía realizarse en la segunda quincena de febrero y estaba dirigida a Juan Gualberto Gómez, corresponsal e intermediarios de José Martí en Cuba.


La fecha seleccionada por la Junta de Occidente, fue el 24 de febrero, última semana del mes, para que diera tiempo a avisarle a los involucrados y primer día de carnaval, lo que justificaba el movimiento de personal. Oriente había planteado aceptar la fecha acordada. Sólo Camagüey confirmó no poder iniciarse ese día, pero corroboró que secundaría el alzamiento lo antes posible.


El día acordado se fueron al monte muchos pequeños grupos de separatistas, dirigidos por veteranos y prestigiosos combatientes de la contienda anterior. Tal es el caso de Guillermón Moncada, que estableció su cuartel general en la loma de La Lombriz, en Jarahueca, Alto Songo. Orientados por él, salieron en pequeños grupos el Conel. Victoriano Garzón, rumbo al Caney; el Conel. Quintín Banderas, hacia San Luis, el Conel Rafael Portuondo -haciéndose acompañar del delegado del PRC en Ote, Rafael Portuondo Tamayo- hacia El Cobre. Ese mismo día se asaltó el Poblado de Loma del Gato, en Alto Songo, que había servido de base de operaciones al ejército español en la contienda anterior. El primer combate fue, ese mismo día en Jatibonico, región de Guantánamo, dirigido por Enrique Tudela, simultáneamente -orientación recibida de Maceo- Periquito Pérez, jefe de Guantánamo bajo las órdenes de Moncada, arrasaba los fuertes de la costa para permitir la entrada de expediciones.





El 26 de febrero de ese año, Martí escribía a Antonio Maceo: "la guerra, a que estamos obligados, ha estallado en Cuba. Y a la vez que la noticia de ella, que por obedecer a nuestros anuncios y arreglos nos revela su importancia, y nos llena de solemne deber, recibo de New York la confirmación de su declaración, que a quién le concierne menos que yo le parecería un obstáculo, injusto e imprevisto, pero que para mí no lo es. El patriotismo de Vd. que vence a las balas, no se dejará vencer por nuestra pobreza,-por nuestra pobreza, bastante para nuestra obligación".





El 1ro. De abril de 1895 Maceo desembarca por Duaba. Formó parte de la expedición que condujo Flor Crombet y que desembarcó por Duaba. Desde esa fecha y hasta que hizo contacto con las fuerzas de Periquito Pérez escenificó su increíble "Odisea", sobreviviendo solo con cien balas y su Winchester, eludiendo la tremenda persecución de las guerrilleros de Yateras, alimentándose de naranjas agrias y caminando un aproximado de cuarenta leguas.


El 11 de abril 1895, por Playitas de Cajobabo, al sur de Baracoa, desembarcaron Gómez y Martí. La patria irredenta, necesitaba de todos sus esfuerzos y la organización de la Guerra Necesaria, era su razón de vida. Meses después muere en combate en Dos Ríos (19 de mayo de 1895), dejando para la posteridad su ejemplo de revolucionario





La guerra hispano cubano americana de 1898. Significado de la mediación yanqui para Cuba.





Desde el comienzo de la guerra en 1868 EE.UU. no reconoce la beligerancia de los cubanos y comienza a aplicar la política de "La Fruta Madura", ayudando militarmente a España, le vendió armas y cañoneras, intentó comprar la Isla y le brindó información sobre cubanos emigrados, impidiendo expediciones.


Como respuesta a esta hostilidad Carlos M. de Céspedes escribió una carta a Charles Summer explicando las causas de la guerra en Cuba y le expresó nuestra convicción patriótica de "Independencia o Muerte".





En el periodo de Tregua Fecunda EE.UU. continuo sus maniobras y en el periódico The Manufacturer calificó a los cubanos de "Afeminados y Débiles" y la respuesta de los cubanos fue hecha por Martí con el artículo: "Vindicación a Cuba". En la guerra del 95, EE.UU. llevó a su fin la política de la FRUTA MADURA mediante campañas de prensa, la Resolución Conjunta, la voladura del Maine, la guerra hispano-cubano-norteamericana y el Tratado de Paris. La respuesta fue la carta de Calixto García al general Shaftter.





Durante la Guerra Necesaria, la lucha se desarrollaba de forma favorable a los insurgentes cubanos, aprovechándose de la mala situación de las tropas españolas, afectadas de fiebre amarilla y otras enfermedades que provocaban numerosas bajas, pero había llegado el momento predicho para que Estados Unidos tratara de apoderarse de Cuba.





El acorazado estadounidense Maine fue enviado al puerto de La Habana, al que llegó el 25 de enero de 1898, para "proteger las vidas y bienes de los súbditos de Estados Unidos residentes en la isla". Sin embargo, el buque explotó misteriosamente la noche del 15 de febrero de 1898 y 260 personas perdieron la vida. Los informes oficiales estadounidenses emitidos ese año y en 1911 apuntaron hacia una acción de sabotaje, pero las investigaciones realizadas en 1969 (que vieron la luz en 1976 y fueron conocidas bajo el nombre de ‘informe Rickover’) demostraron que la explosión había sido provocada por una caldera averiada.





A raíz de este incidente, se orquestó una intencionada campaña contra la presencia española. El senador Redfield Proctor pronunció un discurso en el Senado en marzo de 1898 en el que describió las inhumanas condiciones de vida que había presenciado en Cuba. El 20 de abril, el presidente McKinley aprobó una propuesta del Congreso en la que se exigía la inmediata retirada española de Cuba. El gobierno español rompió relaciones diplomáticas con EEUU el 21 de abril, después de haber rechazado un intento de compra de Cuba por parte estadounidense. La respuesta no se hizo esperar y Estados Unidos declaró la guerra a España cuatro días más tarde. Las siguientes resoluciones del Congreso, conocida con el nombre de "Resolución Conjunta". Este documento demagógico hacía ver que no era intensión de Estados Unidos apoderarse de la Isla cuando afirmaba: "Cuba es y de derecho debe ser libre e independiente". Pero detrás de estas palabras se escondía la ambición imperialista que ya había robada y saqueado a México y a los nativos norteamericanos parte de sus territorios.


El 1 de julio se inició el combate de Santiago de Cuba, cuando las tropas estadounidenses atravesaron las defensas exteriores de esta ciudad. El 3 de julio, la escuadra española dirigida por el almirante Pascual Cervera fue hundida cuando intentaba atravesar el bloqueo estadounidense del puerto de Santiago. La ciudad se rindió, dos semanas más tarde, a las fuerzas de Estados Unidos encabezadas por el general William Rufus Shafter. Las tropas del general Nelson Miles ocuparon Puerto Rico y el gobierno español solicitó el armisticio a Estados Unidos el 18 de julio. Finalmente, España capituló en el mes de agosto.





Con motivo de la prohibición a las tropas cubanas que tanto había facilitado la entrada por tierra de los norteamericanos en Santiago, Calixto escribió una carta de protesta a Shafter. En ella se establece por Calixto García que no se le había invitado a desfilar en Santiago de Cuba y que se había murmurado que no se le había permitido entrar porque podía vengarse de los españoles. Respondiendo a esto el estratega C. García escribió: "...Respetamos demasiado nuestra causa para mancharla con la barbarie y la cobardía"





La mediación yanqui en Cuba frustró la independencia de los cubanos que pasaron de manos de España a la de los Estados unidos. Según los términos del Tratado de París, firmado el 10 de diciembre de 1898, España, representada por una delegación presidida por Eugenio Montero Ríos, renunció a sus derechos sobre Cuba, hubo de abandonar su antigua colonia y cedió la soberanía de Puerto Rico y la isla de Guam (en las actuales islas Marianas) a Estados Unidos, que también adquirió Filipinas por la cantidad de 20 millones de dólares. Esta guerra significó el surgimiento de Estados Unidos como potencia mundial, dotada de sus propias colonias en ultramar y de un papel que desempeñar en la política europea.




Conclusiones:



Entre las causas del fracaso de la guerra de 1895 se encuentran que después de la muerte de Martí y Maceo no existía una figura capaz de descubrir las intenciones de los EU, ni de unificar a los cubanos, la oposición de las clases económicas dominantes, la prepotencia norteamericana frente a los 30 años de lucha aplicando la política de Fruta Madura con campañas de prensa como la carta de Dupuy de Lome, reconcentración de Weyler, la Resolución Conjunta, voladura del Maine, guerra hispano-cubano-norteamericana y el Tratado de Paris y aa falta de unidad entre los dirigentes y jefes militares, pues en La Asamblea de La Yaya, se le dieron amplias atribuciones al poder civil sobre el militar





No obstante, tanto la Guerra de los Diez Años como la Guerra de 1995 tenían como objetivo lograr la independencia, también se utilizaron en las mismas tácticas de lucha: muerde y huye, tea incendiaria, cargas al machete etc. En las dos se llevó a cabo la Invasión de Oriente a Occidente. Se celebró la Asamblea que dio organización a la Guerra del 95 en el mismo lugar donde cayó El Mayor Ignacio Agramonte "Jimaguayú", y la Invasión partió desde Baraguá, donde Maceo realizo su histórica protesta en 1878, lo que muestra la continuidad histórica del proceso revolucionario cubano.





Pero la Guerra de 1895 fue una etapa superior de lucha, lo que estuvo determinado por la laborar de Martí al frente del PRC, lo que sirvió de ejemplo de cómo se puede lograr la unidad de los cubanos para poder alcanzar objetivos propuestos. También Martí aportó un sistema de ideas que se han mantenido hasta la actualidad como sus facetas.





La guerra de 1895 demostró además que los EE.UU. es nuestro enemigo histórico, el cual nos impuso dos años de ocupación y nos condenó a la una República Mediatizada, entre otras causas por la imposición de la Enmienda Platt.







Bibliografía:



Castro Ruz, Fidel: Informe Central al I Congreso del PCC, ED. Departamento de Orientación Revolucionaria del Cte. del PCC, La Habana, 1975


López Civeira, Francisca y otros. Cuba y su historia. Editorial Félix Varela, La habana 1998


Martí Pérez, J.: Obras Completas. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973, 28 tomos, t. 1, p. 279.Martí Pérez, J.: Obras Completas. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, 1963-1973, 28 tomos, t. 4, p. 69-70.

jueves, 21 de agosto de 2014

Reflexiones de una maestra jubilada

Autora: MsC Elizabeth Azopardo Nunez
Somos herederos de algunos errores pasados. Hubo una época en que la formación de maestros era rigurosa y -como en todas partes- los alumnos que no estudiaban, o a los que les faltaban capacidades, suspendían. A los graduados de Minas-Topes Tarará, se les sumaron los graduados por la Dra. Escalona, en el Instituto Pedagógico de La Habana y los de la Escuela para maestro Salvador Allende. Pero, allá por la década de los años 70, comenzó la autocomplacencia y el facilismo, aparecieron las Escuelas en el Campo, instituyéndose como modelo de enseñanza y con ellas el Destacamento Pedagógico, adolescentes con una formación elemental que fueron a dar clases masivamente mientras se preparaban.


Como copia de la pedagogía que se practicaba en la extinta Unión Soviética, aparecieron los manuales y se perdió el gusto por los clásicos en las diferentes ramas del saber. Los profesores se acostumbraron a reproducir y los estudiantes se acomodaron a repetir. La pasión por la lectura, que se había desatado entre los estudiantes de la generación de los años 60, fue desapareciendo y cada vez menos fueron a los libros de texto. Como los maestros carecían de la experiencia y de la formación necesaria, se generalizó la práctica de dar objetivos para pruebas y después elaborar cuestionarios con 3, 4 ó 5 preguntas recogidas en aquellos objetivos. Los resultados formales del proceso fueron excelentes y empezaron a aparecer en la prensa "los 100% de promoción", pero los del aprendizaje fueron desastrosos.


Cuando la mayor parte del Destacamento Pedagógico había terminado su fase de formación y comenzaban a actuar como profesionales, la crisis de los 90 y las malas decisiones hicieron el resto. Las necesidades económicas, el maltrato al personal docente y la racionalización que se hizo del mismo en los años 90, sacaron de las aulas a muchos de los que tanto trabajo había constado formar y volvimos a la emergencia. Una pregunta tan elemental como ¿no sería más fácil cuidar los que tenemos que estar constantemente formando nuevos?- parece no ocurrírsele a nadie. Fue así como apreciaron los PGI y con ellos los maestros que se limitan a mandar a callar y a poner video clases. Se realizó un experimento con "Cien Valientes", alumnos de alto rendimiento de la vocacional Vladimir Ilich Lenin para que fueran profesores generales integrales en la enseñanza primaria y media básica, pero se generalizó la experiencia -en lo fundamental- con jóvenes desvinculados que no habían podido obtener su ingreso a la universidad. Hasta escribirlo cuesta trabajo.


Ahora que hemos hecho un alto en el camino y se desea sinceramente recuperar las glorias pasadas, ha regresado la exigencia en los exámenes. También se han recuperado un grupo de profesores viejos que ya gozaban de su jubilación o estaban a punto de alcanzarla. ¿Cuál es el panorama que enfrentamos? En la enseñanza general se han tomado un grupo de medidas basadas en la desconfianza al personal docente que parten del supuesto que los resultados de promoción anteriores son fruto del fraude y no dejan de tener parte de razón. Pero además, esas medidas no están surtiendo efecto. .


Mientras unos cumplen al pie de la letra lo establecido y no saben ni qué repasar a sus alumnos porque el patrón para la confección de pruebas no es identificable, otros siguen, como antes, aferrados al facilismo y la autocomplacencia.


La escasez de maestros hace que los empleadores contraten y manden para las escuelas a cualquiera que pueda presentar un título de 12 grado, sin tener en cuenta preparación, conocimientos o cualidades morales. Las pruebas nacionales o provinciales se filtran, se venden, o los que las conocen comunican a sus allegados "objetivos" que responde a su contenido. Profesores -que se creen conocer las materias- le soplan a los alumnos disparates, porque los especialistas no están en las escuelas; las calificaciones se vulneran si las relaciones personales con el metodólogo le permiten a los profesores calificar sus propias escuelas; secretarios y otros funcionarios cambian notas por amistad o por dinero.


Otro grave problema es el paternalismo con los estudiantes. Si no viene a la escuela -a pesar de existir la posibilidad por reglamento de suspenderle su derecho a examen- ésta medida no se toma, con la esperanza de que finalmente apruebe sus asignaturas y no se afecte a sí mismo y a la promoción, que es medidor de eficiencia. Tampoco se le exige ninguna responsabilidad cuando -menospreciando todo el esfuerzo que hacen por él y los recursos que se invierten en su formación- no estudia lo suficiente y suspende sus exámenes; por el contrario, la sociedad vuelve a apostar invirtiendo nuevos recursos, con la esperanza de que en una segunda oportunidad logre vencer las asignaturas.


Para él, no basta que el Estado invierta cuantiosas sumas en libros, maestros, medios audiovisuales, computadoras, etc.; ni siquiera es suficiente que el maestro se prepare consecuentemente e imparta clases con rigor. Tampoco es suficiente que la familia se sacrifique manteniendo una boca más hasta que el adolescente culmine sus estudios. El escolar se abroga el derecho de perder el tiempo, despreciar todo eso que recibe y las reprimendas por tal actitud se limitan a: mandar a buscar al padre, levantar un acta, o quitarle el aval para estudiar en la Educación Superior, a la que en la mayoría de los casos, ni ha soñado ingresar.


De parte del pueblo -que mantiene con su trabajo creador esos privilegios- ninguna corrección; por el contrario, la sociedad le da una segunda oportunidad de perder el tiempo y el dinero de todos, otorgándole la repitencia.


En la actualidad, muchos de los estudiantes que suspenden no tienen la mejor conducta en las aulas. Asisten para hacer vida social. Los profesores y padres casi siempre hacen un esfuerzo más, cada cual con sus recursos: unos conversando con los alumnos e hijos, otros imponiéndose para que estudien; los menos se dan por vencidos y abandonan su propósito, afectando así a la educación y a la sociedad. Pero lo cierto es que con su estilo algunos educandos defraudan a padres y maestros, justificados por la irresponsabilidad generada por el paternalismo con que son tratados por los adultos.


¿Cuál es la causa más profunda del problema? ¿Cómo solucionarlos? En mi modesta opinión todo es fruto de malas decisiones administrativas que van desde errores en la elección de los ministros del ramo, hasta problemas la formación y contratación del personal docente, pasando por falta de cientificidad y abundancia de voluntarismo en la toma de decisiones pedagógicas; problemas estos que en gran medida se solucionan elevando el carácter científico de la enseñanza y colocando en los puestos de dirección a los mejores profesionales del ramo.


Es posible que con el maltrato existente en el sector no se encuentren cuadros dispuestos, por lo que debe comenzarse por humanizar la labor del maestro y brindarle un verdadero estímulo al que la ejerce, empezando por una selección más rigurosa, una mayor exigencia en su preparación científica y pedagógica y - no sólo de palabras- el respeto de todos.


Por otra parte, considero que debe analizarse el derecho a repetir de los estudiantes y que los que repiten, en cualquier de los grados de secundaria y preuniversitario, tengan que pagar con trabajo social ese derecho. .



martes, 19 de agosto de 2014

La crisis de la burocracia.





MsC Elizabeth Azopardo Núñez





Introducción:



La palabra burocracia, derivada de bureaucratie, lleva implícitos dos componentes lingüísticos: bureau, oficina y cratos, poder. Por lo tanto, la voz apela a la idea del ejercicio del poder a través del escritorio de las oficinas públicas. En sentido político, el término burocracia, se emplea para designar al conjunto de funcionarios estatales cuyo dominio político procede de las funciones estatal - administrativas que deben desempeñar a nivel social. Ello les permite tomar decisiones públicas a partir de sus propios intereses particulares e imponerlas al resto de las clases, capas y grupos sociales. Implica además, al grupo social contratado por el Estado para servirle.



Las diversas burocracias históricas no siempre siguen el modelo de racionalidad ideal, desarrollado por Weber, sino que más bien se manifiestan como formas rutinarias e ineficaces, aunque inevitables, de trabajo y poder, que crean disgusto y descontento en la sociedad civil. Tales fenómenos se manifiestan principalmente cuando se combinan dos circunstancias: de una parte, la hipertrofia del aparato estatal, cuyo funcionamiento absorbe una elevada masa de individuos que, dado su número, se constituye en un grupo social plenamente diferenciado; de otra, la falta de control institucionalizado sobre la actividad y decisiones de ese grupo social, lo cual les permite obrar sin reparos en defensa de sus propios intereses. El acceso al poder de la burocracia puede ocurrir en cualquier tipo de Estado, ya que la naturaleza del mismo no impide tal fenómeno.



Los diversos regímenes donde no existe la propiedad privada -pero se mantienen las relaciones mercantiles entre empresas, dado el relativo aislamiento económico relativo de las mismas- el control se ejerce por el aparato burocrático, que juega un papel similar al de la burguesía en el capitalismo tradicional..





Este artículo tiene por objetivo, analizar alguna de las particularidades de la burocracia que se ha desarrollado en Cuba a partir del establecimiento de la propiedad estatal y su declive paulatino con la proliferación de otras formas de propiedad.





Burocracia y propiedad estatal: surgimiento de una clase social.





Clase es la jerarquización de las personas de la sociedad según algún criterio de desigualdad, y en tal sentido, la clase social refiere un status, un rol y una autoconciencia. Los status y roles se obtienen por el lugar que ocupan los individuos en la sociedad por su riqueza, poder, profesión, oficio, prebendas, privilegios, etc., y ello genera consecuentemente una forma particular de pensar.





Para Carlos Marx las relaciones de propiedad constituyen la esencia de las relaciones de producción y las clases sociales están determinadas por la forma en que los individuos se relacionan con los medios de producción. Tal situación genera una conciencia de clase, o sea, la capacidad de los individuos que conforman dicha clase social de ser consciente de las relaciones sociales que ella implica y por tanto, a actuar de acuerdo a ellas para beneficio de sus intereses.





A pesar de ello, Marx estaba consciente de que en apariencia los que poseen determinada ideología actúan como determinada clase y al respecto planteaba: "Si en toda ideología los hombres y sus relaciones nos aparecen invertidas como en una cámara obscura, el fenómeno es debido a su proceso histórico de vida, de la misma manera que la inversión de los objetos en la retina es debida a su proceso de vida físico.



Si analizamos la burocracia desde este punto de vista, el término se enrarece aún más, porque a los burócratas no los une con los medios de producción relaciones de propiedad; sin embargo, en los países donde no existe la propiedad privada, el hecho de que a ella le corresponda una jerarquía por su estatus y el rol que desempeña como "administrador" de los bienes del Estado, crea en su autoconciencia el espejismo de pensar y actual como dueño, o sea, una conciencia de clases, pero en este caso distorsionada: actúa como dueño, piensa como tal y poco a poco va perdiendo su función real, como mandatario de los designios de la clase que representa.



Como se puede apreciar, aunque no por sus relaciones de propiedad, sí por su estatus y los roles que desempeña el burócrata asume una posición social y general una autoconciencia distorsionada como clase social. Ser burócrata implica hegemonía, poder, privilegios de los cuales no gozan el resto de los ciudadanos y por tanto, tienen una ideología acorde al status y el rol que asumen en la sociedad. Los que viven de igual manera piensan de igual manera como grupo y no necesariamente como la clase que dicen representar o aquella que los eligió. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia.



También Durkheim, para quien la sociología es el estudio de los hechos sociales, son ellos los que definen las maneras de pensar, sentir y obrar, independientes del individuo. En tal sentido, se puede afirmar que la burocracia, cuyo status y el rol que asumen en la sociedad ha generado una autoconciencia de dueño, asume el poder y actúa como la clase que ha desplazado del mismo.



Según Gramsci, "el dominio político es consecuencia de la hegemonía que se logra en un grupo social y no a la inversa; el grupo social es primero hegemónico y luego dominante y en tal sentido, la burocracia, que ha alcanzado un status hegemónico como administradora de la riqueza social, ejerce un dominio político en correspondencia con él: actúa como dueño, desarrolla el espejismo de ser dueño y gobierna como tal; o sea, actúa como la clase que ha desplazado del poder, la burguesía. Como grupo social es primero hegemónica y después dominante.



La burocracia es por tanto una suerte de clase social que nace como excrecencia del Estado, por el mero hecho de que los administradores, imprescindibles en toda sociedad organizada, tienen acceso directo a los bienes comunes. Como dice el refrán castellano: el que parte y reparte se lleva la mejor parte. El problema es tan antiguo que se remonta a periodos de la humanidad que podemos considerar de comunismo primitivo.



Martí ya había alertado sobre la posibilidad del surgimiento de este fenómeno relacionado con la propiedad estatal. En su artículo "La futura esclavitud", publicado en La América, Nueva York, en abril de 1884, planteaba: "Henry George anda predicando la justicia de que la tierra pase a ser propiedad de la nación… Semejantes empresas aumentarían de terrible manera la cantidad de empleados públicos, ya excesiva. Con cada nueva función vendría una nueva casta y en Inglaterra, como en casi todas partes, se gusta demasiado ocupar cargos públicos teniendo más distinguidos que cualesquiera otros y en los cuales se logra remuneración amplia y cierta por un trabajo relativamente escaso: con lo cual claro está que el nervio nacional se pierde. ¡Mal está un pueblo de gente oficinista!".





La burocracia en Cuba y su crisis.





En Cuba la burocracia surge durante la dominación colonial: funcionarios, grandes comerciantes, arrendatarios e intermediarios de los monopolios de la corona y la mayoría del clero, forman parte de ella. Durante la República Neocolonial y sobre todo después de la Segunda Ocupación norteamericana (1906-1909) en que se redactaron las leyes que regulaban el funcionamiento de las instituciones - subyace como rezago del viejo régimen colonial y se consolida la burocracia como grupo social. Pero es en la sociedad socialista donde la burocracia no tiene que compartir su poder con la burguesía, donde florece como la clase por su status, su rol y su autoconciencia.



Superada la etapa inicial de la Revolución, caracterizada por la sociedad carismática, se comienza a transitar hacia una sociedad legal, racional o burocrática, donde los subordinados aceptan las órdenes de los superiores como justificadas, porque están de acuerdo con un conjunto de preceptos o normas que consideran legítimos y de los cuales se deriva el poder de mando.



En estas circunstancias, la burocracia -que sólo es ágil para acomodarse- ha ido poco a poco sustituyendo a las fuerzas de izquierda, plagando las instancias de gobierno y paulatinamente subvirtiendo la esencia revolucionaria del proceso, en detrimento de la participación de los sujetos populares.





El dilema de cualquier militante leal y honesto que trata de incidir de forma activa desde dentro de las estructuras de una organización burocratizada, ha sido constante en la historia de la izquierda contemporánea y merece el mayor de los respetos. Sin embargo, los odios y ambiciones que genera el poder, han proliferado y alabarderos de los sectores de la burocracia interesados en bloquear cualquier crítica o iniciativas de izquierda frente al modelo, lo han impedido.



Martí ya en el siglo XIX alertaba como el excesivo poder y abuso de él de los funcionarios podía conllevar al deterioro de los mecanismos democráticos; y sobre ello decía: "cómo los funcionarios son seres humanos, y por tanto abusadores, soberbios y ambiciosos, y en esa organización tendrían gran poder, apoyados por todos los que aprovechasen o esperasen aprovechar de los abusos, y por aquellas fuerzas viles que siempre compra entre los oprimidos el terror, prestigio o habilidad de los que mandan, este sistema de distribución oficial del trabajo común llegaría a sufrir en poco tiempo de los quebrantos, violencias, hurtos y tergiversaciones que el espíritu de individualidad, la autoridad y osadía del genio, y las astucias del vicio originan pronta y fatalmente en toda organización humana," males que hoy enfrentamos en Cuba con la corrupción.



Con la crisis de los años 90, la burocracia, después de una larga historia de abusos de poder y prebendas, empieza a perderlo en la misma medida que lo pierde el Estado como monopolio de la riqueza social. Sin suministros , ni apoyo de la Unión Soviética, tiene que declarar una política de "sálvese en el que pueda", caracterizada entre otras medidas por: la abolición de gratuidades, la creación de impuestos, nueva política de precios, el surgimiento de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), la entrega de parcelas de tierra ociosa a familias que quieran cultivarlas, la organización del mercado agropecuario, en el que pueden vender libremente sus productos los campesinos y la autorización del trabajo por cuenta propia.



Y muchos se salvaron mediante las remesas familiares, los trabajos por cuenta propia, la producción y comercialización privada de los frutos de la tierra y otras vías, apareciendo así "los nuevos ricos", lo que constituyó un duro golpe para la burocracia. Por primera vez, después de más de treinta años, otro grupo disponía de riqueza sin depender de ellos.



Los burócratas empezaron a cuestionarse para qué habían llevado una vida de sumisión al poder, soportando presiones, humillaciones y hasta ultrajes a la dignidad personal; para qué habían mentido, traicionado y vejado a tantos compañeros para esclafar posiciones, si ahora otros paseaban los carros de lujo y vivían en suntuosas casa; mientras las suyas se deterioraban sin posibilidad de reparación. La alta burocracia empezó entonces a colocar a los hijos en los puestos lucrativos que tenían relación con las firmas extranjeras y a hacer un uso más abusivo de la propiedad del Estado que administraban con fines personales. En los niveles intermedios y de base, se fue generalizando la corrupción.



Con ánimo de subsistencia y acostumbrados a sus campañas demagógicas con relación al bienestar del pueblo, los burócratas empezaron a desarrollar la lucha "contra de la corrupción" y como buenos en su oficio, han tratado de hacerlo mediante más burócratas; así surgió la Contraloría de República y otros mecanismos de auditoría y revisión. ¿Qué sucedió?



Los burocratas -que utiliza métodos como: auto titularse la Revolución o los que deciden qué o quién es revolucionario; juzgar y condenar como si fueran los dueños de la verdad absoluta, imponer criterios y utilizar cualquier método para hacerlos valer, no escuchar, ni tener en cuenta otras opiniones; así como, a la hora de juzgar una falta, olvidar la trayectoria del hombre- ha iniciado una cacería de brujas. Simultáneamente se ha elevado constantemente del costo de la vida y el trabajador no encuentra formas de vivir de su trabajo.



¿Quiénes son las víctimas de esta nueva cacería? En un ambiente de fuertes intereses económicos, donde están mezclados el lucro, la subsistencia y una política de precios injusta, los burocratas se justifican mutuamente. Ello ha creado una sólida red de intereses, que como todos sabemos, son materiales y objetivos, muy alejada de aquellos intereses colectivos que argumentaba el Che debían ser la palanca de la formación del "Hombre Nuevo".



Esa red impenetrable, actúa como una "mafia" para preservar sus intereses. Los campesinos no bajan los precios de los productos agrícolas, porque los burocratas los obliga a adquirir con precios multados hasta en un 50%, los productos industriales en las tiendas recaudadoras de divisas. Si algún campesino individualmente se atreve a bajarlos, es amenazado por el resto de su clase. La solución dice el Estado- es producir más para que bajen los precios, pero nuestros campesino no son los ignorantes que existían al triunfo de la Revolución; ellos han estudiado, algunos hasta han alcanzado títulos universitarios gracias a las conquistas de la Revolución y que lógica tendría para ellos trabajar más, para vender más barato.



Las tierras estatales se han reducido al mínimo y el pueblo trabajador está a expensas de las cooperativas, los productores privados y los intermediarios que defienden sus propios intereses, lo que implica un retroceso en los niveles de socilizacion que se habian adquirido. Estas fórmulas son legales y los burocratas legisla a favor de fortalecer y proteger estas entidades económicas creadas por ellos. ¿Quién lo hace para el consumidor? Cada día más se alteran los precios, se roba en el peso, no se rebajan los productos en mal estado y los inspectores hijos de la burocracia que debían poner fin a esto son sobornados.



Ante la disminución del monopolio absoluto de la administración de la riqueza, ahora la burocracia vive del soborno. No es extraño que en una oficina estatal, con el rótulo "Ministerio de Justicia", un burócrata le pida desenfadadamente un soborno para realizar un trámite legal. ¿Dónde está la justicia?



Los funcionarios públicos y los empleados en organismos como la Empresa Eléctrica, la Educación, la Salud Pública, el Transporte, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la Vivienda, entre otros, esperan el "regalito" para cumplir con sus obligaciones, o para no cumplirlas. Una burocracia que sólo actúa por prebendas está en crisis para los efectos que fue creada y hasta para los que desarrolló una conciencia de clase: administrar los recursos del pueblo.



Si en uno de estos u otros organismos del Estado se realiza una inspección, los funcionarios que la realizan son comprados o los más consienten llegan a un arreglo con el infractor porque son "buenas gentes" o porque saben que no se puede vivir del "trabajo honesto", por lo que las faltas están justificadas. También se justifica el robo, la prostitución o cualquier otro recurso para subsistir. Una hija o un hijo se prostituyen o corrompen por el bien de su familia y son tratados no como "la oveja negra", sino como hijos pródigos. De hecho alguien en la familia se debe sacrificar para que el resto viva.



Las tarifas eléctricas suben desmesuradamente porque dicen haber comprado metros contadores más eficientes, pero si usted se queja, lo chantajean con que debe pagar los meses o años anteriores en que su metro no era. Pero hay un camino más corto, hablar con el que lee el metro y pagarle por la izquierda para que reporte una cantidad inferior. Claro, la cantidad que se disminuye al que paga, se le aumenta a los que no pagan, porque el consumo total de la zona se registra a nivel municipal y estos deben coincidir. Todos los consumidores, el pueblo de Cuba, están sujetos a la opinión de la red de inspectores de la compañía, porque para los efectos legales ellos son los dueños de la verdad absoluta. Si un inspector denuncia que usted ha estado robando electricidad, sea verdadero o falso, se le abre al consumidor un expediente y debe responder por ello. Y pregunto, ¿quién representa al consumidor?



Alrededor de esto se ha organizado un poderoso andamiaje donde está estratificado a quién y quién soborna. Por ejemplo, los empleados violan la legalidad y sobornan al jefe inmediato superior; pero si llega una inspección de la instancia superior a ésta, es el jefe inmediato superior el que debe sobornar para preservar sus privilegios.



¿Quiénes son la mayoría de los sancionados, entonces? Porque tiene que haber sancionados para que funcione la farsa de que estamos luchando contra la corrupción. Bueno, generalmente son los que no forman parte de la mafia porque practican costumbre o hábitos de una moral que los corruptos consideran obsoleta y que sin pudor alguno le dicen a usted que esos están locos o actúan como si estuviéramos en la década de los años 80.





Epílogo:



Como van las cosas en Cuba será necesario realizar otra revolución para expulsar a la burocracia del poder, quien corrompe y daña los más sagrados preceptos de la Patria.



Razón tenía el Che cuando afirmaba que la creación del hombre nuevo dependía de las formas en que se organizara la producción - distribución y criticaba el capitalismo de Estado existente en la URSS. Las relaciones establecidas en Cuba han formado monstruos del egoísmo, el individualismo y la corrupción.



Sin embargo, no son los métodos burocráticos de control los que acabarán con ello; es necesario un nuevo mecanismo económico que coloque las principales decisiones en manos del pueblo trabajador y no de los burócratas. Parece que nadie en la construcción del socialismo ha resuelto es dilema, pero estoy segura que fue el Che el que más se acercó a ello. Es una lástima que, como era necesario, entendiera que primero había que liberar América Latina. Ya es otro dilema el problema del socialismo en un solo país y pobre, aspecto teórico que también es necesario abordar.



Hoy en día los trabajadores en Cuba padecen penurias por falta de recursos, mientras se entronan y proliferan formas de vida ajenas por completo a los ideales de los héroes y mártires que inspiraron la Revolución. El héroe es el que tiene dinero y compra todas las voluntades, los honestos trabajadores son los pobres tontos que no han sabido "progresar". Si no hacemos algo pronto no se sabe a dónde llegaran nuestros hijos y nietos.





Bibliografía:



Biblioteca Enciclopedia de los Espejos ¿CUÁL ES LA AUTÉNTICA TRADICIÓN MARXISTA?, www.nodo50.org/enciclopediaespejos, marzo de 2002


Cantón Navarro, José. HISTORIA DE CUBA, El desafío del yugo y la estrella. En: PDF


Cassirer. Individuo y Cosmos en la Filosofía del Renacimiento. Ernecé. Bs As. Pág. 26.


Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996-99. Empresa Editorial Herder S.A., Barcelona.


Durkheim, Émile. Las reglas del método sociológico, Alianza, Madrid 1994, p. 56-59.


Galeano, Eduardo. El niño perdido en la intemperie. En: PDF


Gómez Suárez, Luis (compilador) Teoría Sociopolítica y Sociología Política, Conceptos Fundamentales. En: PDF


Gramsci, Selections from the Prison Notebooks (Londres, 1971) pp445-6.


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Marx, C y F. Engels: La ideología alemana, Grijalbo, Barcelona 1970, p. 24.


Martín Medem, José Manuel. Democracia cubana. Submitted by tiempodecuba on Mié, 15/02/2012 - 22:27. En respuesta al artículo de "Cuba sin democratización". Miguel Manzanera Salavert, socio de SODEPAZ


Martí José, OC Tomo 15, págs. 389-392


Max Weber. The Religion of China: Confucianism and Taoism (1916; transl. 1951)


Tablada Pérez, Carlos. El Pensamiento económico de Ernesto Che Guevara. Ediciones Casa de las Américas. La Habana, 1987


Yglesia, Teresita: Cuba. Primera República, segunda ocupación. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1976



lunes, 18 de agosto de 2014

La cultura como conciencia historica segun Willian Raymond



Autora:MsC Elizabeth Azopardo


Introducción:
Una serie de críticas al modelo euro soviético y Chino de socialismo, en los años 70, condujo a un grupo de filósofos fundamentalmente europeos- a asumir posiciones que van desde considerar que el fracaso político del marxismo es inherente a sí mismo, hasta la reformulación de esta teoría desde otras posiciones filosóficas, como es el caso del estructuralismo. Entre estos grupos se destacan: Los nuevos filósofos franceses, movimiento surgido en ese país a mediados de los años 1970 y que abogan más bien por una posición irracionalista; la llamada Escuela de Francfort -iniciadores del "Pensamiento Crítico"- que contrasta con el movimiento anterior, porque -mientras el primero es fundamentalmente negativo y su nivel de conceptualización y elaboración teórica es muy irregular- el movimiento alemán ha tratado muchos de los mismos aspectos y efectuado muchas de las mismas críticas, pero con un rigor mucho mayor, valorando positivamente el legado racionalista.





En Inglaterra, también se desarrollaron procesos de reanálisis del marxismo desde diferentes posiciones. Raymond Williams es unos de los integrantes de la nueva izquierda británica. Ésta, integrada por un conjunto de importantes obras que pueden ser consideradas exposiciones de una tradición particular del marxismo, se encuentra vinculada preferentemente al materialismo histórico. Los puntos en que convergen sus miembros son: la valorización del sujeto en tanto conformador del mundo social y a partir de éste mismo; la analogía base-superestructura y la importancia del concepto "experiencia" como articulador de nuevas categorías con las cuales interpretar los procesos sociales.





En particular, creemos necesario ahondar el tratamiento que hace Raymond Williams de los procesos culturales, porque se considera por un grupo de destacados especialistas que su obra no sólo indaga en una metodología particular de abordaje de la cultura, sino que esta arraiga en una lectura auténticamente materialista de los procesos sociales y culturales, recuperando una interpretación enriquecedora del marxismo.





Williams constituyó además, punto de partida ante nuevos interlocutores; entre los que se destacan: los que proponen "leer la cultura" como Cliffor Geertz; o diferenciar las experiencias del discurso-lenguaje, como Foucault; o incluso, diferenciar "áreas" perfectamente limitadas aunque más o menos autónomas, como Bourdieu.






Lo cultural como conciencia histórica en la obra de William Raymond.






La atención que presta William Raymond al concepto cultura, parte de la apreciación de tomar conciencia de ésta desde el punto de vista histórico. Al respecto plantea: "El concepto funde y confunde a las vez las tendencias y experiencias radicalmente presentes en su formación. Por tanto, resulta imposible llevar a cabo un análisis cultural serio sin tratar de tomar conciencia del propio concepto; una conciencia que debe ser histórica".





En su obra Culture and Society (1958), Williams busca comprender la forma y las causas por las cuales la idea de Cultura y la palabra misma en sus modernos usos generales, aparecen en el pensamiento inglés del siglo XVIII y se transforman al ritmo de la Revolución Industrial. La especificidad del caso inglés, en el cual se concentra, consiste en que al ser la primera sociedad en atravesar los cambios políticos, sociales y económicos de dicha Revolución: "fue literalmente, un problema de encontrar un lenguaje para expresarlos" .





Por lo tanto, al buscar el origen de palabras que en la actualidad son de capital importancia, Williams se plantea explorar la experiencia que conformó sus significados. Para él, estos cambios habían seguido un "patrón general", reconocible a partir de cinco palabras clave: clase, industria, arte, cultura y democracia- que servirían como un mapa donde: "mirar de nuevo aquellos grandes cambios en la vida y el pensamiento a los cuales los cambios en el lenguaje evidentemente refieren".





Siguiendo sus opiniones, de las cinco palabras seleccionadas, cultura es la que mejor corporiza estas transformaciones, de allí que sus cambiantes significaciones aparezcan en varias obras de Williams. Al respecto señala que hacia mediados del siglo XVIII, se le consideraba como la tendencia de un crecimiento natural y de ahí, por analogía, paso a significar un proceso de entendimiento humano: "...pero este último uso, que había sido usualmente una cultura de algo, fue cambiado, en el siglo XIX, a cultura como tal, una cosa en sí misma. Vino a significar, primero, "un estado general o hábito de la mente", teniendo una relación cercana con la idea de perfección humana. Segundo, vino a significar "el estado general del desarrollo intelectual, en una sociedad como un todo". Tercero, vino a significar "el cuerpo de las artes". Cuarto, ya tarde en el siglo, vino a significar una forma total de vida: material, espiritual e intelectual".



Como movimiento general, Williams advierte la emergencia de cultura como un absoluto o una abstracción desde la cual, por un lado, se puede reconocer el divorcio entre ciertas actividades morales e intelectuales del ímpetu del desarrollo social. Al mismo tiempo, esas actividades se transforman en "la corte de apelación" desde donde son juzgadas las alternativas de los sujetos sociales. Estas alternativas no tienen que ver solamente con el desarrollo de la mecánica industrial, sino también con la dinámica de las relaciones personales y sociales: es decir, no se trata de una respuesta sólo a lo que fue significado por industria -en el sentido de los cambios que un sistema de instituciones imprimía al devenir social y político- sino también a lo que democracia comenzó a significar -la consecuencia y el peligro de las Revoluciones Francesa y Americana, pero también el acceso de la muchedumbre a espacios de participación.





La metodología empleada por Williams consiste en trazar una tradición de pensadores y escritores ingleses según los usos y significaciones con que trabajaron cultura. Esto lo sumerge en el estudio de exponentes de la intelectualidad inglesa que suelen frecuentar las páginas de otros marxistas británicos, tales como: E. Burke, W. Cobbett, J. S. Mill, J. Bentham, S. T. Coleridge, T. Carlyle, J. Ruskin, W. Morris, D. H. Lawrence, entre otros. A partir de este punto, pueden distinguirse en el libro varios centros de interés, destacándose fundamentalmente los lineamientos propuestos para el desarrollo de una teoría cultural, sobre todo en relación a las clases sociales, el lenguaje y las herramientas de la teoría marxista. Al respecto planteaba: "La historia de la idea de cultura es un registro de nuestras reacciones, en pensamiento y sentimiento, a las cambiantes condiciones de nuestra vida común. Nuestro significado de cultura es una respuesta a los eventos que nuestros significados de industria y democracia más evidentemente definen. Pero las condiciones fueron creadas y han sido modificadas por los hombres. El registro de los eventos yace en otra parte, en nuestra historia en general. La historia de nuestra idea de cultura es un registro de nuestros significados y nuestras definiciones, pero éstas, a su vez, son entendidas solamente dentro del contexto de nuestras acciones





En esta cita están presentes dos de los más importantes elementos del análisis de Williams: por un lado, el papel activo de los hombres al crear sus condiciones históricas; al mismo tiempo, la relación entre el proceso social y la dinámica del lenguaje. Consideramos que estas modalidades constituyen las mayores elaboraciones en la obra de Williams en su conjunto.





Pero su sistematización más acabada de la cultura está sintetizada en lo que denomina "materialismo cultural", expuesto en Marxismo y Literatura. Reiterando las cambiantes significaciones del concepto de "cultura" y de las experiencias que conformaron sus significados, Williams rescata "Cultura" a partir de la concepción marxista del hombre histórico: "La noción originaria del "hombre que produce su propia historia" recibió un nuevo contenido fundamental a través de este énfasis puesto sobre "el hombre que se hace a sí mismo" mediante la producción de sus propios medios de vida.(...) En tanto que especificación del elemento básico del proceso social de la cultura era la recuperación de la totalidad de la historia".





De esta forma, lo cultural ya no es lo superestructural -como todavía aceptaba en 1958- sino que se vuelve en sí mismo un proceso material constitutivo. Así es como las corrientes marxistas que se acercan a lo cultural como condicionado, reflejo o determinado por una supuesta base económica, son criticadas por Williams, considerándolas "idealistas" y por reproducir una separación entre la cultura y la vida social material, propia del pensamiento burgués.





"Desde los castillos, palacios e iglesias hasta las prisiones, asilos y escuelas; desde el armamento de guerra hasta el control de la prensa, toda clase gobernante, por medios variables aunque siempre de modo material, produce un orden político y social. Estas actividades no son nunca superestructurales. Constituyen la necesaria producción material dentro de la cual, en apariencia, solo puede ser desarrollado un modo de producción autosubsistente".





Desde esta perspectiva, Williams avanza sobre conceptos claves del marxismo: fuerzas productivas, determinación, analogía base-superestructura. La operación consiste en demoler lo que eran concepciones categóricas formulando un pensamiento procesual. La clave en que se apoya es el carácter indisoluble de las conexiones entre producción material, actividad e instituciones políticas y culturales y la conciencia. Es decir, la crítica que esgrime apunta a los esquemas que -al estilo del que expusiera Plejanov- postulan los elementos antes mencionados como consecutivos, en una serie que parte desde las fuerzas productivas hasta las ideas. Al plantear lo indisoluble de la actividad social, el papel del lenguaje se vuelve central.





Retornará, entonces, a la definición primigenia que Marx y Engels desarrollaron en La ideología alemana (1845): "Desde el principio, el "espíritu" es afligido con la maldición de ser "agobiado" con una cuestión que hace su aparición en este punto bajo la forma de agitadas capas de aire, de sonidos, en síntesis: del lenguaje. El lenguaje es tan viejo como la conciencia, el lenguaje es la conciencia práctica ya que existe para los demás hombres, y por esta razón está comenzando a existir, asimismo, personalmente para mí; ya que el lenguaje, como la conciencia, sólo surge de la urgencia, de la necesidad del intercambio con otros hombres."





Es en esta línea en la que Williams rescata los trabajos del "grupo de Leningrado", quienes en lugar de ubicar al lenguaje en un pensamiento marxista, desarrollan un pensamiento marxista del lenguaje. Los rasgos distintivos estarían puestos en que el lenguaje constituye -tanto como es constituido- por la actividad productiva humana: "La significación, la creación social de significados mediante el uso de signos formales, es entonces una actividad material práctica; en verdad es, literalmente, un medio de producción. Es una forma específica de la conciencia práctica que resulta inseparable de toda la actividad material social".





Desde este plano de análisis William Raymond brinda la necesaria objetividad a la cultura, ante las posiciones de aquellos que hablan de construir paradigmas culturales como un proceso subjetivo que sólo atañe a la conciencia. La cultura, como proceso objetivo derivado de la práctica sociohistórica, no puede cambiarse o sustituirse voluntaristamente, por más que lo intenten los autores de las teorías construccionistas paradigmáticas, que invaden en la actualidad la mayor parte de la literatura sobre el tema.






La cultura de masas.






Para ampliar la manera en que Williams entiende lo cultural, podemos detenernos en la forma que rechaza el punto de vista de "masa" en referencia a la cultura contemporánea, evidenciado en expresiones omnipresentes; tales como, cultura de masas, comunicación de masas, política de masas. Williams asegura que estas problemáticas son fundamentales para entender el uso que desde la segunda posguerra se le ha dado a palabras por él estudiadas . En cierto sentido, sería una prolongación de lo que antes se entendía por "muchedumbre", siempre asociada con la falta de gusto o manipulación, es decir: "una amenaza a la cultura"





Williams se pregunta, entonces: "¿Quienes son las masas? En la práctica, en nuestra sociedad y en este contexto, no pueden ser otros que los trabajadores". No se trata entonces de la existencia o no de algo llamado masas: el tema es que la problemática de las masas es siempre "una forma de ver", una perspectiva: "De hecho, no hay masas: hay sólo maneras de ver a la gente como masas. En una sociedad urbana industrial hay muchas oportunidades para tales formas de ver. El punto no es reiterar las condiciones objetivas, pero considerar, personal y colectivamente, lo que estas han hecho a nuestro pensamiento. El hecho es, seguramente, que una manera de ver a otra gente, que se ha vuelto característica de nuestro tipo de sociedad, ha sido capitalizada para los propósitos de la explotación política o cultural".





Queda entonces denunciado el carácter de este tipo de acercamiento. Surge otro tipo de problema cuando Williams introduce la temática de la clase en la cultura. Hace un llamado de atención sobre el peligro de reducir el material cultural a la producción de una clase: "El cuerpo del trabajo intelectual e imaginativo que cada generación recibe como su cultura tradicional es siempre, y necesariamente, algo más que el producto de una simple clase". De esta forma, rotular toda una cultura como "burguesa", pasa por alto no solo las tradiciones anteriores, sino también que: "...incluso en una sociedad en la que una clase en particular es dominante, es evidentemente posible para miembros de otras clases contribuir al stock común, y por tal contribución permanecer inafectados por o en oposición a los valores de la clase dominante". Esta manera de entender la cultura también se deja ver en quienes adscriben a los valores de las clases ascendentes -la clase obrera, por ejemplo- de manera mecánica y categórica, en cuyo caso se niegan espacios, valores y herencias comunes a distintos grupos.





Esta doble visión -acentuar la complejidad de lo cultural, a la vez que rescatar el papel activo de los sujetos en la producción de significados- es la que predomina en el capitulo "Marxismo y cultura", en donde adelanta varias pautas para lo que debería ser una teoría marxista de la cultura. En este sentido, aparece la crítica, tan debatida y rescatada en el marxismo inglés, a la formula base-superestructura: "Estructura y superestructura, como términos de una analogía, expresan de una vez una relación fija y absoluta. Pero la realidad que Marx y Engels reconocieron es menos absoluta y menos clara (...) Cualquier fórmula en términos de niveles como en términos de estructura y superestructura hace menos que justicia a los factores de movimientos cuya constatación es la esencia del marxismo". De esta manera, Williams acepta "la fuerza organizadora del elemento económico" pero enfatizando los problemas "superestructurales" como históricos, es decir que no son reflejo de cierta estructura económica, sino más bien la interacción de elementos complejos, en donde conviven rupturas y continuidades, e incluso autonomías limitadas.





Esto le permite rendir cuentas con la fusión de elementos del marxismo y el romanticismo que conformaba la matriz del materialismo histórico británico de los años treinta. En esta tradición, a ciertos elementos del marxismo se le sumaba una significación de lo cultural como lo emplearon los intelectuales del siglo XIX (S. T. Coleridge, T. Carlyle o M. Arnold): una abstracción en donde sobreviven aquellos valores que el desarrollo industrial había desplazado. De esta manera el marxismo de los años 30 otorgaba al arte, por ejemplo, un papel dinámico en el cambio social y en la formación de la conciencia.





Por lo tanto, por un lado, Williams escapa a una concepción estrecha de cultura, que iniciada en el siglo XIX, tiende a recortar el espacio de la cultura a unas pocas actividades intelectuales. Ligada a esta concepción, están tanto la "perspectiva de masas", como cierto marxismo mecanicista que maneja el desarrollo de los procesos culturales de manera instrumentalista. Es escapando de estas tendencias que Williams rescata el uso de cultura como "una forma total de vida", al tiempo que se pregunta: "¿Hay algún punto, de hecho, en seguir pensando en términos de clase?" Ese punto, enfatizado por Williams, radica en el carácter superficial de las ideas de clase y cultura contenidas en las posiciones anteriores.





Por un lado, porque se apoya más en la tradicional manera de entender la cultura como el "trabajo imaginativo", o en parámetros que la producción industrial tiende a equiparar cada vez más, es decir, cultura obrera o burguesa, entendidas como una forma de vestir, consumir determinados productos, leer determinados materiales o frecuentar determinados espectáculos. Si cada vez más las formas de consumo, la manera de hablar o incluso recrearse tienden a equipararse: ¿dónde radica la diferencia de clases? Williams sostiene que desde la Revolución Industrial: "la distinción crucial es entre ideas relativas sobre la naturaleza de las relaciones sociales".





De esta forma, sería propiamente burguesa la idea individualista según la cual la sociedad sería un espacio neutral dentro del cual el individuo es libre para lograr su propio desarrollo. Como reacción a esta idea que puede guardar varias formas, surgiría la idea propia de la clase trabajadora, que interpreta el desarrollo no en términos individuales sino comunitarios. Al avanzar sobre la cultura de una clase como el "modo total de vida" llega a afirmar que: "Podemos ver ahora que es propiamente significado por "cultura de clase obrera". No es ni el arte proletario, ni las council houses, ni un particular uso del lenguaje; es, en cambio la idea colectiva básica y las instituciones, maneras, hábitos de pensamiento que proceden de esta. Cultura burguesa, de manera similar, es la idea individualista básica y las instituciones, añeras y hábitos de pensamiento y acciones que proceden de aquella, las itálicas son nuestras".





Esta peculiar forma de resolver la problemática de la cultura de clase no tardó en ser criticada. En 1963, E. P. Thompson le dedica unas palabras en relación a un tema particular, pero evidenciando una manera distinta de entender el proceso de formación de una clase: "El señor Raymond Williams ha indicado que "el elemento distintivo crucial de la vida inglesa desde la Revolución Industrial está en... la existencia de ideas alternativas en cuanto a la naturaleza y la relación social. (...) Las sociedades de socorro mutuo no "procedían" de una idea, tanto las ideas como las instituciones surgieron en respuesta a ciertas experiencias comunes"





Al abordar desde el punto de vista clasista el tema cultural, Wiiliam Raymon lo hace desde un punto de vista original que muy merecidamente debemos tener en cuenta. Si la cultura es un proceso objetivo construido y enriquecido por la práctica sociohitórica, todas las clases sociales están inmersas en él y a todas ellas el ambiente cultural dicta las normas de vida y las costumbres sociales. Ahora bien, cuando esas normas de vida arrastran el vico de una sociedad clasista, reproducen en las costumbres las posiciones estamentarias de la sociedad, dividiendo a sus miembros según su posición social. Es por eso que a los aporte de William habría que agregar que sobre la vieja cultura -que arrastra los vicios del individualismo burgués- la práctica social socialista basada en el trabajo colectivo para bien común- irá construyendo una nueva cultura: la cultura proletaria.







Conclusiones:



Los lineamientos propuestos por William Raymond para el desarrollo de una teoría marxista de la cultura, sobre todo en relación con el papel activo de los hombres al crear sus condiciones históricas, las clases sociales, la interrelación base superestructura y el lenguaje, rescatan el uso de cultura como una forma total de vida y abre espacios para pensar en una comunicación alternativa a la de la clase hegemónica.





El aporte que al materialismo cultural hace, está fundamentado en la dialéctica marxista y la relatividad que le concediera esta teoría a la relación base superestructura, liberándola de criterios mecanicista y reconociendo el papel activo de la segunda. Pero sobre todo, reconoce el papel dinámico de las ideas, valores, creencias, arte y religión de las sociedades. No obstante, sigue considerando que la antropología cultural debe basarse en el estudio de los condicionantes materiales que surgen en las necesidades de producir alimentos, refugios, máquinas y, en general, de todos aquellos condicionantes materiales de la cultura. De esta forma, lo cultural ya no sólo superestructural, sino que se vuelve en sí mismo un proceso objetivo.





Para él, el lenguaje es constituido por la actividad productiva humana; por lo que la creación social de significados mediante el uso de signos formales, es entonces una actividad ajena a la conciencia del Hombre; una forma específica de la conciencia práctica que resulta inseparable de toda la actividad material social.




Paralelamente introduce la temática de la clase en la cultura. Para él, de hecho, no hay masas; sino sólo una manera de ver a la gente como masas, que se ha vuelto característica de nuestro tipo de sociedad y ha sido capitalizada para los propósitos de la explotación política o cultural. Por todo lo anterior, la labor teórica de William Raymond no debe ser ajena a aquellos que confían en el marxismo como fundamento de una nueva sociedad.







Bibliografía:
Anderson, P.: La cultura represiva, Barcelona, Anagrama, 1977


Lovell, T, History Workshop 27, London, 1989.


O'Connor, Raymond Williams: Writing, Culture, Politics, London, Basil Blackwell, 1989.


Thompson, E. P.: La formación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona, Crítica, 1989,


Williams, R.: Marxismo y literatura, Barcelona, Península, 1980.


Williams, R.: Culture & Society: 1780-1950, New York, Columbia University Press, 1983.


Williams, R.: Television, Technology and Cultural form, N. England, Wesleyan U. Press, 1992.


Williams, R.: La política del modernismo, Bs. As., Manantial, 1997.